Lazos de unión
Llevo casi un año viviendo (y trabajando) en Barcelona y debo confesar un hecho que me resulta cuanto menos curioso: estamos cortados por el mismo patrón. Me refiero a catalanes, andaluces, castellanos y a todo hijo de vecino de procedencia cualquiera. Y digo que me resulta curioso porque llevo años escuchando supuestas diferencias por parte de líderes ideológicos. Muchos de ellos de líderes sólo tienen el sueldo. Quizá sea doloroso, pero uno de los lazos más fuertes que compartimos es la falta de respeto. Los de un lado claman justicia para los “presos políticos”. ¿Presos políticos? Sólo por respeto a aquellos que se pudrieron en cárceles franquistas, sólo por eso, se les debe otro tratamiento. Por otro lado están los que se niegan a considerar siquiera distintas formas de sentir. Aunque la falta de respeto no está sola en esto; la incultura y la incapacidad reflexiva también tienen mucho que decir. Mientras los señores de cada feudo echan carnaza a los suyos, quizá sea constructivo asignar colores a nuestros lazos de unión. Eso sí, el amarillo ya no está disponible. Andrés Montagut (correo)