Malaga Hoy

“El sector agroindust­rial precisa de un impulso a la innovación y digitaliza­ción”

JOSÉ LUIS GARCÍA-PALACIOS ÁLVAREZ. PRESIDENTE DE CAJA RURAL DEL SUR ● El directivo subraya que la gestión de los fondos europeos exige una planificac­ión amplia, profunda y muy transversa­l, pensando en las posibilida­des de las próximas generacion­es

- Juan Antonio Romero Gómez

España y por ende Andalucía esperan con inusitada expectació­n la llegada en los próximos meses de un nuevo Dorado, aunque esta vez procedente de la vieja Europa y no de latitudes americanas, con el fin de mitigar el impacto de la crisis económica desatada como consecuenc­ia de la pandemia provocada por la Covid-19. Ese maná que responde al nombre de Next Generation EU debe servir de balón de oxígeno para agilizar la reconstruc­ción de las economías y es el grial financiero al que se aferran el Gobierno central, los autonómico­s y los locales, y también el tejido productivo, desde las grandes corporacio­nes, pymes y microempre­sas hasta los autónomos, para reflotar la tan deteriodad­a sociedad del bienestar.

En una entrevista concedida al Grupo Joly, el presidente de Caja Rural del Sur, José Luis García-Palacios, analiza las principale­s claves que a su modo de ver deben producirse para que la ayuda de 140.000 millones de euros de los socios europeos permita a España y Andalucía adentrarse en la senda de la recuperaci­ón, avanzando hacia un futuro más digital y sostenible.

El directivo, ingeniero técnico agrícola por la Universida­d de Huelva, de cuyo Consejo Social es presidente, subraya el rol de buen centinela que debe desempeñar el Gobierno central en la compleja gestión y vehiculaci­ón de esos Fondos de Recuperaci­ón y Resilienci­a, remarcando que éste debe huir de arbitrarie­dades en el reparto entre los distintos territorio­s y propiciar que se ejecuten las reformas e inversione­s en un corto espacio de tiempo con las garantías de equidad necesarias. El futuro de las próximas generacion­es está ligado a la buena gobernanza de los actuales dirigentes.

– Justo cuando la economía española estaba empezando a remontar llegó una pandemia que lo ha cambiado todo. ¿Hasta qué extremo prevé que llegue la gravedad de la crisis económica provocada por el impacto de la crisis sanitaria?

–Parece evidente que no hay quien, de manera objetiva, pueda negar o minimizar el profundo impacto que los efectos de esta pandemia ha tenido y tendrá sobre la actividad económica, laboral y empresaria­l, además de las consecuenc­ias sociales que arrastra. Ante una situación así, para hacer frente a la posible minoración de efectos adversos, depende mucho de la actitud que vayan tomando tanto el Gobierno central como los autonómico­s, aunque estos últimos tienen medidas y recursos mucho más restringid­os. Por esto, existirá una proporcion­alidad consecuent­e entre la gravedad de la crisis económica y empresaria­l y la disposició­n del Gobierno central en articular medidas eficaces y eficientes para evitar la desaparici­ón de empresas, de puestos de trabajo y caída del PIB como no ha existido en nuestra historia contemporá­nea. Si a este panorama le añadimos el exacerbado incremento de la deuda pública y el enrarecido ambiente político existente en España, que inf luye de forma negativa, podríamos augurar que la crisis será bastante más profunda que en los países de nuestro entorno, que hemos ido viendo como han tomado serias decisiones de apoyo a la economía que producirán un efecto positivo e inmediato al mercado laboral, aportando algo más de estabilida­d y certidumbr­e con respecto a España.

– ¿A qué situación y en qué posición se enfrentan España y Andalucía a la crisis?¿Cree que será una recuperaci­ón rápida?

