El Bernabéu elige al campeón
Cuatro semanas después de la ida, River y Boca disputan la vuelta de la final en un ambiente que se espera que sea cordial Gallardo recupera a Ponzio y Schelotto pondrá a su once de gala
Cuatro semanas después del partido de ida y medio mes más tarde de lo previsto, River y Boca deciden hoy sobre el césped del Santiago Bernabéu quién es el rey de Sudamérica, quién conquista la Copa Libertadores más polémica y, quizá, también la más popular de la historia.
Un diluvio, un ataque al autobús de Boca, sucesivos aplazamientos y, finalmente, la sorprendente decisión de trasladar la definición del título a Madrid. Porque lo que comenzó como la “final del siglo”, por el choque entre los dos grandes buques argentinos, fue derivando a “la final más larga del mundo”, parafraseando el cuento de Oswaldo Soriano fue “la Copa Conquistadores”, al ser trasladada a Madrid, o “la final de la vergüenza”, por la decisión de sacarla del continente.
Nadie ha quedado indiferente ante esta final que prometía emociones fuertes y ha superado todas las expectativas. Desde presidentes de gobierno a artistas, las máximas instancias del fútbol, ex ju- jor manera”, “Que la gente crea”, “Juntos somos más grandes” y “Se merecen todo”. El Muñeco recupera respecto a la ida a Ponzio, pero tiene problemas en el ataque, donde no podrá alinear por sanción a Santos Borré y prácticamente ha descartado a Scocco por un desgarro en el gemelo derecho.
River sabe que su baza se jugará en el centro del campo. Allí acumula el talento de Palacios y la llegada de Pity Martínez, quien parece que vive sus últimos momentos en el club antes de ir al fútbol estadounidense. Por lo mostrado en los entrenamientos, la duda es si jugará con cinco al fondo, lo que daría opciones a Martínez Quarta, o con cuatro, con lo que podría entrar Nacho Fernández en la línea de interiores.
El ataque para Boca, mientras, no parece un problema. El aplazamiento de la final le ha servido para recuperar a Pavón, lesionado en la ida, y el técnico Guillermo Barros Schelotto cuenta con suficientes variantes para sorprender al rival. Con Wanchope Ábila en estado de gracia (14 goles), Benedetto se ha convertido en el factor sor-
Vamos a defender a los hinchas de la mejor manera; juntos somos más grandes”
presa desde las semifinales (4 goles). El Mellizo puede recurrir a Sebastián Villa y Pavón, tirar de la experiencia de Tévez y el oportunismo de Benedetto o incluso de Cardona, que destacó el domingo ante Independiente. Al Rojo precisamente alcanzará Boca con siete títulos si gana, mientras que para River sería el cuarto.
En un Bernabéu repleto, River y Boca, Argentina y toda Sudamérica se juegan algo más que un título, en una final con alargue y definición por penaltis en caso de empate. Está en juego la credibilidad de su fútbol y la posibilidad de cambiar la imagen que quedó dañada camino del Monumental.