La Razón (Madrid) - Lifestyle

JAVIER REY

Celoso de su intimidad, el actor gallego, uno de los más prolíficos de su generación, se abre de par en par al hablar de su profesión.

- Por Miriam Rubio Foto Manu Bermúdez

Entrevista con el actor, a punto de estrenar

DeDe él podría decirse que es uno de los actores más prolíficos de su generación. También de los más indescifra­bles, porque como buen gallego sabe cuándo y cómo dejar una pregunta flotando en el aire. A Javier Rey ni la pandemia ha conseguido frenarle. Cuando apenas volvíamos a pisar las calles, él se metía en un set de rodaje con esta nueva cotidianei­dad, con distancias de seguridad, mascarilla­s y PCR. El resultado de aquel rodaje casi experiment­al fue que La Casa del caracol, la ópera prima de Macarena Astorga, llegó en los tiempos previstos y con el elenco que ella quería. Y sí, con Paz Vega y Javier Rey a la cabeza. Este último dando vida a un escritor al que abandonan las musas y se retira a buscarlas a un pueblo en el que pasa de todo. O no, porque la historia juega con la percepción del espectador y lo lleva a dudar casi hasta de estar en la butaca del cine. Y porque los personajes van mutando en cada escena y quitándose capas, pero sin llegar a desnudarse por completo. Javier hace algo parecido en la vida real cuando se enfrenta a las entrevista­s y los medios. Responde con honestidad a todo, pero deja entrever que guarda con celo esa faceta más privada. Quizá es que, de tanto estudiar a sus personajes, ha aprendido que no es bueno desprender­se de todas las capas rápidament­e, y menos cuando se trata de exponerse públicamen­te. Dice que tiene una teoría sobre cómo debe ser un actor para ser creíble y podría decirse que pasa por mantener el misterio sobre sí mismo. ¿Hasta qué punto lo consigue? Con ustedes, Javier Rey.

Deberíamos empezar felicitánd­ote porque el próximo 11 de junio se estrena La Casa del caracol, pero además, acaban de anunciar que la película va a participar en el Festival de Málaga. Estoy encantado. Además, es una película que tiene mucho sentido que esté allí. Nuestra directora es malagueña y hay un espíritu muy malagueño en la peli. Cerrar todo este proceso así es un broche redondo.

Con tanto vínculo con Málaga, si la película se lleva el premio va a parecer que tenéis enchufe. No creo (risas). Yo ya he estado en Málaga con otras pelis no malagueñas, y además premiadas. Pero si ocurre, si se lo lleva, es porque Macarena Astorga ha hecho una película estupenda, de un género que es complicado y se la ha jugado. Creo que ha quedado muy guay.

El rodaje tuvo lugar durante los primeros meses de apertura tras el confinamie­nto. Tuvo que ser extrañísim­o entrar de nuevo en un set con mascarilla­s y distancias de seguridad. Ahora creo que ya estoy un poco acostumbra­do a todo, pero es cierto que nuestra peli fue la primera así de envergadur­a que se rodó justo después del parón. Y yo, hasta que no me vi allí escuchando la palabra acción, no me creía del todo que fuésemos a rodar. Es más, me parecían unos inconscien­tes (risas). Hicimos gran parte de la preproducc­ión por videollama­da y era como: “¿Pero qué estamos haciendo?”. Pero al final todo salió increíblem­ente bien. Todo el mundo fue muy responsabl­e.

Tu papel en esta cinta es difícil de clasificar, pero podemos decir que transita entre la locura y la racionalid­ad. ¿Cómo se construye un personaje tan complejo como Antonio Prieto? Pues con muchas capas. Cuando ya pase tiempo de la película me gustaría hablar en profundida­d de él. No quiero contártelo todo porque probableme­nte caiga en algún spoiler, pero yo creo que una de las virtudes de la película es que ningún personaje ni los protagonis­tas ni el que pasa por detrás dicen la verdad. O no saben la verdad, o no saben ubicarse, o ni siquiera si es real o no lo que tienen delante. Son muchos planos de lo que creemos que es la realidad. Y al final, el espectador también genera lo que cree que es su propia realidad y saca sus propias conclusion­es.

En esta película juegan mucho con la dualidad y esa eterna batalla entre buenos y malos. Tú has hecho papeles de ambos, ¿son más desagradec­idos los de bueno? Hasta los personajes de bueno tienen miserias, como sucede con los seres humanos. Pero yo no los catalogo nunca como buenos o malos. Un personaje como el de Hache, yo lo considero una víctima, porque lo he trabajado y me apiado de él. Otra cosa es el resultado de lo que ocurra en la película o lo que a la gente le transmita. Pero yo nunca diferencio entre unos y otros. Siempre acabo defendiend­o mis personajes por lo que les ocurre.

Podría decirse que La casa del caracol ahonda en las superstici­ones y los miedos. En los individual­es, pero también los colectivos. Viniendo de una tierra de leyendas como es Galicia, ¿te consideras superstici­oso? Mira, te voy a dar una respuesta que más gallega no puede ser. Yo soy muy práctico y si no lo veo, no lo creo. Ahora, como vengo de donde vengo… (se ríe). Yo no digo que no. Además, respeto mucho las creencias de la gente. No soy nadie como para decir que si no veo algo, no existe.

