Djokovic, triunfo con serio bajón físico
El serbio se tambaleó y llegó a coquetear con el desplome en el partido que ganó frente a Medvedev
El serbio Novak Djokovic mantuvo el pleno de victorias en las Finales ATP de Turín en la última jornada de la fase de grupos ante el ruso Daniil Medvédev, al que tumbó en tres sets (6-3, 6-7 (5) y 7-6 (2)) con la preocupación general por su evidente bajón físico a medida que avanzó la contienda.
Comenzó el choque con la tensión habitual de un partido en el que no había nada en juego para Medvédev y sólo la posibilidad de mantenerse invicto para poder seguir optando al mayor premio económico de la historia de las Finales, pero siempre tendrá en el recuerdo el serbio el 3-0 que encajó en la final del Abierto de Estados Unidos del año pasado, una espina clavada que intenta sacar en cada enfrentamiento con Medvédev. En el primer envite pudo Djokovic romper el saque de su rival cuando mandaba 3-2, pero no aprovechó la bola de break.
Pudo hacer lo mismo el ruso en el siguiente juego, pero dejó vivo a Nole. La segunda manga fue mucho más igualada. Pese a tener fallos de bulto, Medvédev aguantó el ritmo de un Djokovic que tampoco exhibió la superioridad de otros partidos, mostrando evidentes síntomas de cansancio. De un momento a otro pareció completamente débil, agotado, con mucho más sudor del que habitúa e, incluso, con temblores durante los tiempos de descanso.
Se mantuvo el malestar físico del serbio en el tercer set de un partido intrascendente para él, que terminó de pie gracias a un tremendo ejercicio de resistencia, ya que por momentos llegó a tambalearse, coqueteando con el desplome. Terminó acusando la fatiga acumulada de las más de tres horas de choque, intentando recuperarse tras cada punto, incapaz de asestar el golpe definitivo a un Medvédev que sacó provecho de la situación que vivió su contrincante arrebatándole el saque y colocándose 5-4 arriba con servicio. Parecía que el partido ya estaba decidido, pero Nole no estaba por la labor de rendirse. Quebró al instante Djokovic al moscovita, que miró a su banquillo incrédulo, sin saber cómo explicar lo que estaba viviendo. El tie-break (2-7) fue el juez final de un partido que se presentó sin nada en juego pero que terminó siendo como un duelo en la cumbre. El de Belgrado se alzó con la victoria, pero habrá que esperar a hoy para ver si le acaba pasando factura en las semifinales.