VIAJAR SIN RESTRICCIONES
Costa Rica y Dubái, dos de los destinos donde menos limitaciones se exigen al visitante. Te contamos cómo ir de manera responsable.
Costa Rica
EL PAÍS MÁS FELIZ DEL MUNDO apuesta por una estrategia turística muy diferente a la escogida por otros grandes destinos. En vez de cerrar a cal y canto sus fronteras y limitar la llegada de visitantes internacionales, Costa Rica ha apostado por ser uno de los países con menos limitaciones. De hecho, no exige tener una prueba PCR con resultado negativo para entrar al país y tampoco es necesario realizar ningún tipo de cuarentena una vez en suelo costarricense. Ahora, tal y como ocurría antes de la pandemia, basta con completar el formulario digital epidemiológico denominado «Pase de Salud» y, en segundo lugar, la adquisición de un seguro médico. En este caso, Costa Rica ha puesto todo su empeño en diseñar un exhaustivo protocolo de prevención para las empresas turísticas, garantizando así la posibilidad de realizar un turismo responsable y seguro con el objetivo de mantener la llama del sector, que supone casi un 10% de su Producto Interior Bruto.
La consigna de Pura Vida es mucho más que un eslogan publicitario de Costa Rica, no en vano forma parte del ADN de este país de América Central que tiene el honor de ser considerado como uno de los más felices del mundo. Y prueba de ello es que en él se ha logrado mantener prácticamente a raya la pandemia de la COVID-19. Por ello, hacer las maletas rumbo a San José, su capital, cuando todo esto pase puede conver
tirse en el mejor antídoto para romper de una vez con la denominada fatiga pandémica.
Las experiencias que propone Costa Rica al viajero resultan casi infinitas, todas ellas marcadas por el turismo de naturaleza y el slow life como principales señas de identidad. Con más de medio millón de especies –casi el 4% del total de especies en el mundo– se trata de uno de los mejores lugares en el mundo para explorar la flora y fauna. Y cuenta con regalos tan insólitos como la posibilidad de observar de cerca un oso perezoso, pues en las zonas rurales no resulta descabellado encontrarse con este animal cruzando lentamente la calle. Por su parte, el Parque Nacional Marino Ballena, en la costa pacífica suroeste, es un reconocido sitio para el avistamiento de la ballena jorobada, pero también es conocido por la formación de arena llamada el Tómbolo. Durante la marea baja, esta formación parece desde el aire la cola de una ballena, y desde tierra se puede caminar sobre ella, observando una cola de ballena real.
Tierra de volcanes, algunos de ellos activos, bosques tropicales húmedos y nubosos, enormes cataratas y ríos caudalosos, esta naturaleza generosa brinda al viajero una variada propuesta de actividades para descubrir el país desde las alturas. Puentes colgantes como los que hay en la región de Monteverde, tirolinas o canopy o teleféricos son algunas de las alternativas que resultan obligadas para apreciar desde lo alto el bello paisaje “tico”. Los más aventureros no pueden dejar escapar la oportunidad de recorrer el río Pacuare, uno de los más conocidos en Costa Rica por sus rápidos intensos y para la práctica de kayak. Además, a tan solo seis horas en coche, los amantes del surf pueden practicar su deporte favorito en dos océanos por el tamaño y localización de Costa Rica.
La deliciosa gastronomía costarricense también da lugar a experiencias de lo más sugerentes, como la posibilidad de recorrer la capital tras los pasos de la cerveza tica perfectamente maridada, mientras que en el interior del país merece la pena hacer una ruta cafetera o una ruta del cacao con sabores intensos.
Y para recuperar la energía perdida durante estos meses de pandemia, nada mejor que dormir en alguno de los hoteles ecológicos del país, encajados, literalmente, en medio de la naturaleza o al borde de la playa con coquetos bungalós. El broche de oro puede ser dejarse mimar con masajes únicos a base de piedras volcánicas calentadas en agua con temperaturas entre 50 y 65 grados y colocadas de manera terapéutica sobre la piel en un spa al aire libre en la playa Montezuma, en la provincia de Puntarenas; o bañarse en aguas y lodo volcánico en lugares certificados como las aguas termales próximas al Volcán Rincón de la Vieja, en Guanacaste.
El país centroamericano no exige tener una prueba PCR con resultado negativo para entrar al país y tampoco es necesario realizar ningún tipo de cuarentena una vez allí.