Has respondido con un ‘no creo en las meigas pero haberlas haylas’ de libro. Claro. No digo que sí pero tampoco que no. Muy gallego (risas).

A estas alturas de la vida, ¿a qué le tienes miedo?

Mi gran miedo prácticame­nte es el mismo desde que yo era pequeño. Y es a la enfermedad de mis seres queridos. Creo que es lo más primario y ese es mi gran miedo. Quiero que mi gente y la gente que yo amo esté sana. Esa es mi mayor felicidad y ese es mi mayor temor. El resto... Pues mira, pasa la vida, va, viene, subes, bajas, tienes más trabajo, menos…

Tu discreción hace que no conozcamos apenas detalles de esas personas queridas a las que te refieres. Lo poco que ha trascendid­o sobre ellos es que tú eres el único actor de la saga. ¿Cómo comenzó toda esta aventura? Pues mira, todo surgió por otras personas, porque yo soy un deportista fracasado. Yo quería ser ciclista profesiona­l cuando era pequeño. Lo que pasa es que las piernas no dieron. Además, era mal estudiante, y de repente, por amigos, empecé a coquetear un poco con esto, a hacer cortos... Pero como un hobby. Luego decidí formarme. A lo loco, sin saber muy bien qué iba a pasar… Y, ahora estoy aquí.

Estás aquí, disfrutand­o de una carrera larga y llena de aciertos. Supongo que te habrán hecho muchas veces esta pregunta, pero ¿qué es el éxito para ti? Pues creo que puedo decir que me siento una persona exitosa. Para empezar, porque vivo de un oficio que es muy complicado vivir. Y me siento muy afortunado. Tengo la posibilida­d de desarrolla­rme y hacer personajes absolutame­nte dispares, y además este trabajo me proporcion­a una manera de vivir que me gusta mucho. Eso para mí es el éxito. Este oficio es complicado y mantener una estabilida­d a largo plazo es difícil. Dentro del trabajo evidenteme­nte luego hay fases de premios, de reconocimi­entos y otras fases que no son eso. Pero eso es circunstan­cial al éxito real, que es el día a día del trabajo.

Tienes medio millón de seguidores en las redes sociales, pero ni muestras nada de tu vida privada ni has publicado nunca nada que pudiera ser malinterpr­etado. ¿Lo tuyo es prudencia o es porque todo ese mundo no va contigo? A ver, es que no soy un influencer. Yo utilizo las redes sociales para hablar de mi trabajo… que es ser actor. Todo lo que se salga fuera de eso, es mi vida, y mi vida es mía. Además yo tengo la teoría de que cuanto más muestra un actor su vida personal, menos creíbles son sus personajes. Y al final a mí lo que me interesa es que alguien cuando vea La casa del caracol, se crea lo que ve, y que, además, cuando lo compare con otros personajes que he hecho, no tenga ni idea de quién soy yo.

La estética de La Casa del Caracol parece llevarnos a los años 70. En Fariña te hicieron viajar a los 80, en

Hache a los 60, en El verano que vivimos, a los 50…. Y en Sin fin viajo en el tiempo. Debe de ser que tengo cara de antiguo (risas).

Lo bueno es que tanto viaje en el tiempo te da para aprender mucho. Sí, porque en general aprendes mucho de las cosas que tiene que saber tu personaje. Pero en el caso de La casa del caracol, por ejemplo, no se cuenta en qué año está enmarcado, porque no se sabe o porque a lo mejor no hay ningún año…

Lo que sí hay es química con tu compañera de reparto, Paz Vega. ¿Cómo ha sido rodar con ella? Es una maravilla trabajar con Paz. Lleva muchísimos años en el oficio, sabe mucho y es una actriz muy generosa.

Esta película, además, era especial para Paz porque ha supuesto el debut en la gran pantalla de su hija, Ava Salazar. ¿Cómo se ha desenvuelt­o?

Hay personas que tienen un talento gigantesco y especial desde que son pequeñas, y tanto Ava como Luna Fulgencio lo tienen. Además, era un gusto verlas en el rodaje porque se han llevado muy bien y estaban todo el rato como en Disneyland.

Ahora tienes pendiente de estreno otro proyecto, La

Cima, en la que te metes en la piel de un escalador. ¿Cómo lo has vivido? Ha sido un rodaje durísimo. Muy duro físicament­e e interpreta­tivamente, muy exigente tanto para Patricia López Arnaiz como para mí. Es una peli muy especial. Condiciona­ba tanto lo atmosféric­o que yo no he pasado tanto frío en mi vida.

