Marenostrum, prueba de fuego para conciertos sin distancia de seguridad
● El festival de Fuengirola realizará 3.000 tests de antígenos en el nuevo Castlepark
El Marenostrum Fuengirola presenta el próximo 25 de julio la primera edición del festival de música electrónica Castlepark, un encuentro para el que la organización realizará 3.000 test de antígenos previos a todos los asistentes. Esta “prueba de estrés”, en palabras de la organización, aspira a una ocupación del 33% de la capacidad total del espacio del recinto, con lo que hasta un total de 3.000 personas podrán estar en la pista de baile sin necesidad de preservar las distancias de seguridad.
Para tal fin, al comprar su entrada los asistentes deberán registrar todos sus datos para un posible rastreo y reservar su cita previa para hacerse el test de antígenos durante el mismo día del concierto. El 25 de julio, en unas instalaciones separadas del espacio donde actuarán artistas como Nina Kraviz, Héctor Oaks y Paco Guillén se realizarán los más de 3.000 test de antígenos a todos los asistentes. La entrada será vinculada a la prueba mediante la aplicación oficial del festival. Así es como se comunicará el resultado antes de llegar al evento, según explicaron fuentes de la organización, quienes subrayaron el carácter pionero de la propuesta en Andalucía.
En el caso de ser positivo, el espectador no irá a las puertas de acceso, si no a un punto habilitado donde se activará el protocolo de prevención. Si es negativo, al llegar a la puerta de acceso, se deberá mostrar el código QR en su móvil. Así la organización sabrá el resultado del test negativo y lo dejará pasar. En ese momento, recibirá una mascarilla FFP2 proporcionada por la organización con un código de colores, se desinfectará las manos, pasará por las alfombras para los pies y podrá acceder.
La pista de baile, donde van a estar las 3.000 personas, estará separada en tres zonas diferenciadas por los colores azul, blanco y negro. En la pista de bailes está prohibido bajar la mascarilla y, por tanto, no está permitido beber, comer, fumar o cualquier actividad que implique quitársela. Las tres zonas de la pista son tres burbujas diferenciadas en las que todos los asistentes tendrán todos los servicios necesarios, sin posibilidad de acceder al resto de áreas que no te permite tu entrada. En cada sector habrá una entrada, aseos, que se irán desinfectando durante todo el concierto, comida y bebida, que se deberá tomar en las terrazas habilitadas y no se podrán trasladar a la zona de baile. Se trata, por tanto, de un proyecto burbuja que fue presentado y debatido ayer jueves por la alcaldes de Fuengirola, Ana Mula, y el concejal de Cultura en sendas reuniones con la consejera de Cultura, Patricia Del Pozo, y el consejero de Salud, Jesús Aguirre, que mostraron su conformidad con el mismo.
La idea parte de las reuniones entre promotores en el Bizkaya International Music Exposition (BIME), donde Marenostrum y los organizadores de varios de los eventos dentro de este espacio de conciertos veraniego estuvieron presentes. Tras la cita, unieron fuerzas con el despacho de abogados Symphathy for the Lawyer para darle forma y presentarlo ante la Junta de Andalucía. Será la primera vez que se haga un análisis masivo con test de antígenos a todos los asistentes a un evento musical en Andalucía; aunque sí se ha autorizado previamente este tipo de pruebas para la celebración de citas deportivas como el Andalucía Open de Golf en Marbella o la Spartan Race en Almería, así como un par de ferias comerciales en los palacios de congresos de Sevilla y Málaga.
Eso sí, Marenostrum Fuengirola mantendrá el uso obligatorio de las mascarillas entre el público para garantizar la seguridad sanitaria frente a la COVID-19 en todos los espectáculos que se desarrollarán a lo largo de este verano. Las instalaciones, pese a estar al aire libre y con todas las medidas sanitarias recomendadas por las autoridades para eventos multitudinarios, seguirán promoviendo el uso del elemento de protección durante la celebración de cada evento. Así lo anunció ayer el concejal de Cultura de Fuengirola, Rodrigo Romero, quien ha recordado la “organización impecable” en 2020, salvando “el año más duro de la pandemia” por lo que ha considerado que “no es el momento de bajar la guardia”.
La nueva cita de música electrónica del 25 de julio servirá de ensayo de la medida