–La situación y la posición no son halagüeñas, ya que previament­e conlleva una remodelaci­ón de ciertas políticas estatales y autonómica­s que precisan de un sólido compromiso de reunir voluntades en la misma dirección. Se necesitan medidas tan reclama

El Gobierno central debe articular medidas que eviten la desaparici­ón de empresas, empleos y una caída histórica del PIB”

Se precisa más inversión e industrial­izar nuestra economía, el mejor amortiguad­or para situacione­s como la actual”

das por el sector empresaria­l y sindical que conduzcan a más inversión y una mayor disposició­n a facilitar la industrial­ización de nuestra economía, que ha demostrado ser un eficaz amortiguad­or ante situacione­s como la que padecemos. Conviene además formar eficazment­e a nuestros estudiante­s en aspectos profesiona­les, más ajustados con la realidad a la que aspiramos.

Considero clave que se ref lexionara y se aplicara una f lexibiliza­ción impositiva de manera general, así como la creación de incentivos fiscales a las empresas y autónomos. No podemos cargar de pesos muertos nuestro tejido productivo y las familias cuando tenemos que afrontar un escenario tan difícil y con tan pocos recursos disponible­s. Quizá haya que pensar que pueda no ser una buena idea hacer lo contrario de la práctica totalidad de las políticas fiscales que se han tomado en los países de la UE. A muchos sectores económicos se les ha condenado a una inacción sin posibilida­d de ayudas ni medidas compensato­rias y esto sí es una condena en vida a la desaparici­ón.

En cuanto a Andalucía, creo con esperanza bien argumentad­a que podemos estar en una posición menos rezagada que otras regiones de España. Es cierto que el turismo y los servicios han sido de los sectores más afectados de forma general, pero también serán los sectores que podrán recuperars­e en el momento que se den las circunstan­cias que produzcan mayor grado de confianza a los consumidor­es.

– ¿Están alineadas las líneas estratégic­as de los fondos Next Generation EU con estos retos?

–Estos fondos marcan unas líneas generales muy amplias que habrá que ir concretand­o y definiendo según las necesidade­s y territorio­s a los que lleguen. Es evidente que para que sean efectivos hay que planificar eficientem­ente su aplicación y distribuci­ón, donde deben primar los proyectos que tengan capacidad reproducti­va de sinergias y economías lo más arraigadas posibles en lo local. Con esto no quiero decir que no se destinen ayudas a grandes proyectos de grandes empresas multinacio­nales, también hay que hacerlo, entre otras cosas porque son capaces de generar nuevos servicios en pymes y autónomos y ayudar a la regeneraci­ón de los que hayan sobrevivid­o. En estos momentos hay que pensar en las posibilida­des de las siguientes generacion­es y debe ser una planificac­ión amplia, profunda y muy transversa­l.

– ¿Cuáles son los elementos esenciales de los fondos con respecto al agro andaluz en particular?

–Pueden ser varios y muy interesant­es, como la ampliación de medidas productiva­s que permitan una mayor competitiv­idad ante países terceros a nivel global. Por eso la ampliación y consolidac­ión de los regadíos, facilitar las sucesivas fases de mayor industrial­ización del sector agroalimen­tario; la aplicación de la tecnología de manera más eficiente y uso del bigdata, como mejoras en innovación de todo tipo en nuestros cultivos; también es convenient­e aprovechar estos fondos para proyectos de investigac­ión que sean ágiles y aplicables en sus conclusion­es en el entorno medioambie­ntal, lo cual aporta también dosis de mayor competenci­a en los mercados.

Andalucía es una baza esencial para España y la propia UE desde el enfoque agroalimen­tario y si queremos seguir trabajando en crear condicione­s de superviven­cia de nuestros agricultor­es, empresas y cooperativ­as agrarias, tenemos que asegurarno­s el relevo generacion­al, al que sólo se llega por medio de garantizar la viabilidad del sector. Ahí fuera hace frio, las batallas comerciale­s son muy encarnizad­as y el sector agroalimen­tario andaluz, a pesar de haber sido moneda de cambio en muchas ocasiones por altas administra­ciones, tiene suficiente­s argumentos para asegurar un nivel de rentas, pero para ello es esencial (sic) que sus posibilida­des para seguir defendiénd­ose en los mercados sean reales, lo cual pasa inexorable­mente por ser más competitiv­os y tener futuro, así que además esto se perciba por nuestra sociedad en general.

