El Ayuntamiento tarda casi un año en adjudicar la obra para frenar el ruido en el Lex Flavia
● El proyecto incluye una pantalla de aislamiento de 5 metros ● La previsión es que se pase de 76,6 a 41,1 decibelios
El Ayuntamiento de Málaga ha tardado casi un año en adjudicar de manera definitiva los trabajos de insonorización de las pistas deportivas del colegio Lex Flavia Malacitana, en el barrio de El Ejido. Esta es una de las instalaciones que se vio afectada por la queja de vecinos molestos por el ruido que generaba la práctica de baloncesto en horario extraescolar. A pesar de que el compromiso formal asumido por el Consistorio para solventar este problema, que supuso la firma de un acuerdo de colaboración con la Junta de Andalucía, data de finales de 2017, no ha sido hasta ahora cuando el Instituto Municipal de la Vivienda (IMV) ha podido desbloquear la selección final de la empresa que va a desarrollar las actuaciones necesarias.
Se trata, según la documentación oficial, de Ingeconsa, Construcción y Agricultura, S.L.U., cuya oferta asciende a 99.756 euros (IVA excluido), con un plazo de tres meses. Se da la circunstancia de que ésta no fue la primera de las propuestas, ya que la mesa técnica optó inicialmente por la oferta de Frasampa Proyectos Constructivos. Sin embargo, la misma fue descartada al comprobar que “no cumple los requisitos para proceder a la adjudicación, por no estar al corriente en los pagos de los tributos ante la Agencia Tributaria y Seguridad Social”. La conclusión adoptada por la mesa tuvo lugar el 2 de octubre, más de siete meses después de que se emitiese el informe proponiendo la adjudicación a la empresa ahora rechazada.
Ingeconsa tendrá que ejecutar el proyecto original, que
El acuerdo de la Junta y el Consistorio para actuar en los centros data de finales de 2017
contempla la instalación de una pantalla de aislamiento acústico de cinco metros de altura desde la cota de techo, rellena de un material absorbente; otra barrera acústica de cuatro metros sobre el peto de bloque de hormigón del colegio que divide el centro escolar del vial público u paneles absorbentes acústicos fabricados de una combinación de espuma fonoabsorbente en el techo de la estructura metálica del recinto deportivo que eviten la reverberación de los sonidos producidos en la pista y que producía “el efecto tambor” que ampliaba dichos sonidos y generaba molestias.
De acuerdo con los estudios técnicos incluidos en el proyecto de actuación, con la puesta en marcha de estas acciones el nivel de ruido proyectado hacia las fachadas de los edificios pasará de 76,6 decibelios a 41,1.