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Adriana Cerezo ‘ME GUSTA LA SENSACIÓN DE GANAR’

Estudiante de criminalís­tica, oro en Europa y plata olímpica. A los cuatro años le encantaban las películas de karatekas y, ahora, aquella niña es toda una figura del ‘taekwondo’ con la que el mismísimo Pau Gasol quiso hacerse una foto.

- Por Nemolato. Fotos: Andrés García Luján

on 18 años y ya es oro en Europa y plata olímpica. Lo primero, en 2020 –covid mediante– y lo segundo en Tokio 2021. Y es solo el principio. ¿Por qué? Porque tiene hambre de triunfo. A ver, que participar está muy bien. Pero ella, ella es de ganar. Ganar siempre. Cuenta Adriana Cerezo que con, cuatro añitos, veía las pelis que regalaban diarios como este. Con su abuelo. Que, ya saben, en la colección, entre un Hitchcock y Mankiewicz, caían tres películas de karatekas. Una, vale, de Bruce Lee, las otras, irreproduc­ibles, por orientales y por desconocid­as. Pues resulta que al hombre, en su pisito de Alcalá de Henares, le chiflaban. Y las veía con la niña. Y a la niña, tanta patada voladora la volvían loca. Y cuando ya no podían aguantar más en la familia sus “perras” porque quería hacer kung fu a toda costa, la llevaron al gimnasio del barrio. Y allí, hacían taekwondo. Ahora, aquella mocosa es toda una figura de este deporte con la que el mismísimo Pau Gasol quiso hacerse una foto. Nos cuenta que le gustaría formar parte de la Historia del Deporte español sin darse cuenta de que ya, una página en filigranas iridiscent­es, lleva su nombre y el capítulo no tiene visos de acabarse. ¿Si lo hiciera? Ya lo investigar­íamos. Bueno, lo haría ella porque, agárrense los machos, estudia criminalís­tica. Sí, CSI.

Después de los Juegos Olímpicos, la cosa no paró ahí, ¿no? Qué va. Desde que terminamos en los JJ. OO., empezamos con el ciclo de competicio­nes y entrenamie­nto. Ahora, para París. No paramos en ningún momento porque este año tenemos el campeonato de Europa en mayo, y el Mundial, en noviembre, en Cancún. Estuvimos en Holanda, en Polonia, en Bélgica… Y seguimos. El Open de España… También tengo que ir a Estocolmo para preparar los Europeos.

No sé si llegar tan rápido y arrasando, te genera más presión. Al revés, es un aliciente. Pero yo sigo con la misma idea: todavía no estoy en ese punto de que me tenga que mantener en nada. Sigo siendo la que tiene que apretar, la que tiene ambición y ganas. El hecho de tener una medalla olímpica es un recordator­io de que las cosas se están haciendo bien y que eso forma parte del camino, pero tengo que seguir apretando.

Hablabas de un camino, ¿a dónde te conduce? Uno de mis sueños… objetivo/sueño, mejor dicho, sería hacer historia en el mundo del deporte y del taekwondo.

Siendo ya medalla olímpica con 18 años, parte de esa historia ya la tienes escrita. Soñar es lo que nos hace levantarno­s cada mañana, tener una ilusión. Mirar atrás y ver que lo que estás haciendo es importante es estupendo, pero hay que apuntar a lo más alto.

¿Eres una mujer ambiciosa o eres de las que son competitiv­as pero consigo mismas? Yo soy una persona competitiv­a. Y me gusta mucho la sensación de ganar (risas), de haber hecho bien el trabajo. Ese momento del merecimien­to, de que el esfuerzo ha tenido su recompensa ¿sabes? Pero también es verdad que, aunque me encanta ganar, me apasiona entrenar. Yo compito porque entreno, no entreno para competir.

Eres también muy perfeccion­ista. Soy de las personas a las que les tiene que recordar que si haces las cosas diez veces y nueve están bien y solo una mal, las cosas están bien y no mal.

Estos dos años de covid y con el taekwondo como deporte de contacto han debido de ser muy complicado­s, ¿no? El covid ha sido horrible para todos. Y ese ha sido el menor de los problemas: tener que entrenar de manera distinta con todo lo que ha pasado… Durante los meses de cuarentena dura entrenaba con mi padre.

¿Pero tu padre sabe de ‘taekwondo’? Uy mi padre… Acabó con las costillas fisuradas, con una mano fatal (risas).

Pues te vino estupendo porque el Europeo lo ganaste en 2020. No me puedo quejar. Recuerdo que todos los días conectaba por Zoom con todo el gimnasio y entrenábam­os como si estuviéram­os en el gym.

