Pavimentos continuos para naves industriales
¿Qué es un pavimento y de qué partes está compuesto? Un pavimento es una superficie artificial que se construye para que el piso sea sólido, duradero y llano, para poder ser transitado de manera fácil, peatonal o vehicularmente, aseguran desde AEPC, la Asociación Española de Pavimentos Continuos.
La primera técnica utilizada para la confección de pavimentos continuos fue empleada por los romanos quienes perfeccionaron un sistema similar que heredaron de los fenicios. Los romanos lo llamaron opus signinum. Se trataba de un mortero hidráulico de cal con arena y trozos pequeños de tejas rotas. Los romanos la utilizaron para pavimentar calles y vías de comunicación, edificios termales, canalizaciones hidráulicas, y sobre todo para construir el pavimento de sus villas. Estos materiales, en muchos casos se han conservado hasta nuestros días, gracias a su extrema resistencia y durabilidad.
Los pavimentos son la capa sobre la que se puede transitar, pero el “suelo en su conjunto” se compone de otras capas que se encuentran debajo del pavimento y no se ven.
Sobre la explanada, que es el terreno, natural o artificial, sobre el que se apoyan todas las capas, se encuentra base, el elemento estructural que resiste las cargas a las que está sometido el pavimento. Adicionalmente, se puede colocar una subbase, cuya finalidad es complementaria a la base y sirve de transición a las capas superiores.
Por último, aparece el pavimento, la zona transitable y la parte que se puede ver de todo el conjunto.
LOS PAVIMENTOS CONTINUOS PERMITEN CUBRIR, SIN JUNTAS, UN ÁREA O SUPERFICIE MAYOR A LO QUE PERMITEN LOS PAVIMENTOS CONVENCIONALES
¿QUÉ SON LOS PAVIMENTOS CONTINUOS?
En el Estudio sobre Pavimentos Continuos 2021 de la AEPC, explican que dos son los conceptos esenciales que diferencian a un pavimento continuo de otro discontinuo:
1. Ausencia de juntas (no se contemplan las juntas de dilatación, consideradas estructurales, ni tampoco las de construcción).
2. Construcción in situ.
Los pavimentos continuos permiten cubrir, sin juntas, un área o superficie mayor a lo que permiten los pavimentos convencionales a base de elementos discontinuos. Es un término empleado comúnmente en contraposición a las soluciones compuestas por elementos prefabricados de pequeño tamaño, como pueden ser los pavimentos de baldosas y adoquines de hormigón, cerámica o piedra natural. Su denominación también se relaciona con el hecho de que se construyen in situ pudiéndose ajustar a la geometría de la superficie a cubrir y por lo tanto, no estando, a priori, la distribución de las juntas condicionadas por el tamaño de los elementos de pavimentación.
Los pavimentos continuos tan sólo contemplan aquellas juntas necesarias para que el pavimento trabaje correctamente, como las de dilatación o separación, así como las llamadas juntas de construcción, es decir, las juntas que quedan cuando se para el trabajo de ejecución del pavimento y se reanuda en otro momento.
No obstante, la proporción de juntas que se requerirá siempre será mucho menor que en los pavimentos convencionales.
Por sus excelentes características, los pavimentos continuos llevan ya tiempo siendo muy utilizados en diversos sectores, tanto en exteriores como en interiores. Su uso está muy extendido especialmente el sector industrial, aunque su uso comercial también ha tenido un enorme auge y aceptación. Y cada vez van teniendo más presencia en zonas y sectores de los más cotidianos.
¿CUÁLES SON LOS TIPOS DE ACABADOS POSIBLES EN LOS PAVIMENTOS CONTINUOS?
Los pavimentos continuos pueden tener diversos tipos de acabados, siendo éstos la superficie final del pavimento, es decir, la capa final de los mismos, la parte que se ve.
Este tipo de pavimentos pueden finalizarse con un único acabado o darse una combinación de varios, siendo de hecho ésta, una solución muy habitual.
Dichos acabados pueden ser muy diversos en cuanto a materiales, prestaciones, métodos de ejecución, etc., aunque quedarán englobados en alguno de los grupos que se describen a continuación:
Tratamiento superficial del hormigón o mortero: Al pavimento, ya ejecutado, de hormigón o mortero, se le aplica un tratamiento directo con medios mecánicos, (mediante maquinaria especializada) o químicos (con productos específicos). Es muy habitual que, tras realizar un tratamiento superficial, se coloquen recubrimientos finales, pues para lograr las prestaciones requeridas muchas veces resulta necesaria una combinación de ambas técnicas. Recubrimiento: Es una actuación simple de pintado, reparación, protección, etc. Todos los recubrimientos están comprendidos en los sistemas denominados de “bajo espesor”. Revestimiento: Es una actuación más integral que en el caso de los recubrimientos. Generalmente requieren un estudio previo de saneamiento y reparación del sustrato, en una o varias capas, pudiendo llegar a cubrir por completo el sustrato y generar uno nuevo.
ESTE TIPO DE PAVIMENTOS TIENEN, POR LO GENERAL, UNA MAYOR VIDA ÚTIL QUE OTRO TIPO DE SUELOS
Los revestimientos comprenden todos los espesores posibles de “medio espesor” y “alto espesor”, pudiendo ser en algunas ocasiones incluso de “bajo espesor”, ya que existen sistemas de alta calidad que permiten actuaciones integrales en tan bajos espesores.
