Ramón Vázquez: Omnicanalidad y última milla logística: el cuello de botella
La última milla (en síntesis, la entrega B2C business to consumer) representa en promedio el 28% de los costos de transporte de carga por carretera, es decir que buena parte del valor de transportar un producto en un camión, se concentra en un tramo de 1,6 kilómetros de longitud.
Si algo está claro, es que el futuro de la última milla va a estar marcado por el cambio causado por la aceleración de la digitalización urbana y los CAMBIOS en el COMSUMO, el auge del comercio electrónico, la reducción de los plazos de entrega de las mercancías y las dificultades operativas, el incremento de la logística inversa, en especial de los procesos de devoluciones, la implantación progresiva en el centro de las ciudades de las cadenas de la Gran Distribución, el auge de la distribución urbana de mercancías con un crecimiento imparable y el deterioro constante de la calidad de vida de los ciudadanos por los mayores niveles de contaminación y de tráfico.
Con los Nuevos Protocolos de Sostenibilidad propugnados por la Unión Europea, el Gobierno de España y las Comunidades Autónomas e implantados por los Ayuntamientos con restricciones al tráfico que obligan a remodelar el negocio tradicional logístico, la necesidad de adaptarse va a ser obligatoria para las empresas y para las cadenas de suministro «compra-envío-reparto-recepción-devolución» ya sean del comercio tradicional o del e-commerce. La evolución que viva la tecnología, la legislación respecto a los nuevos métodos de entrega, las restricciones a la circulación, los gravámenes medioambientales o costes externos y el progreso del e-commerce con las nuevas necesidades de los destinatarios, el incremento del número de repartos de paquetes, la dificultad para encontrar a los clientes en su casa y la logística inversa, tanto por devoluciones como por sustitución de bienes viejos o productos para reciclar, dibujarán el futuro de este tramo vital para el transporte y la logística. La última milla en los centros de las zonas urbanas presenta problemas de movilidad: tráfico, atascos, calles peatonales, escasez de plazas de carga/ descarga, cascos antiguos de difícil acceso, etc. y la entrega de mercancías está siempre condicionada por la movilidad urbana y las cada vez crecientes normativas restrictivas, tanto en situaciones ordinarias como muy especialmente en episodios de alta contaminación cada vez más frecuentes. Y en esta logística, la última milla es el momento de la verdad para el que NO HAY SOLUCIONES UNIVERSALES, pero hay muchas que deben estar ARMONIZADAS y hay INCONVENIENTES en cada solución que deben afrontarse con el objetivo de generar las menores molestias, pensando en el interés colectivo. Ello va a requerir la participación y apoyo de todos los AGENTES IMPLICADOS: fabricantes, transportistas, operadores, comerciantes, residentes y autoridades municipales.
PLATAFORMAS DE DISTRIBUCIÓN URBANA
Variadas soluciones de gestión de cadena de suministro han revolucionado el movimiento de mercancías de un lugar a otro, pero la última milla de esa cadena –el punto en el que las mercancías salen de una instalación de gran volumen y luego llegan al destino final ya sea el cliente o el punto de venta– es todavía muy ineficiente y muy costoso y el de mayor impacto medioambiental. Múltiples soluciones se están aplicando al problema de la última milla, como optimizar las rutas de entrega, vehículos comerciales ligeros y más ágiles (eléctricos o híbridos, bicicletas y triciclos eléctricos), métodos de entrega alternativos como Click & Collect o Click & Car en puntos físicos de recogida (tiendas físicas, puntos de conveniencia, taquillas electrónicas), herramientas que permitan el seguimiento de las entregas, software de gestión de rutas y gestión de flotas, reforma de zonas de carga y descarga, carriles multiuso, economía colaborativa con personas que entregan los paquetes a sus vecinos del barrio porque disponen de tiempo para realizar esas entregas a pie o en bicicleta (crowdssourcing & freelance), etc.
Para consolidar y optimizar todas estas soluciones, uno de los pilares fundamentales es la INFRAESTRUCTURA con un nuevo producto inmobiliario al servicio de la cadena de suministro: las Plataformas de Distribución Urbana (PDUs), ubicadas en los centros de las grandes ciudades, en localizaciones Estratégicas y accesibilidad desde las vías de gran capacidad y ubicación respecto a las zonas de mayor concentración comercial, de oficinas y de viviendas, no a 10 ó 20 kilómetros de distancia, con una operativa basado en la recepción nocturna y silenciosa de grandes camiones con la máxima capacidad de carga admisible en cada zona y medioambientalmente EURO 6 o posterior, que pueden entrar a las ciudades y ocasionar menos molestias en el tráfico y entregas diurnas con vehículos 0 emisiones que, con menor número de unidades alcanzan múltiples entregas en radios de 2 kms. en el área de influencia desde la base, posibilitando incluso las entregas en bicicleta o peatonales dada la cercanía a los destinos. Con esta solución se fomenta el partenariado con el que sinergiar “economías de escala” o “reducción de costes logísticos” y superar pérdidas económicas a causa de ineficiencias o problemas externos, así como la reducción de los plazos de entrega, con un enfoque polivalente para adaptarse al aumento del comercio OMNICANAL minorista on line (e-commerce) y off line (tiendas físicas).
RED DE PDUS
En línea con todas estas tendencias, está a punto de ponerse en actividad un proyecto innovador consistente en una red de PDUs en una red de grandes ciudades de España para mitigar los factores externos que impactan en las operaciones en la última milla. Mediante este tipo de nueva infraestructura inmologística especializada para la distribución urbana de mercancías en el centro de las ciudades con operativas eficientes de tránsito y caga/descarga en coordinación entre los diferentes niveles del sector público y del sector logístico privado y que permitirá, a partir de su operatividad, evitar manifestaciones de los consumidores como “¡Qué fácil es comprar online y qué difícil recibir el paquete!” “Los mercas abren 24 horas, pero no siempre hay todos los productos”.
En definitiva, la última milla implica estar lo más cerca posible del consumidor atendiendo a la vez las necesidades logísticas con el menor impacto para la empresa, económico, ambiental y social y para ello es necesario un conjunto de nuevas infraestructuras con equipamientos, zonas de carga y descarga, espacios para la carga de vehículos eléctricos y con el apoyo de la administración para incentivar la adaptación del sector a los nuevos retos, haciendo posible conjugar la actividad económica de la ciudad y el bienestar de sus habitantes, mediante una actuación inversora que posibilita la gestión y prestación de los servicios de entrega de mercancías por los operadores de transporte y logística y el cumplimiento de las medidas de regulación y control municipales en pro de la calidad del aire.
Esta solución produce una serie de impactos muy positivos para distintos actores de la DUM como la optimización de cargas con utilización del vehículo adecuado, la optimización de recorridos de distribución, la reducción del número de vehículos de mercancías circulando, el uso racional y multifuncional del espacio público, la reducción estacionamiento en doble y triple fila y las maniobras prohibidas en operaciones de carga y descarga, la cooperación entre transportistas, operadores y comerciantes, la utilización de nuevas tecnologías en equipos y vehículos, la reducción de costes directos de transporte, la aportación a la SOSTENIBILIDAD con reducción de costes externos como las emisiones de gases de efecto invernadero, los ruidos y los riesgos de accidentes y, además, generación de empleo con posibilidades de centros especiales de empleo para personas con discapacidad física, psíquica o sensorial.
ESTÁ A PUNTO DE PONERSE EN ACTIVIDAD UN PROYECTO INNOVADOR CONSISTENTE EN UNA RED DE PDUS EN GRANDES CIUDADES DE ESPAÑA