La contraportada Lujo codificado
MuchosMuchos símbolos de estatus son tan discretos que resultan imperceptibles. Tanto que solo los entiende el que también dispone de ellos. Y no nos confundamos. Esto es 100 % a propósito. O perteneces al club o no conoces su simbolismo. Como si se tratase de un culto ‘masónico fashionista’.
Se conoce como coded luxury –o lujo codificado– y no tiene nada que ver con cuando querías ver Canal Plus sin pagar la cuota (confío en que los lectores de esta publicación entiendan la referencia). Eso sí, la única forma de desbloquearlo es por supuesto con dinero, pero también con saber hacer. O eres parte del reducido grupo de personas que saben identificar la gorra de béisbol negra de los personajes millonarios Kendall y Logan Roy en la serie Succession (HBO) o no. Vista por los ojos de una persona no iniciada en la institución de los masones de la moda, puede parecer una gorra de béisbol básica. Error. If you know, you know. Los que la tienen saben que es de la firma de lujo italiana Loro Piana, que no es algodón, sino vicuña (y saben lo que es la vicuña), y que cuesta entre 500 y 1100 euros, dependiendo del material.
Pero cuidado, algo que no lleve logo visible o que solo sea reconocible por unos cuantos no equivale a que siempre sea elegante. Documento gráfico 1: el diseñador Marc Jacobs saliendo de su vivienda con chándal negro, plumas oversize y unas chanclas de Yeezy para Adidas con calcetines. Cierto que es un calzado codiciado por ser creado por Kanye West, pero no veo a los magnates de conglomerados de telecomunicaciones usando estas chanclas de goma para ir al comité de dirección. Aunque no sean ostentosas en sí, no llegan a formar parte del catalogo de lujo codificado, también conocido como
Marc Jacobs lujo silencioso o lujo discreto. Más bien pertenecen al bling bling chic (estilismos ostentosos) que usan las celebrities que quieren ser vistas. Y no hay nada malo en eso. Es simplemente otra tribu social.
Las firmas que se especializan en lujo codificado no buscan notoriedad e invierten más en la calidad de sus productos que en marketing. Documento gráfico 2: la reina de Inglaterra y uno de sus bolsos de cabecera, de la firma made in UK Launer (tiene una extensa colección y el de la foto cuesta unos 2500 euros). Estos bolsos lanzan el mensaje que son “buenos” a los que saben. Y también envían otro mensaje… dependiendo de cómo lo lleva la Reina. Y es que los usa para comunicarse con sus guardaespaldas con un lenguaje secreto, y ese sí, codificado, literalmente.
Hablando de realeza… Documento gráfico 3: el príncipe Harry, con un plumas de la marca canadiense con más de 20 años de solera, Arc’teryx. Por mucho que raperos como Drake hayan intentado subirse al carro de ser insiders o entendidos en moda, usándola, a la marca no le ha interesado promocionarlo. Esas celebrities hacen demasiado ruido. Tampoco quisieron hacerse eco de que el diseñador Virgil Abloh reinventó unas de sus prendas estrella para su desfile de mujer de otoño-invierno 2020 de Off White. Ellos prefieren seguir diseminando sus valores de marca como la sostenibilidad y la calidad, que gritando que son cool a los cuatro vientos. Y es que las mejores revoluciones suelen ser silenciosas.