Los adolescentes que toman drogas abusan más de las nuevas tecnologías
Un estudio alerta de que el uso excesivo de los medios digitales de los jóvenes deriva en depresión, insomnio, ansiedad o aislamiento Un tercio conversa por internet con desconocidos
Un tercio de los adolescentes atendidos por las entidades de atención a los jóvenes Amalgama7 y Fundación Portal que presentan un abuso de sustancias estupefacientes (preferentemente alcohol y derivados del cannabis) también utilizan en exceso las nuevas tecnologías. Ésta es una de las conclusiones del estudio Uso y abuso de las nuevas tecnologías que Amalgama7 ha llevado a cabo entre 421 jóvenes de entre 14 y 16 años atendidos en la entidad entre 2014 y 2017.
El director clínico de Amalgama7, Jordi Royo, presentó ayer las conclusiones del estudio, elaborado a partir de autoevaluación a los chicos y a las familias y que revela que un 31% de los jóvenes afirman que “las nuevas tecnologías pueden generar adicción”.
Royo especificó en su intervención que tres de cada cuatro adolescentes atendidos por la entidad presentan un transtorno de patología dual (concurrencia en una misma persona de al menos un transtorno psicopatológico y un abuso de sustancias).
Sobre el uso de las nuevas tecnologías por parte de los jóvenes, “se está estudiando cuándo se debe considerar patológico”, explicó Royo, para quien indepen- dientemente del carácter adictivo de estas conductas, las nuevas tecnologías “sí que están derivando en consecuencias adversas para la salud mental como depresión, insomnio, ansiedad o aislamiento” y en comportamientos de riesgo.
Como ejemplo entre los comportamientos de riesgo, Royo citó el 8% de los jóvenes que han acudido a una cita a ciegas o que un tercio de los chicos afirman que en sus conexiones a internet mantienen o han mantenido conversaciones con personas desconocidas.
Según la encuesta, el 99% de los jóvenes afirman disponer de teléfono móvil, un 71% comprado por los padres, un 98% se conectan a internet a través del móvil y un 31% de la población manifiesta “no saber cuál es el gasto que supone su móvil”.
Un tercio de la muestra afirma “tener televisión en la habitación”, y un 73% también ordenador. A pesar de ello, el 47% reco- noce que una habitación on line “no favorece la comunicación familiar”, señala el estudio.
Los padres “no conocen la cantidad de horas que se conectan sus hijos, ni se atreven a preguntar”, alertó Royo a tenor del 72% de los progenitores que afirman que “no preguntan a sus hijos cuánto tiempo pasan con los dispositivos tecnológicos”.
Royo añadió que el problema se “está trasladando a las aulas” ya que tres cuartas partes de los jóvenes manifiestan que están pendientes del WhatsApp mientras estudian y sólo un 10% asegura que no tiene ningún dispositivo móvil cerca.
“Los padres no conocen las horas de conexión de sus hijos ni preguntan”, advierten los expertos