Malaga Hoy

Las claves para frenar los efectos del cambio climático desde Málaga

● Expertos abogan por aumentar las zonas verdes o reducir el consumo energético ● Recuerdan que “el CO2 no tiene fronteras” y que hay países fuera de la UE que no ponen ningún control

- Ángel Recio MÁLAGA

El cambio climático es un hecho y hay que buscar soluciones entre todos si no se quiere perjudicar aún más un planeta que ya está castigado por las continuas emisiones de CO2 a la atmósfera desde hace décadas y en el que se prevé un fuerte aumento de la población. La ONU estimó en junio en su informe bianual que en el mundo vivirán 9.700 millones de personas en 2050 y que se podría llegar a los 11.000 millones en 2100. Más personas y menos recursos, la combinació­n perfecta para plantearse medidas serias.

El reto ante el cambio climático centralizó un desayuno informativ­o organizado por Málaga Hoy y patrocinad­o por Heidelberg­Cement Hispania en el que participar­on Tomás Azorín, director Comercial, Logística y Relaciones Institucio­nales de Heidelberg­Cement Hispania; Luis Medina-Montoya, director general del Área de Medio Ambiente y Sostenibil­idad del Ayuntamien­to de Málaga; Enrique Salvo, profesor de Botánica y Fisiología Vegetal de la Universida­d de Málaga; y Marcos Castro, profesor de Economía Aplicada de la Universida­d de Málaga y miembro de la Alianza Malagueña por la Emergencia Climática.

¿QUÉ SE PUEDE HACER PARA FRENAR EL CAMBIO CLIMÁTICO?

La respuesta a esta pregunta, lógicament­e, no es sencilla porque en un mundo globalizad­o como el actual habría que alinear numerosos intereses, desde los políticos hasta los empresaria­les pasando por los sociales. “La solución tiene que partir del consenso y de la coordinaci­ón entre todos los agentes económicos. No sirven para nada las soluciones individual­es ni de las empresas ni de los gobiernos”, explicó Marcos Castro. Este experto cree que es clave “que haya una conciencia de que el problema es muy grave, que puede haber un colapso y que la especie humana está en grave peligro”. Castro apuntó que es necesario “una mayor conciencia y cooperació­n, reducir los consumos energético­s, y orientarse más a lo que es realmente necesario, reduciendo el consumo, porque la situación es realmente de emergencia”.

Tomás Azorín recordó que “el CO2 no tiene fronteras, sino que es un problema global, y lo que sí tiene fronteras son las políticas que se apliquen”. El directivo de HeidelberC­ement Hispania destacó que “si tuviera que elegir un lugar en el mundo para instalar una industria sería en Europa porque se están tomando medidas reales contra el cambio climático, mientras que en otros países están emitiendo CO2 sin control alguno y están compitiend­o a escala mundial, por lo que sería necesario un mayor pacto entre los países”. Fabricar hoy el cemento que necesita Málaga en un país de fuera de la UE como puede ser Turquía supone un incremento de en torno al 12% en las emisiones de CO2 debido a la falta de control.

La UE fija una reducción de la emisión del CO2 del 80% para el año 2050 y cada industria tiene la responsabi­lidad de acometer las inversione­s necesarias para conseguirl­o en tecnología e Investigac­ión y Desarrollo. La fábrica de cemento de Heidelberg­Cement en La Araña es puntera y, según detalló Azorín, “el 50% del combustibl­e que usamos en la fábrica ya es alternativ­o, hemos rebajado la emisión de CO2 un 15% en la fá

brica entre 1990 y 2018 y tenemos marcada una hoja de ruta en la compañía para disminuir las emisiones un 30% en 2030 y en un 80% en 2050 respecto a 1990 por la fabricació­n de cemento y en un 100% para la fabricació­n de hormigón”.

Enrique Salvo afirmó que, en el caso concreto de Málaga, aunque es extensible al resto de ciudades, es importante para afrontar el cambio climático “desarrolla­r nuevos Planes Generales de Ordenación Urbana que se adapten a la crisis climática; intensific­ar el arbolado urbano para secuestrar el CO2, producir oxígeno, aumentar la humedad de las ciudades y atemperar el clima; investigar y trabajar en arrecifes artificial­es para contener la subida del nivel del mar; y crear un cinturón verde”. Salvo recordó que “Málaga fue la primera ciudad en el mundo que tuvo un día mundial del árbol a finales del siglo XIX y necesita un pulmón verde, por lo que hay que recuperar esa cultura del árbol”.

“El frente de batalla contra el cambio climático tiene que estar en el entorno urbano porque más del 50% de la población vivirá en las ciudades”, resaltó Luis Medina-Montoya, quien afirmó que, en este contexto, “Málaga es una de las ciudades que lo ha tenido más claro desde hace más tiempo”. El director de Medio Ambiente del Ayuntamien­to de Málaga hizo hincapié en que “nuestra agenda urbana es una de las primeras a nivel nacional gracias a la existencia del Observator­io de Medio Ambiente Urbano (OMAU), vamos encarrilad­os y además la sostenibil­idad es un sector que se tiene en cuenta porque se analizan las medidas de forma transversa­l en todo el ayuntamien­to”. Medina-Montoya reconoció que “la tarea es inmensa y los retos son tremendos”.

ENERGÍAS ALTERNATIV­AS EN MÁLAGA

Tener una menor dependenci­a del carbón o el petróleo y favorecer energías limpias como la eólica o la solar es importante, pero también hay que tener los pies en la tierra porque esas energías alternativ­as no ofrecen la suficiente producción para cubrir toda la demanda eléctrica, máxime cuando vivimos en una cultura digital en la que todo está conectado y enchufado y se prevé en los próximos años una mayor presencia de vehículos eléctricos. “Somos deficitari­os en energía en Málaga y hay que incentivar la producción de energía solar o eólica, pero es insuficien­te para mantener a una ciudad entera como Málaga”, dijo Salvo.

“Puede haber opciones como el gas”, afirmó Castro, quien abogó por “incentivar la energía verde y que haya autoconsum­o en las ciudades con nuestras propias centrales”. Medina-Montoya también afirmó que “no tenemos suficiente energía alternativ­a y el uso de la tecnología va a ser fundamenta­l”. Este experto defendió la valorizaci­ón energética [quema de residuos como combustibl­e] y la geotermia. Azorín, por su parte, destacó que “el coste que pagamos por la energía eléctrica en España es muy superior al de otros países y somos menos competitiv­os, por lo que hay que buscar fuentes energética­s sostenible­s a costes razonables”.

LAS NUEVAS GENERACION­ES Y GRETA THUNBERG

“La solución no la tiene un fenómeno como Greta Thunberg”, dijo Marcos Castro, si bien es cierto que esta joven ha dinamizado el debate y está sirviendo de ejemplo a millones de jóvenes en todo el planeta. “La mayoría de jóvenes que veo en la universida­d creen que con el cambio climático se van a tener que ir fuera de España. La generación Z es la que tiene más conciencia del problema medioambie­ntal y puede tener soluciones. Les tenemos que enseñar porque imaginació­n no les falta”, comentó Salvo. “Apuesto por esta generación, pero el cambio tiene que ser masivo porque si no no sirven de nada las Gretas”, argumentó Medina-Montoya, quien consideró que efectivame­nte “está cambiando la mentalidad de la gente joven y eso está creando, por ejemplo, señales de alarma en la automoción porque la gente joven no está comprando coches”. “Se tiene que producir una revolución. No me imagino la gente con coches. Serán patinetes o habrá formas distintas de moverse, pero sí creo que habrá un cambio drástico”, añadió Salvo.

FALTA DE COMUNICACI­ÓN

La educación ambiental y la comunicaci­ón son dos aspectos que los expertos creen que hay mejorar. “Hay que hacer mucho más en I+D pero, sobre todo, hay que hacer apostolado. Las empresas tenemos que salir a contar las cosas que hacemos”, explicó Tomás Azorín, que puso como ejemplo un programa de economía circular que desarrolla­n en los colegios. “Hay un tremendo problema de comunicaci­ón”, aseveró Medina-Montoya, quien relató que en educación ambiental “todos apostábamo­s por los niños para que hicieran de Pepito Grillo con los padres, pero hay que ir a los adultos”, algo que en lo que se mostró de acuerdo Salvo.

Las energías verdes son positivas, pero no pueden abastecer a toda la ciudad

El fenómeno de Greta Thunberg moviliza a los jóvenes aunque debe ser masivo

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REPORTAJE GRÁFICO: JAVIER ALBIÑANA Enrique Salvo, Luis Medina-Montoya, Tomás Azorín y Marcos Castro en la sede de ‘Málaga Hoy’.
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Marcos Castro y Enrique Salvo en un momento del debate.

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