Muere en Sevilla uno de los tres infectados con la cepa de Uganda del coronavirus
Un hombre de 90 años murió ayer en Sevilla como consecuencia de las complicaciones derivadas del Covid-19. No sería una noticia destacada, teniendo en cuenta que en Andalucía han fallecido por tal motivo más de 9.000 personas desde el comienzo de la pandemia, sino fuera porque el coronavirus que causó la enfermedad pertenezca a la variante de Uganda, una de las que el Ministerio de Sanidad ha identificado como preocupante o “de importancia”, junto a las conocidas como la británica, sudafricana o brasileña, debido a que se le han localizado mutaciones “compatibles con el aumento de la transmisión”, según señalan los primeros estudios. Los ensayos en curso determinarán si, como se sospecha de otras variantes de nueva aparición, la cepa ugandesa pueda estar relacionada con un mayor índice de letalidad o poder de resistencia frente a la inmunidad generada por una infección anterior o la adquirida por la administración de la vacuna.
Además del caso de la persona muerta ayer, la Consejería de Salud informó de que existen otras dos personas a las que se les ha secuenciado la variante de Uganda, cuya presencia ha sido identificada ya en países como
Reino Unido, Bélgica, Canadá, Suecia, Dinamarca o Estados Unidos. Se trata de otros dos varones de 35 y 51 años que, según la Consejería de Salud, “mantienen buena evolución clínica y se encuentran en aislamiento domiciliario” y que, además, “no son casos importados”, es decir, que no hay constancia de que hayan viajado recientemente y, por tanto, hayan podido contagiarse en el extranjero. La tesis de que exista una transmisión comunitaria de esta variante en Andalucía, al menos en Sevilla, toma más peso.