La Razón (Madrid) - Lifestyle

“LA MEDITACIÓN ME HA AYUDADO A SENTIR QUE NO SOY SOLO UN CUERPO”

- // Por Maria Almenar

Verónica Echegui mantiene su fulgor de estrella, ese que poseen las actrices cuando nacen en el firmamento interpreta­tivo y se van labrando a medida que escogen sus propias órbitas. En 2006, Bigas Luna la catapultó al star system español con ‘Yo soy la Juani’ y, desde entonces, la intérprete madrileña no ha dejado de trabajar delante de las cámaras, con proyectos eclécticos que abrazan desde el drama hasta la comedia musical. Actualment­e, Echegui triunfa en la pequeña pantalla con ‘3 caminos’, para Amazon Prime. Una miniserie que relata la vida de cinco amigos de distintas nacionalid­ades unidos por el Camino de Santiago. La actriz recorre un camino físico y espiritual en un año de cambios en el que no deja de sorprender­se a sí misma.

cinco papeles lo que queríamos dejar atrás y los quemamos. En otros cinco, anotamos lo bueno que queríamos que nos pasara y lo enterramos debajo de un árbol. Acordamos un día volver al bosque y desenterra­r esos deseos para comprobar si se han cumplido.

¿Se ha cumplido alguno?

Si te digo la verdad, no recuerdo lo que escribí -se ríe-.

¿Todo fue un camino de rosas durante el rodaje? No, también hubo algún obstáculo. El riesgo de rodar al aire libre y que los escenarios sean naturales hace que estés más expuesto al clima, el tiempo y la orografía del terreno. Nos adaptamos a todo eso como pudimos. Luego también hubo tramos duros de montaña y, si tenías que repetir varias tomas por exigencias del guión, no era agradable subir y bajar todo el día la misma montaña. Recuerdo que algunos de los días caminábamo­s entre 20 y 30 kilómetros.

¿Por qué decide emprender el camino Raquel, el personaje al que interpreta­s?

Raquel se siente agobiada por la organizaci­ón de su propia boda y siente angustia. Ella está enamorada de su pareja, pero inconscien­temente siente deseos de huir. También le prometió a su abuela, que es gallega, que haría el Camino de Santiago antes de casarse.

¿Qué promesa te has hecho a ti misma durante la pandemia?

La verdad es que soy una persona resolutiva, que intento sacar lo bueno y positivo de cualquier situación, porque así me ayuda a superarla. Estos meses me han ido bien para practicar la meditación y trabajar mi lado más introspect­ivo. También me leí un libro llamado ‘Despierta’, de Anne Astilleros, que me ayudó a saber más de mí misma.

¿Qué te ha enseñado la meditación?

A sentir que no soy solo un cuerpo y a ver que mi vida no se limita solo a mis funciones diarias con el trabajo o mis rutinas cotidianas, sino que quiero que mi paso por aquí signifique algo. Una evolución o un crecimient­o vital, porque creo que, durante mucho tiempo, no he disfrutado del regalo que es la vida. Y la vida pasa volando. Por eso, estos meses me he planteado quién soy, si me gusta la vida que tengo y si soy feliz haciendo lo que hago. Si no he sido feliz, he buscado el motivo y he intentado cambiar mi vida.

¿Y quién eres ahora mismo y cómo quieres vivir? -Se ríe-. Pues soy Verónica Echegui, la actriz que disfruta y se lo pasa muy bien con su trabajo. A nivel personal, sé que soy muy amorosa, que empatizo fácilmente y que soy comprensiv­a con los demás. Por el contrario, soy muy desorganiz­ada e impuntual. No trato de convertirm­e en alguien en concreto, sino ver cómo puedo fluir mejor con la vida, que cambios decido hacer para aprovechar­la y disfrutarl­a.

UNA ACTITUD FRENTE A LA VIDA.

Meditar.

UN MANTRA DIARIO.

El amor siempre está encima de todo. Ya lo dijo Madonna.

UN HÁBITO SALUDABLE.

Yoga.

UN DEPORTE QUE TE ENGANCHE.

Patinar.

UNA TÉCNICA DE BELLEZA IMPRESCIND­IBLE.

Limpiar la piel y mantenerla hidratada.

UN PRODUCTO BEAUTY QUE FUNCIONE.

La tecnología Indiba en la Clínica IO de Madrid. ¡Es la bomba!

NO SALES DE CASA NUNCA SIN…

Las llaves.

UN PLATO PARA CUIDARSE.

Arroz integral y verdura.

UN ALIMENTO AL QUE NUNCA RENUNCIARÍ­AS.

Alcachofas.

UN CAPRICHO QUE TE DAS DE VEZ EN CUANDO.

Las pipas. En el cine me como un paquete o dos enteros.

Y, a nivel físico, ¿cómo te cuidas?

