MAKE-UP ZOOM
Un look impecable en tus videoconferencias.
Nadie va a hacer zoom sobre los poros de tu piel. Pero todos van a analizar tu Zoom face. Lo que busca este estilo de maquillaje –con capitular, como la aplicación de videoconferencias– es que el rostro resplandezca frente a la cámara del ordenador. Y con estos pasos, lo vas a lograr. Compatibles con Skype y Microsoft Teams.
SiSi la cámara se recostara frente a ti, si la pantalla se tumbara sobre el escritorio en busca de un ángulo obtuso, tu rostro correría el riesgo de tomar la forma de un trapecio. Uno, por cierto, alegremente almohadillado por los pliegues del techneck. O sea, de la papada. Si por el contrario lograras elevar la pantalla de tu ordenador sobre una torre de libros de tapa dura, rellenos de colecciones de fotografía e ilustración, tu cara perderá su redondez. En su lugar aparecerá una protuberancia fina y alargada, coronada por dos oscuros redondeles. Serás una nariz con ojos.
El primer paso para que en una videoconferencia la cámara no convierta a su protagonista en un retrato de Rie Froehlich será calcular, por tanto, la distancia entre el ordenador y el rostro. Para Rosa Copado, fotógrafa especializada en moda y belleza, el espacio ideal entre el objetivo y la cara será el largo de un brazo. La cámara deberá estar siempre alineada con los ojos. “Si estamos frente a una ventana, la luz será difusa y muy bonita. Endulzará la imagen y estaremos más favorecidos. Para profesionalizarlo aun más, se puede añadir un anillo de luz. Se creará una imagen perfecta”. Con el escenario compuesto, la preparación continuará frente al espejo.
Sobre el neceser, la luz se convertirá en luminosidad. El efecto buscado, coinciden los profesionales, será el de ocho horas de sueño. Frente a la cámara del ordenador, el maquillaje deberá garantizar una cara fresca, alegre. Por eso, si solo pudieras preparar una parte del rostro, el maquillador Ricardo Calero se decantaría por la piel. “Una tez unificada hace que parezcas descansada. Para mí es lo más importante siempre en el maquillaje, ya sea para hacer unas fotos o una videollamada”. No obstante, reconoce, la cámara suele diluir el impacto estético. La baja calidad de las webcams integradas en el ordenador tiende a disimular “bastante el maquillaje. Seguramente habrá que añadir unas capas extra para que el efecto a través de la cámara se asemeje al que se percibe en vivo y en directo”. Pero cuidado con la luz, advierte Paula Soroa, maquilladora de Ten Agency. Si no se han cumplido los requisitos establecidos por Rosa Copado, el peligro acechará: con una iluminación pobre, señala, el maquillaje puede lograr un aspecto “poco limpio”. El exceso podría pecar de aparente desaseo.
Pero una idea, apunta Calero, debe colarse entre brochas y pinceles: “Maquillaje impecable es aquel con el que cada persona se sienta más cómoda”. Los pasos frente al espejo previos a sentarse ante la cámara no deberán ser “ni más ni menos” de los que se siguen minutos antes de encaminarse hacia la oficina. “Primero, se limpia y se hidrata la piel y, a continuación, se hace una buena base de maquillaje con las correcciones necesarias”. ¿Un nombre en el que siempre confiar? Neo Nude Foundation, de Armani Beauty, una base ligera, de base acuosa, enriquecida con ácido hialurónico y glicerina. Tom Ford le hará compañía. Su juego de iluminadores Shade and Illuminate, en formato crema, te permitirá jugar con las proporciones faciales. Para lograr acentuar un rostro ovalado, por ejemplo, se necesitará oscurecer sienes y mandíbula con una base de maquillaje un poco más oscura que el tono de la piel. Si el rostro se afina en la mandíbula y se amplía en las sienes, si tiene, es decir, forma de corazón, limitar con corrector oscuro la frente, junto al nacimiento del pelo, permitirá reequilibrar las proporciones. Si la cara es más “redonda o cuadrada, el colorete, que aporta salud, se podrá aplicar de forma diagonal para alargar, ópticamente, las facciones”.
Con la piel ya preparada, se rizarán las pestañas y se “aplicará máscara donde mejor siente, que de forma general es en la parte superior”. A continuación, se maquillarán las cejas. Con un lápiz, como el Eyebrow Pencil Boy, de Chanel, o el Precisely, My Brow, de Benefit, se oscurecerán, con pinceladas, los espacios entre pelitos. Las cejas definidas, espesas, reenmarcarán y rejuvenecerán la mirada. Acto seguido, se dará un toque de color al labio. Este último sería el paso ineludible de Soroa. “La piel es muy importante, pero después de muchas experiencias, los labios maquillados me resultan muy favorecedores. Aportan mucha luz y vida”. Un tono animado, como en las mejillas, reavivará el rostro. El tinte labial Water Lip
Stain, de Clarins, condensará los gestos. Su fórmula te permite ser un maestro de la multitarea: ejerce, con pericia, de rubor para mejillas y labios.
Por el pelo solo habrá que pasar el cepillo. “Yo”, reconoce Soroa, “no variaría la manera habitual de arreglarnos. Creo que lo importante es que sigamos siendo fieles a nosotras mismas y demos la imagen a la que tenemos acostumbrados a nuestros compañeros de trabajo”. Calero, por su parte, da una indicación. Una familiar. La melena, fuera de la cara. “El pelo retirado favorece mucho, ya que deja iluminado el rostro. La pantalla emite luz frontal y cualquier pelo cerca de la cara producirá sombras que pueden potenciar las ojeras o las pequeñas imperfecciones de la piel”. Que nada opaque la luz. Aunque sea azul.
ROMA NO SE CONSTRUYÓ EN UN DÍA Y UNA PIEL QUE SE ILUMINE DESDE EL INTERIOR, TAMPOCO. ESTOS SON NUESTROS IMPRESCINDIBLES PARA UNA TEZ LISA Y JUGOSA.