Los populares se enfrentan a su propia propaganda a pocos días de gobernar
El PP comienza a comprobar que en Salud no sobran puestos, sino que falta dinero, que algunos chiringuitos son funcionales y que sólo hay 660 plazas de libre designación
La Administración andaluza no es un mato grosso, un matorral desbordante que admite una poda casi sin final. Ni es la maraña de decenas de consejerías, cientos de entes, miles de enchufados y millones de euros sobrantes y tirados a la basura que el PP ha ido dibujando durante todos los años que ha estado en la oposición.
El PP comenzará a enfrentarse la próxima semana a la veracidad de su propia propaganda. El margen para el ajuste no es muy grande y, en cualquier caso, no sería suficiente para acabar con la carestía presupuestaria que sufre el SAS y Educación, los departamentos que agrupan el 60% del Presupuesto andaluz.
La Junta es una Administración necesitada de profesionalización, de evaluación de sus políticas, de concentración, pero
La Junta es una Administración necesitada de profesionalización
no es un matorral exuberante con cuya leña sobrante se pueden construir hospitales, colegios y centros de salud.
Una de las personas vinculadas al Partido Popular que ahora está trabajando en las primeras actuaciones confesó hace unos días a este periodista que las criticadas caracolas, las aulas prefabricadas que aún quedan en algunas provincias, no están tan mal. “Y las vamos a tener que retirar, nos va a costar un pastón”, explicó.