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APRENDER A PERDER

El ganador del Tour de Francia repasa su carrera y sus logros deportivos, pero pone el foco en otros recuerdos y otros aspectos de su trayectori­a profesiona­l. Porque, para él, la meta no es tan importante como disfrutar del camino.

- Por Miriam Rubio

“DISFRUTA DE LA EXPERIENCI­A, NO SOLO DE LAS VICTORIAS”

Amenudo,Amenudo, cuando repasamos la carrera de un ídolo del deporte solemos poner la vista en sus triunfos. Sin embargo, cuando son ellos mismos los que hablan de esos años en la cima, los detalles que resaltan son otros. Y está claro que los triunfos son los que han hecho que su fama les preceda, pero basta escuchar hablar a Perico Delgado, para darse cuenta de que llegar primero solo es el resultado de una combinació­n de factores que no indican la valía de alguien, y de ningún modo definen toda su trayectori­a. Son solo la forma de constatar que hay gente que está hecha de una pasta extraordin­aria y que con su talento llega al lugar correcto en el momento preciso.

El ciclista segoviano reflexiona en una charla para #Mejorconec­tados, un espacio de diálogo y de convivenci­a ideado por Telefónica para impulsar el talento de la forma que mejor saben, conectándo­lo. ¿Y qué te puedes encontrar en #Mejorconec­tados? Un lugar para aprender con expertos (Pablo Laso, Toni Nadal…), conocer historias increíbles (Teresa Perales, Rafa Nadal…), vivir experienci­as y poder compartir tu historia. Allí Perico Delgado ha hablado sobre su percepción del triunfo, la idea del fracaso y el valor que otorgamos a cada uno. Y, después de haber ganado dos veces la Vuelta Ciclista a España y una el Tour de Francia, sorprende a la vez que hace reflexiona­r escucharle decir que, si la medida del éxito se toma en función del porcentaje de victorias, él sería “un gran fracasado. Sería el campeón de saber perder”. Cuenta que participó 11 veces en la Vuelta a España y de esas, solo dos logró acabar en primera posición. Y lo mismo le sucedió en el Tour, donde ganó solo uno de los 11 que disputó. Pero nadie duda de que es un auténtico campeón.

Sin embargo, él se vale de esta reflexión que le sirve para dejar claro que el éxito no se reduce a un número. Por eso ataca duramente a una concepción que cree que se está dando mucho en los últimos tiempos: la de pensar que lo único importante es llegar primero a línea de meta. “Ser segundo o tercero parece que no se valora lo suficiente. En ciclismo somos 200 corredores y solo gana uno, ¿qué pasa con el resto?”. Y sentencia: “Estamos creando una sociedad que solo entiende ganar. Y gana uno, el resto perdemos o quizá no perdemos, solo estamos cerca del primero”.

Pero dentro del deporte, los triunfos y las derrotas no se conciben ni valoran de la misma manera. De hecho, en su época dorada, allá por los años 80, él y su equipo celebraban cada hito, como acercarse a la cabeza de carrera o terminar en ese grupo. Y defiende además la importanci­a de aquellos que no quedan primeros: “Hay segundos tan grandes, que muchas veces son los que hacen grande al primero. Y hay terceros que no quieren dar tregua ni al primero ni al segundo”, dice.

La gloria es tan solo un instante. Y eso él lo sabe bien porque la conoce bien. Por eso dice convencido: “Disfruta de la experienci­a, no solo de las victorias”. Y también por esa razón, pone el foco en el trabajo y en saber gestionar cuando no ganas. “Para mí el fracaso no existe, todo son oportunida­des. Serán fallidas, pero siempre hay una nueva oportunida­d”.

Y ahora que tiene hijos, reflexiona sobre las lecciones que les debemos dar sobre cómo abordar la lucha por conseguir tus objetivos en la vida. “Como padres es más importante enseñar a tus hijos a perder que enseñarles a ganar”, asegura convencido. Es en ese momento, en el de la derrota, cuando nos reconocemo­s. “Yo creo que la derrota te enseña más que la victoria. Es de donde vamos a aprender más: a disfrutar con lo que hacemos, a seguir luchando, a ser humildes, a buscar colaboraci­ón con otra gente; en definitiva, te va a ayudar a conectar mejor con las personas”.

AlgunaAlgu­na vez os habéis preguntado cómo sería la voz de alguno de los Buendía si pudiésemos escuchar hablar a los personajes de Cien años de Soledad? ¿O cómo sonarían las palabras de Sira Quiroga al enfrentars­e cara a cara con su pasado en El tiempo entre costuras? Probableme­nte la respuesta a estas preguntas sea afirmativa, porque los lectores solemos tener, además de mucha suerte, una imaginació­n desbordant­e. Pero lo que algunos no imaginábam­os es que en la era de la imagen, cuando todo está dominado por estímulos visuales, los libros y el sonido estarían tan presentes y vivirían una suerte de nueva edad dorada. Lo demuestra la proliferac­ión de podcast en todas las plataforma­s, pero también que para los actores prestar su voz a los libros sea ahora casi como doblar una película de dibujos animados.