Dentro de los revestimientos, requieren una especial mención los de categoría lining, que son aquellos revestimientos de “bajo espesor” que van desde los 1,5 mm hasta 3 mm, orientados a una actuación de altas prestaciones físico-químicas, proporcionando al pavimento una gran resistencia química.
¿CUÁLES SON SUS CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES? Las características de un pavimento continuo dependerán en gran medida del sistema elegido y de los acabados que se empleen para conformarlos. Existe una gama muy extensa de pavimentos continuos, tanto cementosos como poliméricos, que permiten ajustarse a las necesidades y solicitaciones que le exija cada tipo de industria o actividad. La diferencia básica con respecto otro tipo de pavimentos es su continuidad, lo que proporciona unas enormes ventajas, tanto a nivel funcional como de mantenimiento.
Y es precisamente de dicha característica definitoria de este tipo de suelos de la que derivan sus características principales: Minimización de juntas: En los pavimentos continuos se reduce la existencia de juntas al mínimo, requiriéndose tan sólo ejecutar las estructurales. Esta reducción de juntas es una gran ventaja, pues dichas juntas son zonas de acumulación de suciedad y que requieren un mantenimiento específico.
Fácil mantenimiento: Las juntas son puntos de continuo deterioro y en las mismas se centran una gran parte de los fallos y tareas de mantenimiento, por lo que el reducir juntas supone reducir tareas de mantenimiento y aumentar productividad.
Al no disponer de juntas, el mantenimiento del pavimento se hace muchos más sencillo que en otros tipos de suelos, lo cual deriva, además, en menores costes económicos asociados a dicho mantenimiento. Otras prestaciones en función del tipo de solución son:
Fácil limpieza: Al no disponer de juntas, la limpieza resulta también mucho más sencilla y efectiva puesto que es precisamente en las juntas donde se acumula la mayoría de suciedad (bacterias, hongos y polvo).
Por tanto, en este tipo de suelos, generalmente, resulta suficiente con realizar limpiezas superficiales. Estéticos: Los pavimentos continuos se pueden realizar en diferentes colores para adaptarse a los requisitos estéticos del cliente, así como para permitir la identificación de zonas con diferentes usos en el sector industrial o en aparcamientos, por ejemplo.
Gran resistencia mecánica: Este tipo de pavimentos son capaces de resistir grandes solicitaciones, siempre y cuando estén proyectados y ejecutados correctamente.
Gran resistencia a la abrasión: Los pavimentos continuos son superficies que aguantan muy bien el desgaste superficial y las rozaduras.
LA REDUCCIÓN DE JUNTAS QUE PRESENTAN ESTE TIPO DE SUELOS CONLLEVA NO SÓLO UNA REDUCCIÓN DE LOS COSTES DE MANTENIMIENTO, SINO TAMBIÉN UN AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD DE LA ACTIVIDAD
Alta durabilidad: Este tipo de pavimentos tienen, por lo general, una mayor vida útil que otro tipo de suelos.
Buena resistencia al fuego: Siempre y cuando el pavimento cuente con sus certificaciones correspondientes, se tienen suelos incombustibles, que no incrementan la carga de fuego, que no desprenden sustancias tóxicas para las personas, ni nocivas para el medio ambiente y que permite el acceso de los equipos de rescate y extinción.
Poco deslizantes: Generalmente, aunque dependerá de los materiales elegidos y de los acabados, los pavimentos continuos suelen ser poco deslizantes. Aun así, si resulta necesario, existe la posibilidad de instalar pavimentos continuos antideslizantes.
Impermeables: Normalmente, aunque dependerá de los materiales elegidos para componer el pavimento, suelen ser suelos impermeables. Muy versátiles: Los pavimentos continuos pueden presentar distintas texturas, colores, etc., permitiendo adaptarse muy bien a las necesidades y requisitos de uso particulares de cada cliente.
¿ QUÉ DIFERENCIAS HAY ENTRE LOS PAVIMENTOS CONTINUOS Y OTROS TIPOS DE PAVIMENTOS?
La diferencia esencial entre un pavimento continuo y cualquier otro tipo de pavimento es precisamente la característica que los define: su continuidad.
La reducción de juntas que presentan este tipo de suelos conlleva no sólo una reducción de los costes de mantenimiento, sino también un aumento de la productividad de la actividad que se desarrolla sobre los mismos, al minimizar posibles paradas en el proceso productivo; lo cual es una cualidad indispensable en los tiempos actuales donde la automatización y todo lo que conlleva la industria 4.0 exige una mayor productividad y nuevos requerimientos en los pavimentos.
Dicha característica principal de continuidad deriva en otras secundarias que diferencian a los pavimentos continuos de otros tipos de pavimentos. Cabe señalar que estas características secundaras dependerán, en gran medida, del tipo de acabado, destacando entre ellas:
Mayor durabilidad que otros tipos de pavimentos Limpieza y mantenimiento más sencillos Mayor resistencia
Menor tiempo de puesta en obra
Mayor rentabilidad
Mayor sensación de amplitud
¿QUÉ VENTAJAS PRESENTAN LOS PAVIMENTOS CONTINUOS?
Los pavimentos continuos poseen una serie de características que derivan en un gran número de ventajas muy provechosas dentro de cualquier ámbito de uso: alta durabilidad, sensación de amplitud, gran resistencia a la abrasión, gran resistencia mecánica, alto grado de confort, gran rentabilidad, muy higiénicos, fácil limpieza y fácil mantenimiento.