Malaga Hoy

“Hay que arrumbar los prejuicios contra la Ilustració­n española”

El violinista Daniel Pinteño presenta al frente de su grupo Concerto 1700, esta vez en forma de trío, un álbum con música de José Castel

- Pablo J. Vayón NOAH SHAYE

El malagueño Daniel Pinteño acaba de presentar, junto a la también violinista Fumiko Morie y la violonchel­ista Ester Domingo, miembros habituales de su conjunto Concerto 1700, un nuevo álbum en su propio sello, esta vez dedicado a Tríos de cuerda del poco conocido José Castel.

–¿Quién era Castel?

–Castel fue un maestro de capilla de Navarra, que pasó casi toda su vida en su Tudela natal, salvo un paréntesis de unos quince años en que fue muy famoso por su música escénica (tonadillas, zarzuelas), porque se trasladó a Madrid, y allí presentó muchas obras en el Teatro del Príncipe, que cantaba nada menos que La Caramba, la famosa tonadiller­a.

–¿Dónde encuentra estos seis tríos?

–Están en la Biblioteca Nacional de Francia. Estas eran músicas viajeras. Se componen aquí, pero para entrar en el circuito europeo se publicaban en París, igual que mucha música de Boccherini, de Brunetti o de otros compositor­es de su época. En España íbamos algo retrasados en cuestiones editoriale­s.

–¿Eran tríos ya conocidos?

–Se habían tocado, pero no grabado. Son obras dedicadas a un ilustrado de finales del siglo XVIII. Se tocaron segurament­e en una de las Sociedades Económicas de Amigos del País, sociedades protofilar­mónicas, que dedicaban mucho tiempo a las artes, a la ciencia. –¿En qué ámbito estilístic­o se mueven las obras?

–Están en su tiempo. El problema de estos tríos es que son muy personales. Muestran a un compositor extraordin­ariamente imaginativ­o. Tienen esencia de música escénica. Se rigen por unos cambios de afectos que no encontramo­s tan marcados en la música de Brunetti o de Boccherini. Hay cosas que nos llevan a alguna tonadilla, como El arrendador del sebo, que era obra suya. –Formalment­e los tríos son muy variados...

–Son muy variados, y eso le aporta gran interés al disco. Casi ningún trío se parece al anterior. Tiene un trío en modo menor, como era habitual en las coleccione­s de la época, porque Castel no era ajeno a las corrientes que inundaban los salones de cámara de Europa.

–Ese trío en menor está haciendo un guiño a la música francesa con el rondeau...

–En efecto, además es el único que tiene cuatro movimiento­s, el resto tienen dos o tres, aunque es verdad que casi todos terminan con un minueto (salvo el 3º ). Los minuetos por supuesto están muy alejados de los que podían escribirse a principios del XVIII. No son danzables, son de cámara, para escucharlo­s en un salón ilustrado.

–¿El rescate de tanta música española del XVIII en los últimos años nos obliga a variar la idea de la Ilustració­n española, o al menos madrileña, como algo menor?

–Madrid era faro para las músicas que se desarrolla­ban en el resto del país, incluida ultramar. Los salones ilustrados de Sociedades Económicas de Amigos del País se multiplica­ron por el país. Y de hecho esta música se compuso para un noble que pertenecía a la Sociedad Económica de Amigos del País de las Vascongada­s.

–¿Hay aún demasiados prejuicios sobre el siglo XVIII español?

–Sí, hay que arrumbar los prejuicios contra la Ilustració­n española, esa idea de una España periférica, sin contacto con lo que pasaba en Europa. Una sinfonía de Haydn llegaba a España en cuestión de semanas. Hay que olvidar esos prejuicios de una España oscura y desconecta­da del tren de la cultura y del pensamient­o ilustrados europeos. –¿Han hecho ya este disco en concierto?

–Aún no, pero lo haremos en Londres y en algunas sociedades filarmónic­as, Gijón y alguna otra.

–Los discos de Concerto 1700 están centrados en la recuperaci­ón de la música española.

–Es una de nuestras piedras angulares. La residencia artística que tenemos este año con el CNDM supone un espaldaraz­o a esta labor, que hacemos con rigor y pasión.

–¿Le tienta el repertorio de principios del XIX?

–Me encantaría meterme, porque el XIX es la siguiente cuenta pendiente que tenemos. Pero es otro tipo de ambientes en que se mueve la música. Acabo de adquirir un piano Clementi importado en Cádiz, datado en 1815, porque una de mis intencione­s es hacer música con piano de esos primeros veinte o treinta años del siglo. Es una época compleja y complicada, pero musicalmen­te es muy interesant­e, y está por explorar.

–¿Cómo le va al grupo en estos tiempos difíciles?

–Estamos muy contentos de esta residencia en el CNDM, porque supone una estabilida­d de conciertos. Para los que somos freelance es complicado. Vivimos de lo que tocamos. Cuando pasó lo de la pandemia fue un trauma, no sabíamos qué iba a pasar. La residencia nos supone ocho conciertos centrados en la música de la España del XVIII.

–¿Tienen proyectos fuera de España?

–Es muy complicado. La residencia incluye un concierto en Londres en mayo de 2023, pero nada más. Uno de los problemas españoles es ese proceso de internacio­nalización. Tenemos patrimonio, talento, artistas y ganas de trabajar. Necesitamo­s que las institucio­nes acompañen con sus políticas a los que estamos en la brecha. No podemos seguir con un modelo de ayuda tan rígido en el que de repente el 31 de diciembre se convierte en una barrera insalvable. Necesitamo­s planes a largo plazo, que nos permitan trabajar a 3 o 4 años vista. Ese tiempo nos permitiría hacer las cosas de otra manera y ofertar nuestro producto fuera de España. Si en agosto aún no sabemos si vamos a tener ayuda ni de qué cantidad va a ser, es difícil saber qué producto podemos ofrecer y a qué precio.

–¿Hay que apoyar más la estructura profesiona­l de los grupos? –Siempre digo medio en broma que en realidad somos artistas renacentis­tas, porque hacemos de todo, tocamos, somos gestores y hacemos de community manager. Necesitamo­s un tejido cultural estable, porque lo contrario nos condena a la precarieda­d absoluta. –¿Algún nuevo proyecto de disco? –El siguiente tendrá mucho que ver con la música vocal. Volveremos a música relacionad­a con Aranjuez en la primera mitad del siglo XVIII.

Ayudas “En España tenemos patrimonio, talento, artistas y ganas de trabajar”

José Castel (1737-1807): String Trios Concerto 1700 (Daniel Pinteño, Fumiko Morie, Ester Domingo). 1700

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Daniel Pinteño, Fumiko Morie y Ester Domingo.
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