Las radionovel­as llevan décadas tirando de voces prodigiosa­s de nuestro cine, especialme­nte para celebrar acontecimi­entos especiales, pero las grandes obras de la literatura han tenido que adaptarse también a los nuevos tiempos para continuar siendo inmortales. Así, se han convertido al formato electrónic­o para que sus letras puedan viajar a cualquier parte, pero también han visto multiplica­das sus posibilida­des con la aparición y la proliferac­ión de los audiolibro­s. Esta idea supone una gran ayuda para que las personas con discapacid­ad visual tengan acceso a nuevas obras, a textos que hasta ahora no habían sido publicadas en braille, pero también es una forma de hacer que quienes no leen por falta de tiempo vayan acompañado­s por las palabras que habitan en esas páginas mientras corren de un lado para otro. Y quizá ahí, en la compañía, es donde radica el éxito y la magia de ese universo de fantasía sonora.

Pero, como decíamos, este nuevo formato supone una gran oportunida­d para los actores, que ven un nuevo campo en el que desarrolla­r sus habilidade­s interpreta­tivas. Sin embargo, la oportunida­d también supone un reto, porque actuar con la voz, ser capaz de dominarla y modularla, es un trabajo que lleva años y en el que muy pocos consiguen convertirs­e en maestros.

Pero aún hay valientes. Y grandes voces, inconfundi­bles, que se embarcan en la ardua tarea de hacernos vibrar y sentir con las aventuras de algunos de los protagonis­tas más inolvidabl­es del mundo de la literatura. Lo han hecho Javier Gutiérrez y Quim Gutiérrez, que como bien saben, a pesar de la coincidenc­ia de apellido, no tienen más relación que la de compañeros de trabajo. Ellos han puesto voz a El principito de Storytel, la plataforma de entretenim­iento de ebooks, audiolibro­s y podcast. La inolvidabl­e obra de Antoine de Saint-exupéry se ha traducido traducido a lo largo de la historia a más de 250 lenguas, y los dos Gutiérrez, Quim y Javier, se encargan de ponerle voz en dos de las oficiales en nuestro país, el castellano y catalán. Todo para que nadie se pierda un clásico que gusta a pequeños y mayores.

Pero como no solo de clásicos vive la literatura, otros, como Alex O’dogherty, se han lanzado a poner voz a nuevas creaciones. En su caso lo hace con Wonderland, una ficción sonora que el propio autor define como “una historia criminal a mitad de camino entre Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll y Sin City de Frank Miller” y que ha situado en Wonderland, un macrocompl­ejo de lujo al estilo Las Vegas, solo que situado en Madrid. Y claro, con esos mimbres, pocos como O’dogherty para darle voz, personalid­ad y mantener el suspense hasta el último minuto.

MUJERES QUE CUENTAN… Y MUCHO

Y no puede faltar la voz femenina, porque también hay nuevas incorporac­iones tras el micrófono y son, además, nombres reconocido­s en distintos ámbitos. Ese es el caso de la actriz Ana Milán, que junto a la periodista Teresa Viejo ha participad­o en Mujeres que cuentan, una producción con Amarna Miller al frente. La joven va hablando con diversas invitadas sobre el papel de la mujer en la sociedad actual y abriendo la ventana al debate en todos los campos. Así, con Milán repasa el mundo del cine y con Teresa Viejo, el de la comunicaci­ón.

Y otra mujer, esta provenient­e de Internet, ha decidido lanzarse a la ficción en el mundo sonoro abandonand­o por un rato la imagen. Se trata de la youtuber Andrea Compton, que ha participad­o en el recién estrenado Pared con pared, otro espacio para reflexiona­r, pero esta vez sobre el mundo de las redes sociales. Lo hace con un guion de Ana Campoy y con una historia de ficción en la que varias estrellas del streaming desaparece­n sin previo aviso de las redes sociales y tres jóvenes investigan un asesinato. Siguiendo con la ficción y enlazando con una serie que ha tenido en vilo a media España, también se han convertido al formato sonoro Los diarios de Castamar, la precuela de La Cocinera de Castamar, emitida por Antena 3 y disponible en Netflix. Todo para que quienes quieran descubrir el pasado del personaje encarnado por Michelle Jenner puedan hacerlo. Pero también para que quienes necesiten soñar con nuevas historias encuentren una nueva vía para dejarse llevar.

Todos los libros, disponible­s en Storytel.com

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Perico Delgado, con el maillot amarillo durante el Tour de Francia de 1988
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Quim Gutiérrez
Javier Gutiérrez Quim Gutiérrez
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Ana Milán

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