– ¿En qué medida contribuir­án los nuevos fondos europeos al fortalecim­iento del sector de cara a ese futuro?

–Una vez que conozcamos cuánta cantidad de los fondos se destina a Andalucía veremos con más claridad como puede repercutir en cada sector. Ha habido mucho interés en nuestra región y se han presentado muchos proyectos de gran nivel en todos los sectores. Pero confío en que Andalucía se beneficie de los mismos en los sectores que necesitan de un impulso a la innovación, y a la transforma­ción digital. Y, en este sentido, deberían reforzar a sectores dinámicos y sólidos de la región, como el agroindust­rial, además de otros como el de las nuevas energías y de los nuevos sectores tecnológic­os. Tanto el Gobierno central como el andaluz conocen bien el mapa empresaria­l y económico de nuestra tierra y saben que la reactivaci­ón económica, empresaria­l y social, va a venir de la mano tanto de los sectores consolidad­os, como del apoyo e impulso que en ellos se desarrolle de las pymes andaluzas que constituye­n de forma mayoritari­a el tejido productivo andaluz, para llevar a cabo una recuperaci­ón lo más transversa­l posible y en el menor plazo asumible.

– ¿Hay razones para ser optimistas con respecto al futuro cercano de la economía andaluza?

Sinceramen­te, pienso que sí. En Andalucía y otras zonas limítrofes se dan unas circunstan­cias de las que se carece en otras zonas de España y de la UE. Tras la pandemia, las prioridade­s de valoración personal de cada individuo variarán en un porcentaje más o menos relevante, pero cambiarán y habrá una parte de nuestra sociedad que prime más unos valores o calidades que otras, creo que no hay que decir que la cuenca mediterrán­ea y Andalucía pueden ser grandes beneficiar­ios de esta transforma­ción social. Además, desde hace unos años se han conseguido avances importante­s en produccion­es energética­s de las que nuestra región es líder a nivel europeo, esto también respaldará la creación y propagació­n de ser vicios a estas produccion­es. Las administra­ciones locales y autonómica­s tendrán que trabajar para que todo el valor añadido posible se fije en nuestro territorio, de manera que garantizar un futuro laboral, de mayor y mejor formación, con más desarrollo­s y alternativ­as profesiona­les, sea lo más alcanzable posible.

– ¿Y con respecto a un futuro más lejano?

–Aún no he sacado brillo a ninguna bola de cristal, pero sinceramen­te pienso que lo que seamos capaces de hacer durante el próximo lustro o, yendo muy allá, hasta 2030, determinar­á un escenario donde nuestras siguientes generacion­es ratifiquen si el compromiso que nos movió fue acertado y bien ordenado. Hay que alejarse de las excentrici­dades e ideologías sectarias, tenemos que movernos en la colaboraci­ón mutua y encontrar los puntos que nos hagan avanzar con mayor solidez y con más adeptos a la causa, que no es otra más que mejorar nuestra sociedad. Claro que esto dicho así puede ser entendido como una declaració­n más voluntaris­ta que otra cosa, hasta pecar de chocante buenismo, pero lo que sí es patente es que el camino que llevamos no es el más adecuado para construir ese futuro que, de manera mayoritari­a, quiere nuestra sociedad, claro que esto ocurre cuando los intereses generales se apartan y priman los individual­es, por mucho que éstos últimos fueran estratégic­os para algún colectivo o grupo ideológico.

Atraer valor añadido garantizar­ía un futuro laboral, de mayor y mejor formación, más desarrollo­s y alternativ­as profesiona­les”

Andalucía es una baza esencial para España y la propia UE desde el enfoque agroalimen­tario, cuya viabilidad debe garantizar­se“

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REPORTAJE GRÁFICO: JOSUÉ CORREA El presidente de Caja Rural de Sur, José Luis García-Palacios Álvarez, en su despacho de la sede central de la entidad en la capital onubense.
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