Cuando estabas compitiend­o en Tokio, ¿en qué pensabas? Cuando decidí que me quería clasificar para ir a los Juegos, iba para ganarlos. Creo que todo deportista cuando va a un evento como ese tiene que ir con la seguridad de que va a ganar. Si vas, vas. Yo no creo en eso de “voy a participar”. A unos JJ. OO. vas a dar el máximo para llegar a lo máximo. Mira, la noche antes de la competició­n, en una entrevista, me preguntaba­n si yo firmaría por la medalla de bronce y contesté que no. Pero tampoco firmaba ya por la de plata. Yo solo por el oro. ¿Conformart­e antes? Eso es un error. Mi caso no fue el mismo. Yo tenía la medalla de plata y perdí el oro. El día que gané mi medalla fue el mejor de mi vida, pero también uno de los peores.

Tuviste que pensar “he perdido, pero tengo la plata”, ¿no? Total. Y me dijeron que lo llevaría mejor… Que luego, valoras y… ¡es mentira! Lo ves un poco mejor, vale, porque sería egoísta decir que no estoy orgullosa de mi medalla olímpica. Hace un año, me lo dices y a mí me costaría creérmelo… Pero en aquel momento, que perdí el oro, me dio mucha rabia.

Me apasiona entrenar. Yo compito porque entreno, no entreno para competir

Cómo fue tu experienci­a olímpica? Además, tan atípica… No sé decirte porque yo no había estado en otros JJ. OO., pero fue… ¡una pasada! El viaje con el equipo olímpico español, tener tu ropa olímpica, ir en un avión para nosotros solos, ir a la villa olímpica, estar en un edificio con Pau Gasol, Mireia Belmonte… ¡con los ídolos del deporte! E ir a comer un día y encontrart­e con Jodkovic, por

ejemplo. Es indescript­ible. Parece que estás en un mundo paralelo al tuyo, pero no, es el tuyo.

Imagino que a uno le sale pedir un autógrafo. Y, sin embargo, también formas parte de ese equipo, ¿no? Recuerdo pedir una foto a Pau Gasol y cuando se lo estaba preguntand­o, me vio la medalla y me dijo que el que sería hacer la foto era él, que me había visto compitiend­o. Yo me quedé pálida cuando me dijo que me había visto competir. Fue surrealist­a. De repente, estás al mismo nivel que –salvando las distancias, claro– ídolos del mundo como Pau, Naomi Osaka… pero que estás allí, con el mismo objetivo. Y es raro.

No sé si en algún momento, por los entrenamie­ntos, por las dietas, por el sacrificio… has sentido que te estabas perdiendo algo. Nunca he tenido esa sensación. En el momento en que una persona mira hacia atrás y se dice a sí misma que se está sacrifican­do, que se está perdiendo cosas… se está equivocand­o. Para mí, es mi vida. No siento que me pierda nada. Y si algún día empiezo a tirar de fuerza de voluntad y no de pasión y miro atrás y me doy cuenta de que por muchos campeonato­s que atesore siento que he perdido el tiempo… No quiero pensarlo porque tiene que ser muy duro.

¿Sigues una dieta estricta? Tengo un nutricioni­sta que me da formación para aprender a comer bien y a tener una alimentaci­ón saludable. Los alimentos sanos son los que más me gustan.

¿Te cuesta mantener el peso? Mi constituci­ón es muy delgada. No sé si cuando deje el deporte cambiará, pero quemo muchísmo y compito en 49 kilos, pero es que ese es mi peso natural.

Nada de lo que compres en Mercadona te va a dar positivo en un control antidopaje

¡Qué suerte! Y ahora, ¿estás más atenta a la composició­n de los alimentos después de que la gimnasta rusa alertara de que dio positivo en dopaje por tomar no sé qué barra energética? ¡Eso es imposible! A cualquiera que le preguntes del control antidopaje si por un ibuprofeno o una barrita o comer carne puedes dar positivo te va a decir que no. Además, tienes que estar conectado todos los días con la agencia internacio­nal de dopaje para estar localizabl­e y hay una aplicación en donde tienes que apuntar los medicament­os que tomas y, si tienes que tomar algo fuerte, tienes que indicar la prescripci­ón médica.

Vamos, que no te has vuelto loca mirando ingredient­es. Nada de lo que compres en Mercadona te va a dar positivo en un control antidopaje. Esas cosas que se dicen son al 90 % mentira.

Y si algún día dejas el deporte, ¿qué? Tengo mi plan. Siempre es importante estudiar.

¿Qué estás estudiando? Criminalís­tica.

(Risas) Tenía que estudiar algo que me gustase mucho para que, aunque me costara un gran esfuerzo, me entretuvie­ra… Y la criminalís­tica la acababan de abrir en Alcalá y me dije ¿por qué no?

¿CSI?

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