La Razón (Madrid) - Lifestyle

MIRADORES

Después de meses de encierro en casa, el cuerpo nos pide mirar al horizonte y desconecta­r. ¿Qué mejor manera de ponerlo en práctica que a través de los miradores más espectacul­ares de nuestro país? Aquí va un puñado de ideas en todas las regiones.

- Por Raquel Bonilla

Si estás deseando salir y mirar al horizonte, aquí tienes un puñado de miradores a lo largo y ancho de España.

cuandocuan­do la pandemia todavía hace estragos, resulta imprescind­ible buscar planes adecuados a las circunstan­cias que nos han tocado vivir. ¿Qué tal una ruta por los mejores miradores de nuestro país? Desde luego, encontrar un lugar en el que pararse a disfrutar del paisaje resulta un regalo para el espíritu, más incluso en estos tiempos de zozobra interior y después de meses de encierro en casa. Aquí va un buen puñado de ideas para embobarse con el horizonte:

Los Balcones de Madrid (Orense). En plena Ribeira Sacra, Los Balcones de Madrid reciben este nombre porque era el lugar escogido por las mujeres para ver marchar a sus maridos emigrantes. Pero además de historia, nos brinda la oportunida­d de disfrutar de una panorámica impagable de los cañones del río Sil.

El Fitu (Asturias). Una curiosa plataforma de hormigón que se alza sobre el Alto de la Cruz de Llames, muy próximo a Cangas de Onís, regala una inolvidabl­e panorámica de 360º que incluye algunos de los paisajes más singulares de Asturias: el Parque Nacional de los Picos de Europa, el parque de Ponga o incluso, si afinamos bien la vista, la localidad costera de Ribadesell­a.

El Cable de Fuente Dé (Cantabria). A este espléndido mirador se puede acceder subiendo en el famoso teleférico Fuente Dé, ya que se encuentra situado en su estación superior. Desde una altura de 1850 metros, el regalo no defrauda, ya que podemos disfrutar de una vista de ensueño de la parte central de los Picos de Europa y la Cordillera Cantábrica.

San Juan de Gaztelugat­xe (Vizcaya). Todo viaje por el País Vasco requiere una parada en San Juan de Gaztelugat­xe, entre Bermeo y Bakio, no en vano se ha convertido en uno de los iconos más famosos de la costa vasca tras aparecer en la mítica serie Juego de Tronos. Y no es de extrañar, pues es digna de ver la estampa de la coqueta ermita encaramada en lo más alto de este islote de roca, a la que se llega ascendiend­o 241 escalones esculpidos entre el agua.

Baztán (Navarra). Enclavado en el Pirineo atlántico, el valle de Baztán es el municipio más extenso de Navarra. Y para contemplar­lo en todo su esplendor nada mejor que llegar hasta el Mirador de Baztán, que cuenta con una balconada apuntando al gran vacío. Desde allí se pueden ver todos los montes que arropan este hermoso valle, salpicado de pueblos con caseríos típicos, acariciado­s por bosques de hayas, robles, helechales y avellanos.

Ordesa (Huesca). El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en Huesca, está sembrado de puntos de observació­n. Existen varios miradores, aunque los más famosos son el del Rey o el de Punta Acuta, que ofrecen una vista inigualabl­e de los picos y los frondosos valles de Ordesa. Sin duda, aquí se esconden algunos de los miradores más espectacul­ares de España. Aigüestort­es (Lérida). El Parque Nacional de Aigüestort­es es una de las gratas sorpresas de Lérida. Su mirador, pese a no ser tan conocido como otros, regala una estampa única. Está situado cerca del Planell d’aigüestort­es y desde él es posible obtener una perspectiv­a única de uno de los pulmones más importante­s de Cataluña.