Es evidente que también me cuido físicament­e, pero aprendí hace años que ser actriz no significa ser modelo. De hecho, cuanta más vida acumule, más interesant­e va a ser el personaje que interprete y, en este sentido, no creo que tenga que ver con la eterna juventud ni en cómo mantenerla, sino en entender las edades vitales que vivimos en cada momento. Dicho esto, en mi día a día hago deporte, practico yoga y hago meditación. No lo hago desde un punto de vista obsesivo, sino como algo saludable, porque quiero vivir muchos años y para ello, debo mantener en forma mi cuerpo y mi mente.

¿Qué personas se han cruzado en personal y han marcado tu carrera?

Muchísimas. Bigas Luna, Candela Peña, Carmelo Gómez, Secundino de la Rosa, Juan Antonio Codina, Fernando Piernas, Raquel Pérez, Paz Gómez, Manuel Martín Cuenca y Daniel Sánchez Arévalo, entre otros. Bigas Luna té lanzó al estrellato con ‘Yo soy la Juani’.

tu

camino ¿Qué recuerdos tienes de tu mentor?

Bigas Luna fue un visionario, desde luego. Con los años, sigo alucinando con su capacidad de visión, porque predijo que el extrarradi­o marcaría el ritmo de la ciudad del futuro y de la cultura. Me encantaría que estuviera vivo para preguntarl­e cómo lo sabía ya entonces. Su vida para mí fue ejemplar. Considero que era un hombre auténtico, que no trataba de agradar a nadie. Simplement­e vivía la vida como la sentía y era libre en ello. Bigas era animista y amaba a todos los seres vivos, desde un burro a un cactus, y los trataba con el mismo respeto. De él también recuerdo su curiosidad innata y su mirada inocente a la hora de acercarse a la gente, de interesars­e por sus vidas o cómo veían su mundo. No había en él un juicio.

Catorce años más tarde y con una carrera consolidad­a, ¿qué tiene que aportarte un proyecto para que decidas formar parte de él?

Hay épocas donde elegir más y, otras, menos. Tengo la suerte de que me gustan las cosas que hago y siempre me ha llegado algo que me llama la atención. Lo importante para mí es que cada proyecto conecte con lo que siento y me apetezca contarlo. ¿Estarías dispuesta a rechazar algo? No, mientras sea buen material.

¿Hacia dónde te gustaría encaminart­e?

Me gustaría hacer una buena peli o una buena serie con un perfil dramático y con un personaje rico y complejo a nivel psicológic­o.

¿Cuáles son tus retos profesiona­les para 2021?

Por un lado, seguir moviendo mi cortometra­je, ‘Tótem Loba’, por varios festivales nacionales e internacio­nales. También estoy preparando una comedia romántica, una producción inglesa llamada ‘The book of love’. Y, en marzo, tengo otra película pendiente con Cesc Gay.

¿Y espiritual­es?

Continuar el trabajo que estoy haciendo y, sobre todo, priorizarm­e en cada situación. No perder la perspectiv­a ni mi centro. Creo que, cuando uno está en eso, se organiza mejor.

“El acné es uno de los motivos de consulta más frecuentes en Clínica Openderma, con pacientes que van desde los 13 o 14 años, en la pubertad, hasta la edad adulta. Contamos con mucho acné hormonal adulto entre la población femenina en torno a 40 años. Siempre hemos tratado el acné con productos que, además de limpiar, produjeran una leve exfoliació­n, como el ácido glicólico, y que también fueran seborregul­adores, como el salicílico, mediante rutinas de limpieza por la mañana y por la noche, cuando se intensific­aba con un producto de tratamient­o.

Los antioxidan­tes son muy importante­s en las pieles con tendencia acneica, que presentan una inflamació­n crónica mantenida, una causa más de la alteración de la secreción de la glándula sebácea. En las lesiones de acné suelen aparecer complicaci­ones como la pigmentaci­ón postinflam­atoria, excoriacio­nes y cicatrices, si es un acné muy inflamator­io, y la vitamina C, un potente antioxidan­te, ayuda a mejorar la estimulaci­ón de colágeno y la prevención de pigmentaci­ón. Para pieles grasas es convenient­e usar ácido salicílico.

Si nos centramos en productos específico­s, Silymarin CF reduce un 76% la oxidación de la piel, evitando la aparición de brotes de acné. Clínicamen­te, también se ha demostrado que este sérum alisa la textura de la piel, unifica el tono, minimiza los poros y reduce el exceso de grasa, así como las arrugas y los signos de la edad.

En cuanto a la rutina ideal para una piel acneica, constaría de 3 pasos: prevenir, corregir y proteger, mientras que, para las pieles grasas o con imperfecci­ones, además de productos de limpieza específico­s, recomendam­os utilizar tres productos. Por la mañana, Silymarin y Oil Shield UV Defense SPF 50, un fotoprotec­tor de amplio espectro para pieles grasas y, por la mañana y/o por la noche, Blemish + Age Defense, una potente combinació­n de hidroxiáci­dos y ácido dioico que ayuda a mejorar las imperfecci­ones y reducir los signos de la edad. Esta rutina requiere también de una limpieza por la mañana y otra por la noche y, dos noches por semana, una limpieza más intensiva con mascarilla­s o exfoliante­s en scrub”.

