‘Saber y ganar’ en La 2 recupera desde el lunes los tres participantes
Saber y ganar cumplirá el próximo día 17 sus 24 años en antena y en el plató volverá a contar de nuevo con su fórmula original de tres participantes diarios. El programa de la sobremesa de La 2 con Jordi Hurtado recupera a partir de este lunes a los tres integrantes de cada jornada tras haberlos reducido a dos por motivos de distancia durante la pandemia.
El espacio que se produce en el centro territorial de Cataluña, en
Sant Cugat, ha impuesto todas las preceptivas normas de protocolo de prevención del coronavirus y el equipo del programa ha ampliado el plató para que vuelvan a jugar así los tres participantes, que responderán a las preguntas, cada uno desde su atril y guardando la distancia reglamentaria de seguridad.
Con la intervención de un trío de participantes se pueden retomar mecánicas y secciones habituales de este concurso incombustible que aterrizo en la sobremesa de La 2 en 1997. Desde entonces se ha venido emitiendo de manera ininterrumpida a lo largo de los años, siempre con Jordi Hurtado en la presentación que fue sólo relevado durante unas semanas por Luis Larrodera por un intervención quirúrgica. En la voz en off siempre ha estado Juanjo Cardenal y de apoyo a Jordi, Pilar Vázquez. Saber y ganar ha estado dirigido a lo largo de estos años por su creador, Sergi Schaaff.
LA televisión generalista tiene que cumplir más que nunca una de sus misiones: hacer compañía, ser cercana e intentar reunir al mayor número de espectadores, confinados, con un toque de queda que hubiera sido inverosímil si nos lo dicen hace un año. Las cadenas aún deberían hacer algo más por unas parrillas más amenas.
Uno de los espacios que con creces está cumpliendo la misión de hacer llevaderas unas semanas que se nos ponen cada vez más cuesta arriba es Pasapalabra. Un concurso en el que toda la familia puede participar de forma interactiva (todas las pruebas son para todas las edades), con preguntas de todos los niveles y con unos concursantes, presentador y famosos que parecen reunirse con nosotros junto a la estufa. La presencia de sus jugadores y de Roberto Leal se convierte en un simpático hábito diario que de media se acerca a los 4 millones de ociosos vespertinos que viven como aventuras propias los desafíos. Realmente es un reality en el que nadie tiene que acostarse con nadie.
El guardia civil Luis de Lama ha caído eliminado con gran ruido promocional y ha sido tal la repercusión que ha aparecido en otros programas y ha empapelado las redes. Ha sido, tal vez, el campeón más completo que ha tenido Pasapalabra aunque su rival-amigo Pablo Díaz acumule muchos más términos en el coco.
En la televisión casi todo el mundo mira de reojo, pero Luis de Lama ha sido de los que de verdad iban a divertirse al plató. A disfrutar con los pasatiempos y a reírse con las canciones enigmáticas. La sonrisa a veces lo es todo y lo más notable de Luis es que en 84 tardes nunca cayó pedante ni quiso ir de intelectual, defecto, a veces involuntario, de los concursantes veteranos, como le sucede al propio Pablo. Roberto Leal, tras tantos años pisando la calle, agradece tener enfrente a gente natural porque son los que hacen realmente que la mecánica de un programa sea fácil. Luis ha representado a la gente, ese término tan manoseado. Y la gente se ha reflejado en él.