Las Médulas (León). Partiendo del pueblo leonés de Las Médulas, en la comarca del Bierzo, podemos llegar hasta el Mirador de Orellán. Desde este entorno privilegia­do divisamos el pueblo de Voces, y el Pico Ferradillo, el más alto de la zona. Lo más impresiona­nte es la silueta de Las Médulas, patrimonio de la Humanidad, resultado de la explotació­n de minas de oro por los romanos.

La Antigua (Cáceres). El Meandro del Melero es un capricho de la naturaleza formado por el río Alagón, en el límite entre Extremadur­a y Castilla y León. El mejor lugar para admirarlo en todo su esplendor es desde la parte cacereña, concretame­nte desde el mirador de La Antigua, a pocos kilómetros del pueblo de Riomalo de Abajo, tal y como nos recomienda­n los expertos de Civitatis, especialis­ta en visitas guiadas, excursione­s y free tour en español.

De la Reina (Madrid). La Comunidad de Madrid cuenta con miradores muy diversos. Algunos de ellos, como el De la Reina, en Cercedilla, regala una estampa natural impresiona­nte de la Sierra de Guadarrama. Pero también es posible disfrutar de miradores urbanos que quitan el hipo, como el del Cerro del Tío Pío, en Puente de Vallecas, desde donde se puede disfrutar de uno de los atardecere­s más icónicos de la capital.

Del Valle (Toledo). El mirador del Valle es parada obligatori­a en la ciudad de las tres culturas porque regala la mejor estampa de Toledo. La panorámica de la señorial urbe sobre el río Tajo desde este punto resulta imposible de olvidar: la catedral, el Alcázar, las murallas… Se encuentra a pocos kilómetros del centro histórico de Toledo, a mitad de un angosto tramo de carretera siempre lleno de coches, pero merece la pena.

Castillo de Chirel (Valencia). El Castillo de Chirel es uno de los lugares más mágicos del interior de la provincia de Valencia. Ubicado en el término de Cortes de Pallás, en la Umbría de Chirel, la fortaleza cuenta, desde lo alto del lugar donde se sitúa, con unas vistas espectacul­ares del embalse de Cortes, los Cintos de Sácaras y el Cerrador, así como del propio Castillo.

Es Colomer (Mallorca). Se trata de uno de los miradores más espectacul­ares no solo de la isla de Mallorca, sino de toda España. El paseo escalonado de piedra hasta llegar a este precioso rincón es en sí mismo un paisaje excepciona­l. Y una vez allí, el atardecer sobre el cabo de Formentor se convierte en una instantáne­a que queda grabada en la retina para siempre.

Del Puente Nuevo (Málaga). Para ver la impresiona­nte ciudad de Ronda existen varios puntos de observació­n, pero los más bellos son los que ofrece el camino hacia el Puente Nuevo. Se trata de un paseo panorámico con varios miradores desde donde se puede contemplar el gran puente de 98 metros de altura.

Fuensanta (Murcia). El entorno de la Fuensanta estrenó en 2019 un nuevo mirador con amplias vistas a la ciudad, de unos 1000 metros cuadrados, que ha mejorado la accesibili­dad a este emblemátic­o entorno. Ubicado junto al jardín central, es ideal para toda la familia.

Del Río (Lanzarote). En el Risco de Famara, un acantilado de 479 metros de altitud, nos topamos con el Mirador del Río, construido por César Manrique. Desde este punto del norte de Lanzarote se puede disfrutar de una hermosa vista de las pequeñas islas del archipiéla­go de Chiijino (La Graciosa, Montaña Clara, Alegranza, Roque del Este y Roque del Oeste), separado de Lanzarote por un estrecho.

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 ??  ?? Mirador del Río (Lanzarote)
Mirador del Río (Lanzarote)
 ??  ?? Mirador del Puente Nuevo, en Ronda (Málaga)
Mirador del Puente Nuevo, en Ronda (Málaga)
 ??  ?? Mirador La Antigua, en el Meandro del Melero (Cáceres)
Mirador La Antigua, en el Meandro del Melero (Cáceres)

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