El vídeo, una ayuda venenosa
● La tendencia sigue siendo de partidos de en torno a las dos horas de tiempo real y de pérdida de ritmo
El baloncesto vive una paradoja con el uso del videoarbitraje. Se intenta desde las distintas competiciones, en buena fe, ser más justo para juzgar lo que sucede en la pista. La tecnología ha llegado al deporte para aplicar equidad y ya no se va a marchar, al contrario, pero se debe procurar gestionarla de la mejor manera posible para no atentar contra el espectáculo. El baloncesto es deporte dinámico y con continuidad. Con su parones para los tiros libres y los tiempos muertos ya asimilados. Pero se le añaden ahora demasiados pausas en el juego con el visionado de las jugadas.
El partido del Unicaja en Santiago de Compostela fue palmario. 2 horas y 15 minutos de duración real de los 40 minutos de encuentro reglamentarios. Un último cuarto que duró más de 47 minutos. Es decir, 10 minutos de juego efectivo y 37 de otra cosa. Es demasiado. Mucho tiempo se lo llevaron los colegiados en la mesa revisando jugadas, de manera constante. El final fue sintomático, con aquellas décimas por ahí colgando sin que hubiera una toma concluyente sobre si había acabado o no. Los partidos se van en torno a las dos horas. El tiempo medio se ha ido aumentando con el paso de los años, acelerado desde la introducción de los cuatro cuartos en FIBA y también con el aumento de tiempos muertos, no sólo de los entrenadores.
La teoría esta temporada en ACB es que se reducirían las visitas de los colegiados a la mesa y para ello se le daban a los dos entrenadores dos peticiones de revisión a cada uno, que se mantendrían en el caso de que tuvieran razón. Sucede que también esos challenges de los técnicos se están utilizando en ocasiones como tiempos muertos encubiertos para cortar rachas rivales o dar instrucciones concretas. En momentos de partido en el que se ven que pueden sobrar esas peticiones (en los dos últimos minutos los árbitros van a ir a revisar cualquier jugada dudosa), no se vacila a la hora de solicitarlo. Es parte de la picaresca.
El nivel de arbitraje en la competición doméstica también está creando debate. El Unicaja ha vivido varias actuaciones surrealistas. El nuevo director de arbitraje, José Antonio Martín Bertrán ha estado en alguna ocasión en el Palacio este año, como en el duelo ante el Gran Canaria. Ha habido constantes broncas. Hay un relevo generacional en la Liga que debe llegar por cuestiones de edad. Y ha coincidido con el desarrollo del Instante Replay hacia un uso más intensivo. En cierta forma, tener esa red condiciona el arbitraje. Y es lógico que los colegiados no quieran equivocarse, son ellos los que lo pagan si sucede, y hagan uso de la herramienta cuando haya dudas. Es una labor de la del colegiado siempre en solfa. Si se equivocan se lo recordarán, si no pero cortan el ritmo, también. En ese relevo generacional también se nota el distinto criterio de las técnicas según quién protesta y la correa que tienen en cada caso según sean los protagonista de ella. Juan Carlos García González y Miguel Ángel Pérez Pérez, los árbitros, internacionales y de larga trayectoria ambos, que decidieron en el Instant Replay la polémica final de Copa de 2019 Real Madrid-Barcelona, han estado tres temporadas sin pitar al conjunto blanco.
La ACB intentó acelerar el juego con la vuelta del saque libre tras pérdida en campo rival, pero se está solapando con ese retraso. Ibon Navarro, técnico cajista, explicaba cómo veía este asunto.
El ejemplo del partido en Santiago del Unicaja ilustra una tendencia tóxica
“La ACB toma la decisión de intentar dinamizar el juego sin que los árbitros puedan ir al Instant Replay tan a menudo. Al final el hecho es que siguen yendo, van cuando no tendrían que ir. A cambio, se nos da más intervencionismo a la hora de pedir. No siento que se vaya menos que antes. Y en los dos últimos minutos ellos pueden ir a mirarlo todo. No veo que se consiga dinamizar demasiado, la verdad. Que como entrenador no quieras gastar los dos y te quieras dejar uno para el final... No lo sé. Uno lo puedes aprovechar como descanso, perder un instant replay, pero me vale para dar una instrucción, que el equipo descanse... Se buscaba dinamizar, pero ya veremos a final de temporada cuando salgan las estadísticas si de verdad hay menos revisiones”, decía el entrenador vasco. Es un debate que está presente en el baloncesto. El uso del vídeo y el ritmo del juego.