Cuando la experiencia es gratis
● Secot, la asociación de profesionales retirados, se ofrece para guiar a las compañías en unos tiempos muy complicados ● Dos casos de éxito revelan la importancia de la ayuda de los séniors
A cualquier emprendedor le puede pasar eso: tiene una idea estupenda y domina muy bien su producto o servicio. Pero cuando llega la hora de montar la empresa y hacerla rentable, se atasca. No tiene formación empresarial –o carece de experiencia– y la parte financiera es complicada.
Para desatascar ese cuello de botella nació Secot hace 30 años, una organización sin ánimo de lucro que agrupa a profesionales ya retirados con mucha experiencia en la gestión empresarial. Hay 1.000 en España y ayudan gratuitamente a pymes y emprendedores a diseñar y ejecutar un plan que lleve al éxito a la empresa.
En estos días Secot lleva a cabo una campaña para visibilizar su labor, en un contexto en el que el 7% del tejido empresarial había desaparecido a fecha de agosto de 2020 y el 25% de las firmas están en quiebra técnica, según el Banco de España. Secot quiere poner la experiencia de sus séniors al servicio de las empresas y, de paso, reclutar nuevos voluntarios.
Autoridad moral y bagaje para reivindicarse tiene. Bandalibre Comunicaciones, con sede en Estepa (Sevilla) nació en 2014 como “ingeniería para la gestión global de pequeños operadores de telecomunicaciones”, explica su CEO, Daniel Romero. Además de tener su propio operador, Wibaes, Bandalibre se ocupa de ofrecer a otras firmas todo tipo de servicios en la parte mayorista, legales, administrativos y técnicos. La empresa se ha convertido en una referencia en su nicho. Opera en toda España, sobre todo en la mitad sur y en el Levante y Cataluña, y en el último año ha duplicado su plantilla hasta las 17 personas.
Secot colaboró con ella en 2015 a través de Eusebio Risco, quien fue responsable de las instalaciones técnicas de Telefónica en la Expo 92 de Sevilla y gerente de la multinacional en Andalucía. “Nos focalizó en tener visión de mercado. Es verdad que este sector cambia constantemente, pero nos enseñó a ver las oportunidades que existían, también en cuanto a concursos y subvenciones. Y nos dio la base para el crecimiento continuo que hemos tenido. Hemos aprendido a parar un poco de vez en cuando y organizarnos para consolidarlo”, dice Daniel Romero. Eusebio Risco da su visión: “Yo les dije: vamos a hacer un modelo de negocio, una estrategia de marketing, un estudio económico financiero, un plan de operaciones, un plan de empresa. Lo primero que les impuse fue que se generaran documentos. No los tenían, tenían los procesos, pero sin documentar. Como yo era experto en ISO 2001 de gestión de calidad y 14001 de gestión medioambiental los organicé un poco”.
Y eso llevó a Bandalibre al premio al mejor asesoramiento de Secot y la Fundación Repsol en 2017, “un golpe de moral enorme; se pusieron las pilas y hoy están montados; son una pyme, pero en su campo son muy importantes”, dice Risco.
En Granada, Eva Tarancón, tras 12 años trabajando de logopeda en el hospital San Cecilio, decidió crear Blaclinic, un centro especializado para todos los públicos (niños y adultos) y con los últimos avances incorporados. Eso fue en octubre de 2017 y hoy es la primera franquicia de logopedia de España. Hay un establecimiento franquiciado en Granada y están previstas dos aperturas más en Madrid y Valencia.
Pese a haber hecho un máster de empresa, Eva Tarancón reconoce que estaba “un poco asustada” cuando nació Blaclinic, sobre todo por la responsabilidad que suponía una inversión muy grande. Secot puso a su servicio a Antonio Peña y otras dos personas para la parte financiera. Y eso le dio seguridad. “Antonio me ha dado confianza y seguridad. Son personas que dedican a ti un esfuerzo de forma altruista, te asesoran, te ponen las cosas claras, lo bueno, lo malo; ha sido un poco como un psicólogo de empresa que te guía, aunque la decisión ultima la tengo yo”.
Antonio Peña tiene 58 años y es un perfil más joven del que suele ser habitual en Secot. El presidente de la asociación a nivel nacional, Inocente Gómez, le llamó porque necesitaba voluntarios más cercanos a lo digital y a los cambios y la flexibilidad que caracteriza al mercado hoy. Peña, hijo de inmigrantes, nació en Granada pero pasó su infancia y juventud en Alemania, donde obtuvo el título de ingeniería mecánica en una escuela de formación profesional. Trabajó en Rusia dos años y en Barcelona 15 como gerente para España y Sudamérica de la empresa de ascensores Thyssenkrupp. Hace cuatro años regreso a Granada por motivos familiares y decidió dedicarse exclusivamente a ejercer el voluntariado.
“Eva dominaba su producto pero tenia poca experiencia en el mundo empresarial y financiero –explica– y al final se trata de ver cómo hacer rentable la empresa. Se puede tener un buen producto y perder dinero, y al revés”. Los pasos que enumera son claros: buena definición de responsabilidades y procesos (protocolos de actuación). Un organigrama bien definido. Asignar los costes a los cuellos de botella. No invertir donde no es necesario. Invertir en marketing, y no solo en instalaciones. Saber cuál es el mercado al que te diriges e identificarlo. Hacer un plan de empresa anual y revisarlo para corregir errores. Analizar bien los datos para definir bien los costes. Muchas cosas, porque, dice Pina, las empresas “son algo más que corazón; el análisis es clave”.
Y el esfuerzo también. Quizás eso es lo que más trabajo cuesta entender a los que empiezan un negocio. “Hay emprendedores que llegan fuerte, pegan el primer arreón y a los tres o cuatro meses desisten. Yo he tenido dos o tres casos de éxitos. De 10 casos que mentorizo uno se lanza y los otros, cuando ven que hay que currárselo, abandonan”, dice Eusebio Risco. Eva Tarancón cree, por su lado, que el emprendedor “nace, no se hace”. “Es tu vida, tienes que dedicarle mucha parte de tu vida, es un poco obsesión entre comillas. Para mí mi empresa es mi bebé y tengo una hija. Es mi otro bebe que hay que cuidarlo cada día al detalle y estar siempre pendiente porque siempre puede hundirse. Es algo que se vive con libertad. No te lo impone nadie”.