¿El descapotable más bonito del mundo?
Creado con vocación de conseguirlo, el Lexus LC500 Cabrio no se queda solo en una cara bonita. Además de sus líneas estilizadas, su atractivo diseño y el lujo y la comodidad de su habitáculo, la elegancia y exclusividad están a la altura de su excelencia
AlAl menos ese era el objetivo de los diseñadores de Lexus, la marca japonesa de lujo, cuando se plantearon crear la versión descapotable de su precioso coupé LC y por ello nació el LC500 Cabrio. Un modelo realmente exclusivo de cuatro plazas amplias y que va dotado de un motor V8 de gasolina que ofrece una potencia de 477 caballos, complementados con una caja de cambios automática de diez relaciones y tracción trasera. Destaca en el primer golpe de vista sus líneas estilizadas, presididas por un frontal muy aerodinámico, con una gran parrilla con el escudo frontal y dos entradas de aire en la parte inferior para la refrigeración de los frenos. A pesar de ser un dos puertas, sus dimensiones son muy generosas, ya que mide 4,77 metros de largo por 1,92 de ancho y 1,35 de alto. Son casi las mismas dimensiones que su hermano, el coupé de techo duro. Pero por casi única vez en el mundo del diseño de automóviles, la versión cabrio es más atractiva que la cerrada. Porque los ingenieros de Lexus han cuidado muy especialmente este apartado del techo. La capota tiene cuatro capas de tela y cuando está guardada, su superficie de tela queda totalmente oculta y protegida. El habitáculo, la capota y la carrocería pueden ser personalizados con distintas combinaciones de colores. Y la verdad es que, aunque hay muchos modelos descapotables, pocos conservan el estilo y elegancia tanto con el techo abierto como cerrado. Porque en algunas ocasiones los pliegues de la lona empobrecen la imagen. Por ello, en el Lexus, el punto donde la capota conecta con la parte posterior del vehículo se ha retrasado tanto como ha sido posible para transmitir una imagen estilizada al colocar el techo. Se ha prestado una especial atención al tensado de la capota de lona para garantizar una superficie lisa, y el bastidor y otros elementos se han integrado para que el techo practicable tenga una línea limpia y elegante. La capota se puede abrir y cerrar con el coche en movimiento hasta una velocidad de 50 km/h. La operación de quitar o poner el techo se realiza en un espacio de quince segundos con solo presionar un botón en la consola central. Como ocurre en su hermano el coupé, la sensación de calidad que transmiten los materiales de recubrimiento del salpicadero y su perfecto ajuste destacan sobre otros coches de su competencia. Desde el momento en que nos introducimos en el habitáculo comprendemos que se justifican los 155 000 euros del precio de un automóvil tan excepcional. Tanto por el espacio del que disponen los ocupantes de las plazas delanteras, como sobre todo, la comodidad de los asientos posteriores, incluso con la capota cerrada. En cuanto al maletero, con casi doscientos litros de volumen de carga, es suficiente para albergar los bultos de un buen viaje. Por lo que se refiere a la mecánica, bajo el capot delantero encontramos un motor V-8 atmosférico de 5,0 litros de cilindrada y de comportamiento deportivo que se acrecienta cuando el sonido de la admisión se hace pasar por los altavoces y modifica la sinfonía en función de que el coche esté viajando con el techo cerrado o a cielo abierto. Como ocurre en los descapotables habitualmente, el chasis ha sido reforzado para dar una mayor rigidez al conjunto y se complementa con mayor dureza de los amortiguadores y con la instalación de un diferencial autoblocante trasero para mejorar la tracción. Pero además de la excelencia mecánica, uno de los principales retos de los ingenieros de Lexus con este LC 500 era minimizar el volumen de la carrocería en la zona de los hombros, justo detrás de los asientos posteriores. El equipo de diseño fue capaz de acomodar el techo plegable en un espacio extremadamente compacto gracias a un pliegue adicional de la lona, para que cupiera entre las torres de suspensión traseras. Esto ha permitido crear una línea fina y nítida, que va desde el frontal a la parte posterior de la carrocería.
Aunque hay muchos modelos descapotables, pocos conservan el estilo y elegancia tanto con el techo abierto como cerrado.