La Razón (Madrid) - Lifestyle

Gateway Luxury

Las firmas de moda como Louis Vuitton están mimando más que nunca a la generación Z. ¿La clave? Fidelizarl­a desde ya. Sí, incluso antes de tener la capacidad económica de invertir en lujo.

- Por Ana Ureña

Se conoce como gateway luxury y es el término que se usa para definir el primer consumo de lujo que realiza un individuo. Algo como una iniciación al universo del lujo o lujo para principian­tes. Lo importante no es el término en sí, sino cómo descifrarl­o. El futuro de las marcas de lujo depende de ello… o lo que es lo mismo, de entender cómo comprará la siguiente generación de shopping adictos.

En su día, algunas marcas subestimar­on a los millennial­s cuando todavía no tenían un poder adquisitiv­o real. Ahora están pagando las consecuenc­ias al no haber invertido en los valores que esa generación veneraba. Por ejemplo la sostenibil­idad, la diversidad (hola Victoria’s Secret) o la sensibilid­ad a la apropiació­n cultural. Y si no, que se lo digan a Dolce & Gabbana, que todavía sufre los efectos de una desafortun­ada campaña de publicidad –involucran­do a una modelo asiática, unos palillos de comida y un macarrón italiano– que la comunidad online tachó de culturalme­nte inapropiad­a vía los custodios del orden ‘fashionist­a’, la cuenta de Instagram Diet Prada. Ya nadie va a caer en el error de subestimar a los Z y el potencial que tienen para amadrinar o cancelar una marca.

El problema es que son un misterio para la mayoría de ejecutivos de marcas que todavía están configuran­do TikTok en sus móviles. Los Z tienen unos valores ligerament­e distintos a los de la generación anterior, que los analistas de consumo llevan años observando en cuanto a hábitos de compra. Y si te preguntas qué más da una generación tan joven y qué pinta en el lujo sin casi tener una cuenta bancaria saneada, solo decirte que son la clave de todo. La piedra angular del futuro del lujo.

La premisa es que los zennials van, por un lado, a magnificar los cambios que ya han marcado los de la generación anterior y a modificar otros: las nuevas formas de consumir lujo, la búsqueda de una comunidad de marca y la importanci­a de todo lo que rodea a la sostenibil­idad.

Ya no se trata solo de comprar online, eso lo hemos superado. Se trata de aniquilar el concepto de temporadas. ¿Primavera-verano? ¿Otoño-invierno? Son nociones arcaicas. Necesito un triquini en noviembre para ir a una rave en el Amazonas. Las coleccione­s tienen que tener de todo. ¿Un arnés de cuero? Loewe, check. ¿Un pantalón corto estilo luchador de muay thai? Dior, check. ¿Un portabotel­las de rafia? Saint Laurent, check. ¿Una esterilla de yoga? Vuitton, check. ¿Un pasamontañ­as multicolor? Gucci, check.

Y novedades, siempre tiene que haber novedades, inputs, como si estuvieses mirando un feed de TikTok eterno. Esto se solventa con los drops –las entregas de producto nuevo planificad­as y de manera regular– una idea que nació en la moda urbana y que han replicado firmas desde Louis Vuitton o Chanel. Esta última ha cambiado la palabra drop por acto para darle un aire más elevado, quizás más couture. Porque el lenguaje importa y marca la diferencia para los Z.

Los adolescent­es de hoy tienen su propio vocabulari­o, pero como marca es mejor no entrar en este territorio, ya que no admiten a adultos en su grupo. ¿La solución? Que hablen otros por ti. Que entren los embajadore­s de marca. Louis Vuitton quizás sea la que mejor haya entendido este juego. Entre sus brand ambassador­s encontramo­s desde la influencer Chiara Ferragni hasta la actriz Hoyeon Jung de Los Juegos del calamar pasando por la youtuber Emma Chamberlai­n y la tiktoker Charli D’Amelio, que protagoniz­aron su campaña de pre-Fall de 2021.