Tengo la posibilida­d de desarrolla­rme y hacer personajes dispares, y además este trabajo me proporcion­a una manera de vivir que me gusta mucho. Eso para mí es el éxito

Yo no soy influencer, utilizo las redes sociales para hablar de mi trabajo… que es ser actor. Todo lo que se salga fuera de eso, es mi vida, y mi vida es mía

Acaba de finalizar también el rodaje de Historias para

no contar, con Cesc Gay. De nuevo otro proyecto de cine. ¿Has aparcado la televisión por el momento? No. Hay algo por ahí, pero como los tiempos son como son y hasta que no se cierran las cosas todo es inestable… pues digamos que es posible que vuelva a la televisión.

DesignDesi­gn Week Marbella es el nuevo evento internacio­nal creado como una expo-festival en la que descubrir las últimas tendencias y novedades en interioris­mo, decoración, arquitectu­ra de interiores, arquitectu­ra y construcci­ón. Una exposición diferente a cualquier otra celebrada anteriorme­nte, en cuanto a concepto, organizaci­ón y estructura, con un enfoque original y profesiona­l, alto contenido académico y una importante participac­ión local. Design Week Marbella, que celebrará su primera edición del 27 de septiembre al 3 de octubre en el Palacio de Ferias, Congresos y Exposicion­es de Marbella, será un punto de encuentro de los más reconocido­s diseñadore­s, arquitecto­s, decoradore­s y firmas de referencia en el mundo del interioris­mo, tanto españoles como internacio­nales.

Entre ellos, el reconocido diseñador Francisco Segarra, referente nacional e internacio­nal en la creación de ambientes únicos con un estilo personalís­imo, atemporal y visionario, que será el Brand Ambassador de Design Week Marbella. Un embajador de lujo que además aportará su visión creativa como diseñador de la zona VIP del evento.

Segarra es el pionero del estilo vintage e industrial en nuestro país, inspirado en sus viajes y en sus vivencias; una atrevida fusión entre pasado y presente que rompió con el diseño minimalist­a e implantó una nueva tendencia que ha convertido en su seña de identidad en todos sus proyectos de interioris­mo, especialme­nte contract y retail. Espacios que no pasan de moda, combinando como nadie la corriente vanguardis­ta con el aspecto envejecido («con solera») de su mobiliario.

Su estética traspasa fronteras y sus innumerabl­es creaciones en mobiliario destacan en proyectos para hostelería como Roto en Ibiza, Tokyolima en Hong Kong o Burdo en Colombia, tiendas de moda, franquicia­s y hoteles con estilo como Kube en París. Platós de programas top como como Maestros de la Costura y Masterchef Celebrity también han contado con la cesión de su mobiliario en ediciones anteriores. La materializ­ación de conceptos íntegros de interioris­mo da lugar a proyectos tan auténticos como Café del Art, Pizzart, Playachica, la franquicia The Chatter Café o el hotel Vilasira Rooms and Wines.

Otro de los grandes hitos creativos de Francisco Segarra fue su participac­ión en el proyecto Lexus Art Car,

en el que el diseñador aportó su sugerente visión del prototipo de Lexus UX 250h Híbrido, Bólido 61, con un «diseño fresco, limpio y con visión de futuro». La última aportación de Francisco Segarra al mundo de la decoración es Ofelia Home & Decor, una marca con alma, sencilla, con productos para el hogar que «tienen su propia historia».

SARA FOLCH PRESENTARÁ UNA COCINA INTELIGENT­E PIONERA EN EUROPA

Otra de las importante­s incorporac­iones a Design Week Marbella es Sara Folch Interior Design, uno de los estudios de arquitectu­ra de interiores más prestigios­os de Europa. Sara Folch presentará en exclusiva en DWM la primera cocina completame­nte domotizada que se fabrica y se patenta de Europa. Una propuesta absolutame­nte pionera que va más allá del diseño y de la tecnología, y que ha sido concebida por el estudio barcelonés junto con Nel’la Design, firma de referencia en la fabricació­n de cocinas de gama alta, utilizando los sistemas más innovadore­s.

También se han sumado al proyecto otros nombres de referencia en el mundo del diseño, el interioris­mo y la arquitectu­ra. Entre ellos, la reconocida empresaria Raquel Oliva, vicepresid­enta de Oliva Iluminació­n y creadora de la firma de lámparas de lujo Raquel Oliva Collection, que será la Presidenta del Comité de Selección de Design Week Marbella; el diseñador Carlos Gimeno, CEO y fundador del estudio SOUL Arquitectu­ra Interior, invitado de honor de DWM y también miembro del Comité; el diseñador José Arroyo, maestro del “interioris­mo no preconcebi­do”, quien se encargará de la dirección artística del pabellón; la célebre arquitecta belga Yannic Leveque, que participar­á como invitada especial; Juan Antonio Fernández, todo un referente en el diseño y la arquitectu­ra de lujo, que diseñará el espacio de Apymespa; o el artista Mr Dripping, cuyos cuadros forman parte de proyectos de decoración de numerosos celebritie­s internacio­nales. Y firmas de referencia en el sector como Elite Excellence, Maderas Santaella o Finsa, líder en España en la fabricació­n de madera sostenible y soluciones innovadora­s para interioris­mo y arquitectu­ra. Además, esta primera edición de Design Week Marbella contará con Andorra como país invitado.

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Francisco Segarra
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