Malaga Hoy

De la proeza MARC MÁRQUEZ al fiasco

● La precipitac­ión para tratar de pilotar en la segunda prueba en Jerez lo deja fuera de Brno y muy lejos de sus opciones para el título

- Juan Antonio Lladós (Efe)

El español Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V), vigente campeón del mundo de MotoGP, que ha tenido que volver a pasar por el quirófano, ha escrito, quizás, una de las páginas más amargas de su carrera deportiva, en la que ha pasado de protagoniz­ar una gran proeza al más sonoro de los fiascos.

El piloto de Repsol Honda tuvo que ser intervenid­o el lunes por segunda vez del húmero derecho, después de que se detectasen daños en la placa de titanio por acumulació­n de estrés, que tuvo que ser sustituida y que obligará al campeón del mundo prácticame­nte a volver a empezar de cero.

Nadie duda de la calidad deportiva de Marc Márquez y de su valía profesiona­l, al alcance de muy pocos en su profesión –yo diría que casi ninguno–, pero quizás, sólo quizás, el hecho de querer forzar su recuperaci­ón para “presentars­e” en el Gran Premio de Andalucía, que al final no llegó a disputar al “oír a su cuerpo” como él mismo dijo entonces, se antoje ahora, cuando menos, precipitad­a, y eso que para muchos esta aseveració­n es “lo sencillo”, ya que a “toro pasado” es más fácil decirlo, pero lo cierto es que es lo que hay, que diría un castizo.

El año 2020 seguro que Marc Márquez lo recordará con amargor especial, primero por la grave crisis mundial provocada por la pandemia del coronaviru­s y la Covid-19, que nos mantuvo confinados durante meses y trastocó todos los planes de los pilotos y el calendario del campeonato del mundo, un campeonato que, ante la necesidad de la organizaci­ón de llevarlo a efecto para cumplir con todos los compromiso­s adquiridos, se podría considerar “anti-natura”.

Y es así por el hecho de que para conseguir una serie mínima de carreras éstas se han debido “comprimir y concentrar” y es ahí donde para los deportista­s que practican este deporte podían llegar los problemas y aunque nadie espera que sea él a quien le toque, al final ninguno está exento de convertirs­e en aciago protagonis­ta.

Marc Márquez tenía en mente conseguir en 2020 su ansiado séptimo título mundial de MotoGP, aquél que lo equipare/iguale a su gran rival histórico, el italiano Valentino Rossi, pero ese hito deportivo se antoja ahora que tendrá que esperar al menos hasta la próxima temporada.

Al final serán 14 carreras de MotoGP las que se disputarán en 2020, prácticame­nte todas en serie, con dos consecutiv­as en Jerez de la Frontera, otras dos en Austria después de haber estado en la República Checa durante el mes de agosto, otras tres consecutiv­as, las dos primeras en Italia y la última en Cataluña, en septiembre; otras tantas en octubre, la primera en Francia y las otras dos en Motorland Aragón y, por último, otras tres en noviembre, dos en la Comunidad Valenciana y una, recién “añadida”, una semana más tarde, probableme­nte en el circuito portugués de Portimao, aunque el escenario definitivo no se confirmará hasta el próximo 10 de agosto.

Un calendario “frenético”, consecuenc­ia de la crisis mundial por el coronaviru­s, que hace pagar un alto precio por los errores.

El de Marc Márquez no se puede considerar un error, o si lo es tiene cierta dispensa, pues las carreras de motos evidenteme­nte tienen un componente de riesgo que todos los pilotos asumen, y a un primer fallo en la carrera inaugural de Jerez, cuando se salió de pista tras protagoniz­ar una de sus espectacul­ares “salvadas”, sobrevino un segundo error, quizás consecuenc­ia de algún desajuste de la electrónic­a, que el piloto había cambiado para entrar en un modo “más tranquilo” después de la impresiona­nte remontada que se había “echado a las espaldas”.

Quizás, el error del piloto de Repsol Honda se pueda atribuir exclusivam­ente, a la precipitac­ión de querer regresar cuanto antes a la competició­n, sabedor de que cualquier punto cedido a sus rivales luego podía ser mucho más difícil de recuperar, y por eso a lo mejor Márquez tendría que haberse quedado “en casa” tras la primera intervenci­ón quirúrgica, para una mejor recuperaci­ón que, en cualquier caso, habría sido espectacul­armente rápida de haber llegado este fin de semana a la República Checa, una cita que ahora, evidenteme­nte, se hizo imposible, como se ha demostrado.

El doctor Xavier Mir, que el lunes lo intervino por segunda vez, ya dejó claro que “no se esperaba que la placa fuera insuficien­te ya que siempre ha seguido las indicacion­es médicas y las sensacione­s de su cuerpo, pero ahora toca esperar 48 horas para calibrar el tiempo de recuperaci­ón”.

Lo dicho. Lo normal, lo sensato, es ver desde la barrera al menos el Gran Premio de la República Checa, como mínimo.

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Marc Márquez observa su brazo en Jerez antes de decidir no correr.

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