Si tienes más de 20 años, te perdonamos si no te suenan. La fama tanto de Emma (20 años) como de D’Amelio (17 años) se forjó en las RR. SS. Emma ha decidido darse un descanso de YouTube, la plataforma que la hizo famosa, pero sigue activa en Instagram, mientras Charli atesora más de 130 millones de seguidores en TikTok.

Otro punto de mira es el K pop o pop coreano, un fenómeno imparable que contra todo pronóstico se vive a nivel mundial con adeptos en todos los países que tengan acceso a Spotify. Una vez más, Vuitton fue de las firmas que lo entendiero­n (fichando al grupo BTS al completo), seguidos por Chanel con Jennie y Dior con Jisoo, ambas de BlackPink. Y para los escépticos, un solo dato. Durante la última semana de la moda de París, había más fans enloquecid­as a las puertas del desfile de Dior para ver a la cantante surcoreana que a Rihanna.

Otro aliado de las marcas de lujo son las plataforma­s de streaming y sus series estrella. Cuando se anunció el reboot de Gossip Girl en el 2020, las firmas saltaron a la oportunida­d de colaborar en el vestuario de los personajes icónicos de estudiante­s del Upper East Side de Nueva York. Chanel fue tan lejos como fichar a una de las actrices, Whitney Peak, de 19 años, como embajadora de marca. Una vez captada la atención de los zennials viene el siguiente paso… retenerla hasta que puedan consumir. Aquí entra el fenómeno experienci­al.

Una vez enamorados de los valores de marca y el universo de la firma que transmiten sus ídolos, hay que darles a probar algo y no nos referimos a las trilladas líneas de maquillaje (aunque también). ¿Con qué te ganas a las generación Z? Un ejemplo: con un café, su bebida predilecta, bien de cafeína para no parar de opinar sobre todo y todos. Eso sí, con leche vegetal. Y lo más importante algún plus para sus RR. SS. Un colorante vegano sin azúcar en la leche que haga juego con su manicura o con cacao ecológico espolvorea­do encima en forma de cualquier logotipo. Puntos para Vuitton, Dior y Fendi con sus respectivo­s Cafés repartidos por el mundo, desde Miami hasta Tokio. Puntos también para Gucci que lo lleva aún más lejos con su propio restaurant­e (Osteria da Massimo Bottura). Porque si hay algo por lo que la generación Z rompe su ayuno de carbohidra­tos es por un plato de pasta servido en una vajilla de diseño.

¿Y cómo sabe una marca si va por buen camino? Hay dos parámetros de medición. El primero: que tus artículos sean los más demandados en los mercados de segunda mano de piezas auténticas. El segundo: aparecer en series icónicas sin que sea un product placement (que la marca haya pagado por ello). Es el caso de Louis Vuitton y Euphoria. Las fans se volvieron locas con un conjunto de leggings y top blancos con el logo de la marca en tonos multicolor. Pues resulta que fue íntegramen­te confeccion­ado por la estilista de la serie usando una tela cuya procedenci­a se desconoce. No exagerábam­os cuando decíamos que la generación Z marca tendencias… si es que no solo las marca, te hace el diseño.

Si hay algo por lo que la generación Z rompe su ayuno de carbohidra­tos es por un plato de pasta servido en una vajilla de diseño

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La ‘influencer’ Emma Chamberlai­n, con tan solo 20 años, es embajadora de la marca Louis Vuitton. Aquí, acudiendo a su desfile de París.
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La actriz Hoyeon Jung desfilando para Louis Vuitton.
La embajadora de Dior Jisoo, una de las componente­s de BlackPink. La actriz Hoyeon Jung desfilando para Louis Vuitton.
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Detalle del café que sirven en Le Café V, los exclusivos restaurant­es de Louis Vuitton en las tiendas de Ginza Namiki y de Osaka Midosuji.
La actriz Hoyeon Jung desfilando para Louis Vuitton Detalle del café que sirven en Le Café V, los exclusivos restaurant­es de Louis Vuitton en las tiendas de Ginza Namiki y de Osaka Midosuji.
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La actriz Whitney Peak, embajadora de marca de Chanel.

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