Portugal otea la alerta roja por el avance del coronavirus
● El Covid-19 se propaga más allá de Lisboa y alcanza el Algarve ● El Gobierno se resiste a endurecer las restricciones pese a subir los casos
Las luces rojas por el avance del coronavirus en Portugal se extienden más allá de Lisboa y alcanzan el Algarve, la región más turística del país, mientras el Gobierno se resiste a endurecer las restricciones. El país amaneció ayer con 1.020 nuevos casos y seis muertos y con los hospitales en alerta por el aumento de los pacientes contagiados, el número más alto desde abril.
El grueso de los contagios se registra en Lisboa y el valle del Tajo, aunque la región central también avanzó de forma llamativa y el Algarve se convertía en un nuevo foco de preocupación por el aumento del ritmo de positivos. Las cifras colocan a Portugal a un paso del “cuadrante rojo”, admiten las autoridades, con un Rt de 1,18 y una incidencia de 119,3 casos por cada 100.000 habitantes.
El cuadro vuelve a preocupar en las residencias de ancianos, donde en los últimos días se han detectado seis brotes activos –con 54 afectados, entre ellos incluso personas ya vacunadas– y dos víctimas mortales, aunque la ministra de Salud, Marta Temido, descartó ayer volver a limitar las visitas a estas instituciones.
“Estamos en una situación de la epidemia en la que las personas vacunadas que eventualmente presentan casos de transmisión tienen una enfermedad mucho más moderada”, señaló la ministra.
Las autoridades son reacias a recuperar medidas más estrictas de control. Por el momento, mantienen el cierre perimetral de Lisboa y su área metropolitana durante los fines de semana y no parece que la decisión vaya a cambiar en breve. “Vamos a tener que hacer este esfuerzo por equilibrar vacunación y test”, apuntó la ministra de Sanidad. “No hay recetas mágicas ni milagrosas”, insistió, “debe ser una responsabilidad de todos”.
“Las líneas de nuestros mapas de referencia son indicadores que nos llevan a cerrar o acelerar medidas en función de la situación. Sabemos que estamos con un riesgo efectivo de transmisión elevado”, admitió Temido, que apostó por acelerar la vacuna
ción y generalizar los test como principales instrumentos para detectar y detener los contagios.
Y ésa es la fórmula que sigue Lisboa. Convertida en el epicentro del virus en Portugal, con predominio de la variante Delta, la capital acelera la vacunación y lanza una campaña de test masivos y gratuitos para detectar la covid. Los análisis –hasta ahora solo disponibles para residentes– se han ampliado a cualquier ciudadano que quiera realizarse pruebas de antígenos en puntos móviles distribuidos por toda la ciudad y en las farmacias.
La campaña incluye puntos de test en mercados, parques y estaciones de tren, lugares con alta concentración de personas.
En uno de los lugares elegidos, el mercado de Campo de Ourique, decenas de personas se sometieron a la prueba, tanto vecinos del barrio, como no residentes portugueses y extranjeros.
Portugal registra 17.074 víctimas mortales y cerca de 867.000 positivos desde que comenzó la pandemia.