Salud Y PIEL
Mantener la piel en perfecto estado requiere constancia y un buen producto. Mercedes Abarquero, de Laboratorios Vichy, nos da las pautas.
¿Por qué es importante usar un limpiador facial? La higiene, es decir, eliminar de la superficie de la piel impurezas y otros elementos que se acumulan durante el día y la noche es clave para mantener la dermis con un aspecto saludable. Debemos tener en cuenta que la piel sirve de barrera frente al medio externo, por lo tanto, sobre ella se van a depositar sustancias como suciedad, partículas de polución, etc., que pueden afectar no solo al aspecto, sino también a su equilibrio.
Además, la piel es un órgano de excreción, a través de la cual eliminamos sustancias desde el interior que se depositan en la superficie, y se renueva continuamente, por lo que las células muertas también se van a eliminar de manera progresiva gracias a los procesos de exfoliación natural. En este caso, la limpieza puede ayudar notablemente, en función de los componentes que estén presentes en la fórmula, a eliminar el exceso de células que se puedan acumular en la superficie.
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de elegir un limpiador facial? Son productos específicos para el rostro, ya que la piel de la cara presenta características diferenciadoras respecto al cuerpo, con fórmulas capaces de respetar y/o ayudar a reparar la barrera cutánea. También pueden incluir activos que aporten beneficios adicionales o fórmulas hipoalergénicas específicas para pieles sensibles. En el caso de los productos para desmaquillar los ojos, las fórmulas han de estar testadas bajo control oftalmológico. Y por supuesto, han de eliminar con suavidad y fácilmente los restos de impurezas. ¿Cómo se debe incluir el limpiador en la rutina de cuidado? ¿Cuántas veces debemos usarlo? El limpiador es el primer producto en el ritual del cuidado facial, tanto de día como de noche. Nos sirve además para preparar la piel antes de aplicar el resto de los productos y para maximizar los efectos.
Lo ideal es realizar la higiene dos veces al día, al levantarnos, para eliminar las sustancias que nuestra piel ha excretado, y antes de acostarnos, para eliminar aquellas sustancias, impurezas, sebo, maquillaje o las micropartículas de polución que se han ido acumulando en la superficie de la piel.
¿Las pieles jóvenes y las maduras necesitan la misma limpieza? Lo ideal sería mantener la misma pauta: higiene dos veces al día. Es cierto, que a lo largo de nuestra vida pueden cambiar nuestras preferencias cosméticas o el tiempo que dedicamos. También es importante tener en cuenta que nuestra piel sufre diversos cambios; con la edad, reducimos la producción de lípidos y grasa en la piel, por lo que tendemos a utilizar en edades más maduras productos que aporten mayor confort. Por ello es necesario adaptar nuestra higiene en cada momento, según el tipo de piel, el gusto cosmético o incluso el tiempo del que disponemos para realizar la limpieza facial.
¿Es necesario utilizar algún otro producto complementario al limpiador? En general, los productos de higiene permiten eliminar todo tipo de sustancias de la superficie de la piel. El uso de varios productos de higiene no es necesario, salvo si se usa leche desmaquillante, en cuyo caso debemos finalizar el ritual con un tónico.
¿Qué ingredientes debemos buscar en un limpiador facial? En el caso de los productos de higiene al agua, lo primero es que la base detergente sea respetuosa con la barrera cutánea. Para ello disponemos de tensioactivos suaves como los syndet, que respetan el manto lipídico, o los nuevos tensioactivos de aminoácidos, seleccionando siempre aquellos de fácil aclarado. Pero hay más activos: la Vitamina B3, con propiedades calmantes; las ceramidas, que nos ayudan a mantener y reparar la barrera cutánea, y cuyo déficit genera alteraciones en la piel; el ácido hialurónico o la glicerina, con propiedades hidratantes; el ácido salicílico y AHA, con gran poder exfoliante; derivados de los probióticos, etc.
La incorporación de estos activos en la fórmula del producto de higiene variará de uno a otro, ya que las necesidades varía dependiendo del tipo de piel.