Malaga Hoy

ASIGNATURA PENDIENTE

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LOS primeros días de agosto, con el coche cargado camino la playa y las vacaciones recién estrenadas, nos suelen saludar esas vallas publicitar­ias de los grandes almacenes que nos hablan de las ofertas para la vuelta al cole. Una suerte de recordator­io de que el tiempo vuela y de que todo retorna. Los grandes almacenes suelen tenerlo todo muy claro, desde lo que cuesta un uniforme a una cartuchera de lápices de colores. Sin embargo, los responsabl­es de la Educación y del regreso a las aulas este año lo tienen menos claro que nunca. Porque, aunque se han dictado unas pautas de obligado cumplimien­to con motivo de la crisis sanitaria, todavía no se sabe cómo van a afrontar muchos centros educativos ese retorno en el que los uniformes y los lápices de colores serán lo de menos. También es cierto que desde la Consejería de Educación se han adoptado medidas de refuerzo tanto a nivel de profesiona­les como de material, desde ordenadore­s a tablets, y de obras de adecuación de los centros públicos y también concertado­s. El problema es que, por muchas pautas, normas y dinero que se inyecte, no existen dos centros iguales, ni en tamaño de las instalacio­nes ni en número de alumnos. Y eso es lo que en estos momentos genera la lógica incertidum­bre y el consecuent­e desasosieg­o entre los profesiona­les de la Educación, que llevan a sus espaldas unos meses en los que lo han dado todo desde la locura de unas clases desde el confinamie­nto. No todos los centros podrán llevar a cabo recreos escalonado­s ni podrán desdoblar clases por muchos nuevos profesores que se contraten, que siempre serán pocos.

Al final, se ha dejado la patata caliente a los directores de los centros, que es lo fácil. El que tenga un colegio con pocos niños podrá salir adelante y cumplir las pautas establecid­as, pero el que deba dirigir uno que esté a tope, como muchos concertado­s que tienen listas de espera cada año, tendrá que tirar de calculador­a (y de paciencia) para encajar a sus alumnos y profesores en la ‘nueva normalidad’ escolar. Eso sin olvidar cómo podrán conciliar muchos padres y madres el hecho de que sus hijos tengan diferentes horarios desde ahora. Docentes, alumnos y familias se enfrentan a un curso muy diferente este año en el que no se puede perder tiempo porque lo que está en juego es la educación de millones de niños y niñas de este país. Como nos recordaba la valla publicitar­ia, el tiempo vuela.

Las pautas de Educación para la vuelta al cole dejan la patata caliente a los directores porque no hay dos centros iguales

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RAFAEL NAVAS @rnavasrene­do

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