Es un eficaz antioxidan­te que mejora la circulació­n, hidrata la piel y la mantiene joven. Virtudes suficiente­s como para incluir el chocolate negro en tu dieta. ¿Quién puede resistirse a una onza o a unas deliciosas trufas de chocolate negro después de comer? Tómalo con moderación y benefíciat­e de las múltiples propiedade­s de este dulce, fuente de fibra y gran aliado para el corazón y el bienestar general.

Reconstrui­r el pecho tras una mastectomí­a es mucho más que una cuestión estética. La pérdida de una mama puede causar problemas emocionale­s, psicológic­os e incluso físicos, como una mayor susceptibi­lidad a sufrir lesiones de espalda.

Afortunada­mente, hoy en día existen diferentes técnicas capaces de restaurar su anatomía y funcionali­dad, sin recurrir a una prótesis mamaria. Una de ellas es la técnica de reconstruc­ción de mama con colgajo DIEP (Deep Inferior Epigastric Perforator), que ofrece muy buenos resultados, una mayor naturalida­d y mejor evolución a largo plazo. El Hospital Ruber Internacio­nal es uno de los pocos centros privados que llevan a cabo esta técnica, consistent­e en tomar tejido del abdomen de la paciente para reconstrui­r la mama, un procedimie­nto quirúrgico que implica una gran complejida­d.

150 cirugías de reconstruc­ción mamaria al año

La reconstruc­ción mamaria devuelve la anatomía funcional y cosmética que ha perdido la paciente tras someterse a una mastectomí­a, ya sea por un cáncer de mama (una de cada 10 mujeres en España se verá afectada por ello) y, en menor medida, por un traumatism­o o una infección. Reconstrui­r una mama implica restaurar tanto la piel, la areola y el pezón como la glándula mamaria. Muchas veces solo es necesario reconstrui­r una de estas partes o tejidos, porque hay otros que permanecen íntegros en la cirugía oncológica. “Esto depende del tumor y del tipo de mastectomí­a, que puede ser total al eliminar todos los tejidos, o parcial, donde solo extirpas un segmento de la mama”, explica César Casado, cirujano plástico del Hospital Ruber Internacio­nal, que lleva a cabo unas 150 cirugías de reconstruc­ción mamaria al año.

Actualment­e, la reconstruc­ción mamaria se plantea de forma inmediata (a la vez que se extirpa la mama) o diferida, es decir, después de haber terminado todos los tratamient­os oncológico­s. En ambos casos se puede hacer este procedimie­nto mediante prótesis o con tejido autólogo, de la propia paciente. Las caracterís­ticas propias de la paciente son clave para determinar la técnica más idónea. La obesidad y el tabaquismo son contraindi­caciones para algunos procedimie­ntos.

Dentro de las técnicas reconstruc­tivas, el empleo del tejido de la propia paciente es la mejor alternativ­a, ya que proporcion­a resultados estables y duraderos en el tiempo, aporta caracterís­ticas excelentes en términos de textura, volumen y simetría respecto a la mama sana y es compatible con el tratamient­o curativo al que se somete la paciente. La técnica de reconstruc­ción de mama con colgajo DIEP (Deep Inferior Epigastric Perforator) es la más sofisticad­a y avanzada de su tipo. “Se puede aplicar siempre que haya tejido en el abdomen, por debajo del ombligo, que es muy similar al de la mama”, explica Casado.

Esta técnica, sin embargo, resulta muy compleja, ya que requiere “coger vasos sanguíneos que son muy finos del abdomen, localizar vasos sanguíneos situados debajo de las costillas y unirlos a los del abdomen mediante microcirug­ía”. Un procedimie­nto que requiere mucha experienci­a y exigencia técnica, pero que perdura para siempre, algo que no ocurre con las prótesis mamarias. “A una paciente con prótesis nunca le puedo dar el alta, la prótesis siempre se puede romper”, señala el especialis­ta en cirugía plástica. La prótesis mamaria, además, permanece invariable con el paso de los años, mientras que la técnica DIEP reconstruy­e una mama que engorda y envejece al igual que la paciente. adelgaza,

Para llevar a cabo esta técnica, el Hospital Ruber Internacio­nal dispone del equipo técnico más sofisticad­o actualment­e en el mercado, con herramient­as como el microscopi­o quirúrgico Kinevo 900. “Te permite analizar la viabilidad de los tejidos en el momento en lugar de esperar hasta el postoperat­orio para comprobar si ha funcionado. Es una herramient­a más que facilita la viabilidad de las microsutur­as vasculares”, concluye Casado.

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