Reclama ante la Justicia una herencia de 12 millones de euros
La demandante fue reconocida como hija del ganadero Benítez Cubero tras una sentencia del Tribunal Supremo en 2015
En el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Sevilla se está viendo desde ayer, después de que fuera suspendida por el estado de alarma del pasado año, la demanda de Sofía Benítez-Cubero, nacida de la relación entre su madre y el ganadero José Benítez-Cubero Cañete, contra su hermano de padre, al que reclama 12 millones de euros como parte de la herencia. La madre de Sofía trabajaba como sirvienta en la finca de la familia Benítez-Cubero y mantuvo una relación secreta con el ganadero, de la cual nació la ahora demandante en 1950, tres años antes que su hermano, José Benítez-Cubero Pallarés.
El Tribunal Supremo ratificó en 2015 la sentencia de un Juzgado de Primera Instancia que en el 2013 determinó que el padre de la demandante era el conocido ganadero, que falleció en 1970 a los 47 años y sin haber hecho testamento,por lo que los bienes pasaron a sus padres, los abuelos tanto del demandante como de la demandada, mientras que la madre de la mujer murió en el 2004.
Una vez que Sofía Benítez-Cubero fue reconocida legalmente como hija del ganadero de El Coronil, reclamó la mitad de las tres herencias que cree que le corresponden y que ha sido valorada por una empresa de tasación, según el abogado de Sofía, Fernando Osuna, en cerca de 12 millones de euros.
Aunque el hermano ha sostenido antes de esta vista que el patrimonio era de los abuelos y él lo compró, ante las preguntas del abogado de Sofía Benítez-Cubero, Fernando Osuna, ha reconocido que heredó casi todo el patrimonio. Entre los bienes en los que se basa la tasación de los 12 millones de eutos está una finca situada entre Marchena y Arahal y varios pisos tanto en Sevilla como en la provincia de Córdoba.
El letrado de la demandante sostiene que todas las fincas fueron explotadas por el abuelo hasta que murió en 1984, por lo que todo el patrimonio lo tenía el abuelo, que es quien heredó al ganadero fallecido en 1970.
Durante la sesión de ayer también declaró ante el tribunal un detectivo que corroboró que quien estaba el frente de todos los bienes fue el abuelo hasta que este murió y que era “prácticamente imposible” que el demandado comprara una finca tan grande “con poco más de 20 años”.