La contraportada El síndrome de la ensaimada posvacacional

LaLa mayoría de nosotros llevamos tanto tiempo en modo pandémico y sin viajar, que hasta añoramos descalzarnos para pasar la seguridad en los aeropuertos y hacer cola separándonos por grupos para embarcar. Quizás por ello los diseñadores de moda más astutos han querido enmarcar sus colecciones tanto de primavera-verano como de otoño-invierno en un halo que invita a la nostalgia del viaje. Olivier Rousteing se lleva el premio con Balmain, con su desfile en un hangar de Air France en el aeropuerto París-charles de Gaulle con Boeing 777-300 y Airbus A350 incluidos.

Pero la reflexión del viaje me lleva más allá de la travesía o el destino en sí. Me hace pensar en todos esos objetos que solemos recolectar en nuestro modo turista y traer de vuelta a casa, para grabar en el tiempo un momento, una experiencia o incluso una persona. Me recordó la colección que presentó hace poco el diseñador español Ángel Vilda, para Brain&beast que se llama justamente Souvenir y hace un guiño al concepto de los recuerdos través de reliquias o souvenirs.

Hasta ahí, todo bien. Pero os voy a dar un consejo personal para este verano 2021. Os ayudará a combatir el peligro de acumulación a lo Diógenes vacacional. Sé que estando en Tulum la tentación de comprar tobilleras de caracolas en todos los colores es muy grande, pero fiaos de mí, una vez de vuelta a casa, y una vez estos artilugios estén fuera de su hábitat natural, ya no tienen sentido y hasta se convierten en objetos paletos.

Yo lo llamo El Síndrome de la Ensaimada, porque en los aviones de vuelta, suele coincidir que si te quedas mirando el desfile de pasajeros por el pasillo mientras buscan su asiento, todos llevan los mismos colgantes, sombreros, camisetas… adquiridos en las tiendas artesanales “locales”, al igual que en un avión procedente de Baleares, donde la gente va cargada de cajas de ensaimadas. Sombreros de ala grande con abalorios, ponchos estilo chamán del pueblo, bolsos étnicos de comercio justo, calaveras de colores, estatuas de Buda, rosarios en tonos fosforito de algún diseñador de joyas novel, objetos de arte variopintos de la artesanía de turno, shorts de luchador de Muay Thai, la lista es infinita. Ahórratelo todo, que solo quedan bien en las fotos de inspiración que viste en Pinterest. Al menos las ensaimadas las puedes consumir y no ocupan sitio en casa.