Fallece Joan Hunt, el alma de Cudeca
● La británica muere a los 92 años con un testamento: “Celebrad mi vida, no mi muerte”
La fundadora de la fundación Cudeca, Joan Hunt, falleció ayer a los 92 años tras casi 30 de historia del colectivo, que presta atención a los enfermos oncológicos y otras patologías en fase terminal para dotarles de los cuidados paliativos. Según destacaron desde la fundación, los últimos días de Hunt “han sido serenos, en paz, con algún momento de humor y risas, y otros en los que Joan decidió tomar el mando de la situación”, destacando que “en cada momento ha estado arropada con el cariño y los cuidados de todos los que formamos Cudeca”.
“Ella nos dijo que estaba preparada para este viaje, y que necesitaba irse ya” apuntaron desde el colectivo, señalando que su fundadora “se ha ido como ella quería, sin ruido, sin alboroto y en el día de su santo, San Juan”.
Hunt no se ha marchado sin dejar un mensaje que Cudeca ha querido hacer público, en el que la británica aconseja que “no estéis tristes, celebrar mi vida, no mi muerte”, así como indica que “he tenido una vida plena y muy feliz”. “He trabajado mucho, pero siempre a gusto rodeada del gran equipo Cudeca, del cual me siento tan orgullosa y al cual admiro profundamente. Siempre me ha conmovido el amor, el respeto y la dignidad con la que todos en Cudeca cuidáis a las personas en el momento más difícil de sus vidas”, ha emitido Hunt.
Asimismo, tras su ausencia no ha dejado de luchar por los más débiles y ha dejado el mensaje de continuar apoyando la labor de la fundación: “No envíes f lores a mi funeral, enviar un donativo”. En su carta póstuma, la británica recuerda cómo “el donativo que pedí en el funeral de mi esposo Fred fue el impulso para crear un centro especial para cuidar la última etapa de la vida de muchos enfermos y sus familiares. Pues bien, ahora me toca a mí, y os digo lo mismo de nuevo, enviar donativos que sirvan para cuidar, aliviar y acompañar a los que más nos necesitan”.
Asimismo, deja encomendado el “cuidar de Cudeca” confiando en que su equipo se asegure de que “mi legado siga aportando vida a los días de los enfermos y sus familias, con la forma especial de cuidar de Cudeca”. Por último, la carta recoge el deseo de Hunt de “recordarme con alegría. Ser recordado significa que una vez viví y estaré en paz”.
Se despide remarcando su apuesta por el proyecto: “Os deseo mucho amor, éxito y crecimiento para Cudeca. Elegí el camino menos transitado y dejo a Cudeca en las manos compasivas de aquellos que decidieron hacer el viaje conmigo”.
Sobre la biografía de Joan Hunt, desde el colectivo ensalzaron su trayectoria personal, que decidió pasar su jubilación anticipada en la Costa del Sol.
La fundadora del proyecto solidario nació el 5 de enero de 1929 en Liverpool (Ingleterra) y fue la octava hija de una familia de nueve hermanos procedentes de una familia de obreros humildes y fervientes católicos oriundos de Irlanda. A los dos años contrajo una grave enfermedad y comenzó un proceso médico que marcaría toda su infancia. Afectada por una severa artritis séptica, la infección le dañó la cadera, lo que obligó a someterla siendo muy niña a varias operaciones que le supusieron una hospitalización casi permanente hasta los seis años y una cojera de por vida. Con 14 años y en plena segunda Guerra Mundial, su madre le pagó en Londres unas clases particulares para aprender secretariado, contabilidad, taquigrafía y mecanografía, lo que a los 16 años le permitiría encontrar su primer trabajo en una empresa familiar de artículos de piel y cuero como aprendiz, siendo sus primeras tareas las de preparar el té y hacer recados. Posteriormente, se caso con su esposo Fred, divorciado y mayor que ella, lo que supuso la ruptura con su familia a causa de su profunda convicción católica. En 1961 comenzó a trabajar en Berger Paints, con 32 años, una gran multinacional en la que progresó hasta ser nombrada Jefa de Administración de Personal en 1974. Su retiro temprano y su jubilación en la Costa del Sol trajo consigo la enfermedad y el fallecimiento de su marido Fred por un cáncer, lo que despertó en ella una fuerza positiva y solidaria que se convertirá en el motor de algo tan maravilloso, como su vocación de ayudar a los demás al final de la vida, cuando a los 65 años y contra todo pronóstico, una inglesa que no conocía a mucha gente en Málaga decide crear Cudeca en 1991.
Hunt continúa su labor solidaria dejando el mensaje de hacer donativos al colectivo
Encomienda a su equipo a cuidar de Cudeca y a proseguir con su legado