Malaga Hoy

El Unicaja se clasifica para la Copa pero sufre para derrotar al Movistar

El Unicaja completa otro partido irregular, pero sabe sufrir para ganar al Movistar Se alternan momentos brillantes con otros de preocupant­e fragilidad que hay que corregir

- José Manuel Olías MÁLAGA

El Unicaja está aún convalenci­ente, no está pletórico. Pero ha enlazado un par de victorias balsámicas. Ganar en momentos de f laqueza reconforta y ayuda a encarar con optimismo. El billete copero tras derrotar al Movistar Estudiante­s (82-76) tranquiliz­a. El Carpena estuvo de red cuando el equipo bajó el nivel y hubo cierta capacidad para sortear la irregulari­dad en la que está inmerso el equipo de Luis Casimiro. Siguen preocupand­o esas fugas en el rebote y algunos agujeros negros defensivos, sin cuya corrección no se podrá llegar demasiado lejos.

La parte positiva es que hay conscienci­a de esos problemas, no se niega una evidencia. Hay también una corriente mental negativa que lastra al equipo. En ello andan Casimiro y sus hombres, que dominaron por cerca de 20 puntos al comienzo del último periodo y, como ante el Estrella Roja, acabaron sufriendo.

El arranque de partido tenía al Unicaja como dominador, con reparto de puntos y protagonis­mo en ataque. Dos faltas rápidas de Darío Brizuela sacaron del partido al máximo anotador de la Liga Endesa y el trabajo de Milosavlje­vic conseguía aplacar las ansias anotadoras de Alessandro Gentile, un proyecto claro de jugador NBA en su día y que ahora lucha por relanzar su carrera en Madrid. El serbio daba un nivel alto en defensa.

Sin alardes, gobernaba el partido el Unicaja antes de que el Movistar tomara aire con el italiano e igualara el partido. Llegó en ese momento una llamarada de Dani Díez, que ensartó tres triples que permitiero­n tomar renta (31-23) de nuevo. Se necesita más aportación ofensiva de varios jugadores y el madrileño tiene ese tiro, acaso con más tiempo para armar el brazo cuando juega de cuatro, que puede despejar situacione­s complicada­s. Entre medias, una bonita asistencia de Salin por la espalda habilitaba a Lessort para que metiera en rectificad­o.

En esa recuperaci­ón progresiva, el equipo malagueño intenta enlazar más minutos continuos, pero le cuesta, no ha recuperado aún la estabilida­d de su mejor momento de la temporada. Al menos, limitó los malos. Por ejemplo, Waczynski y Shermadini se conjuntaro­n en momentos negativos y se malograron varias oportunida­des ofensivas para el despegue.

A 3:21 del descanso tomó la alternativ­a Ryan Boatright. Lo primero que hizo fue meter un triple utilizando un bloqueo con esa suspensión poderosa que emplea. La primera impresión fue buena, pero lo suele ser con cualquier fichaje cuando se quiere ver lo bueno. En la penúltima jugada del primer tiempo pare-

ció resentirse muscularme­nte. Se llegó al descanso con una ligera ventaja cajista (38-34).

El paso por el vestuario llevó a un momento un tanto caótico, con errores por parte de los dos equipos, pero salió antes el Unicaja de la espiral y le sucedieron buenos minutos en ataque. Se encontró a Shermadini en posiciones favorables, básicament­e en continuaci­ones antes que en el poste bajo, metieron Jaime y Roberts triples, Wiltjer hizo un par de buenos movimiento­s y Milosavlje­vic metió un contraataq­ue con un pase de campo a campo de Jaime. Tres minutos de acierto y velocidad en el juego que distanciar­on al Unicaja a los 12 puntos de renta, obligando a un tiempo muerto de Berrocal (56-44).

El técnico del Estudiante­s, en situación límite, dio cancha a Brizuela, que hizo la tercera falta en el último ataque del segundo cuarto. E hizo rápidament­e la cuarta, también en ataque. Anotaba con facilidad el Unicaja, que se sentía cómodo porque fortificab­a mejor su aro y ello le permitía atacar en situacione­s ventajosas en carrera. Y porque, básica-

mente, metía un alto porcentaje de las buenas posiciones que creaba, algo que le había fallado en anteriores encuentros. Alcanzó los 16 puntos de renta, reducidos a 14 con una canasta postrera de Brizuela antes del final del tercer cuarto (66-52), en el

que el Unicaja se había sentido cómodo (28 punto metió).

El Movistar no le perdía la cara al partido, Cook metía un tres más uno y Brizuela le daba otro aire al ataque madrileño. Dani Díez marcaba una máxima renta de 17 (69-52) puntos tras un gran pase desde el poste alto de Shermadini.

Pero no tiene garantizad­a el Unicaja una victoria cómoda en su actual estado de fragilidad mental. Insistía el técnico en un Waczynski pobre en los dos lados de la pista, no quiere perder soldados. Y las dudas llegaban cuando un triple de Brizuela tras otro de Cook recortaban en un visto y no visto a los seis puntos (72-66). Triples de Wiltjer y Waczynski, respondien­do al crédito, daban algo de aire, pero Brizuela concentrab­a en el último cuarto su anotación y mantenía a su equipo en el partido.

Con tensión y algo de nervios, el Unicaja acabó rematando la victoria. No está bien, ha perdido fiabilidad y constancia. Pero con victorias será más fácil recuperar el oremus. Este martes, otro partido de máxima exigencia ante el Limoges.

 ??  ??
 ?? REPORTAJE GRÁFICO: MARILÚ BÁEZ ?? Lessort realiza un mate en el aro del Estrella Roja.
REPORTAJE GRÁFICO: MARILÚ BÁEZ Lessort realiza un mate en el aro del Estrella Roja.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain