Las nuevas fórmulas de compra serán claves para la sostenibilidad
Farmaindustria defiende la medición de resultados en salud por su impacto en la eficiencia
En el 2030 el 7% de la población europea tendrá más de 85 años. En España el 20% de la población tiene más de 65 años y se espera que ese número de personas se duplique en tres décadas. Esto, sumado al aumento de la cronicidad y al impacto de la revolución tecnológica aplicada a la biomedicina, son los vectores de influencia que determinarán en gran medida el devenir del sistema sanitario español. Algunas de estas claves fueron desgranadas desde la óptica de Farmaindustria en el último Encuentro Sectorial del Sector Sanitario 2019, organizado por la escuela de negocios IESE el pasado miércoles 20 en Barcelona bajo el lema ‘Healthcare First’.
Para Humberto Arnés, director general de Farmaindustria, el principal reto es que “ese entorno sea compatible con un sistema de salud sostenible, con una calidad asistencial acorde con nuestras expectativas y que lo pueda pagar nuestra sociedad”. Así, subrayó que “la industria farmacéutica se ha convertido en un aliado para afrontar el desafío por su compromiso con la respuesta a enfermedades sin curación (hepatitis C o VIH), con la sostenibilidad de los sistemas sanitarios (contratos de riesgo compartido, colaboración con el Gobierno…) o la inversión en investigación biomédica, entre otros aspectos”. Arnés pidió no caer en la “complacencia” y trabajar de manera conjunta para que la calidad en el SNS no se resienta:
“A mi juicio, hay dos ámbitos en los que deberíamos centrarnos de manera prioritaria en los próximos años: el primero es el de la eficiencia, incrementándola especialmente a través de la medición de resultados en salud y de sus costes asociados y, por otro lado, establecer nuevos modelos de precio y reembolso que posibiliten la incorporación de las innovaciones que presentan un coste puntual y extraordinario. Las tecnologías digitales permiten abordar este reto, que requiere complementarse con cambios profundos en las estructuras asistenciales de los sistemas contables y presupuestarios introduciendo una mayor flexibilidad y modernidad en la gestión”.
El segundo de los ámbitos es la dotación de recursos, “que responda a las condiciones de la demanda del país y al grado de satisfacción que se quiere proporcionar a los pacientes desde el ámbito público. Sin duda, en el caso español debe destinarse a la sanidad un mayor porcentaje sobre el PIB que permita retener el talento y a los proveedores de bienes proporcionar un alto valor añadido”.
La industria farmacéutica se reivindica como “aliado para afrontar desafíos”