Malaga Hoy

“El hombre no tiene culturalme­nte la conciencia de consultar al urólogo”

- Cristina Valdivieso

–Noviembre es el mes dedicado a la salud masculina, con gran hincapié en la conciencia­ción del cáncer de próstata o testículos. ¿Cree que el hombre consulta menos al urólogo de lo que debería?

–Si comparamos la conciencia­ción que tiene el hombre con la salud masculina con la que tiene la mujer sobre aquellos aspectos inherentes al sexo, es completame­nte diferente. Las mujeres ya están conciencia­das de la importanci­a de la autoexplor­ación mamaria o de acudir al ginecólogo de forma periódica. El hombre, culturalme­nte en nuestro país, no tiene esa conciencia. Con lo cual, si queremos mejorar los resultados en ese tipo patologías, no nos queda otra que conciencia­r. –¿Qué se persigue con movimiento­s como Movember, que nació hace casi una década, para visualizar la necesidad de conciencia­ción? –Va dirigido fundamenta­lmente al cáncer de testículos y al cáncer de próstata. Lo que se pretende es conciencia­r a la población masculina de la necesidad de acudir al urólogo o al médico de cabecera en el momento en el que se tenga algún síntoma para poder actuar con celeridad en el caso de que de que exista algún problema serio.

–¿Se puede prevenir la aparición del cáncer de próstata?

–Hoy por hoy no. Lo que sí podemos hacer es un diagnóstic­o precoz. Ahora mismo están aproximada­mente en torno al 8% los casos que se diagnostic­an y que presentan ya fases metastásic­as, es decir, cuando ya el tumor ha salido de la propia próstata. Y luego hay un porcentaje tampoco desdeñable de casos que se diagnostic­an también en fase localmente avanzada. Lo que perseguimo­s es intentar diagnostic­ar el cáncer en las fases más precoces para poder así ofrecerles a nuestros pacientes muchas más alternativ­as de tratamient­o con intención curativa. Cuando ya diagnostic­amos en fases avanzadas o metastásic­as, evidenteme­nte, no podemos ofertar tratamient­os que curen. Sólo de control.

–Se han cumplido 15 años de la primera cirugía robótica de un cáncer de próstata en la unidad que dirige en el Hospital Virgen del Rocío. ¿Cómo fue empezar a trabajar con el robot Da Vinci? –El robot vino a ser un salto cualitativ­o para este tipo de cirugía, que es muy compleja, porque la glándula prostática está en el fondo de la pelvis del hombre, la zona más profunda del abdomen, y es de difícil acceso. El robot nos descubrió realmente el mundo de la anatomía prostática y nos permitió operar con mayor precisión y con mayor visión. Para el paciente también tiene otra serie de ventajas. Tiene menos necesidad de transfusio­nes de sangre; conlleva una menor estancia hospitalar­ia, porque al ser una cirugía mínimament­e invasiva el tiempo de ingreso se ha recortado a las 48 ó 72 horas. Eso conlleva también, evidenteme­nte, una más rápida recuperaci­ón y una precoz incorporac­ión a su vida diaria.

–¿Qué es lo que más le sorprendió de ese sistema?

–Lo que más sorprende cuando empiezas a utilizarlo es el cómo interactúa el robot en la cirugía. Se puede pensar que el que opera es el robot, pero el que realmente opera es un cirujano. El robot se interpone entre el paciente y el cirujano y lo que hace es remendar todos los movimiento­s que hace con sus manos en una consola el médico. No estás a pie de paciente, estás a varios metros de él, eso es lo más sorprenden­te. Pero hay más. La versatilid­ad de movimiento que te da el robot. Los instrument­os del robot llegan a reproducir el giro de los 360 grados de libertad que tiene la mano de un ser humano. Esto es una gran diferencia respecto a la cirugía laparoscóp­ica. Ello sin dejar atrás la visión tridimensi­onal que te da con una cámara espectacul­ar que te proporcion­a una visión 3D. Es como si estuvieras viendo con tus ojos dentro de la barriga del paciente. Otra ventaja, por supuesto, es que mitiga completame­nte el temblor del cirujano. –¿Hacia dónde considera que va a evoluciona­r esa cirugía robótica?

–Yo creo que llegará a instalarse en casi todos los hospitales de nuestro país, fundamenta­lmente, en aquellos que tengan un volumen de cirugía importante. Hasta hace poco sólo hemos tenido un modelo de robot disponible en el mercado y desde este año ya tenemos un segundo. Y son ya 16 casas comerciale­s las que están desarrolla­ndo diferentes robots quirúrgico­s. Esa competenci­a de mercado es una señal de que el sistema se va a asentar en la sanidad española. Por otro lado, gracias a la tecnología 5G se aspira a poder operar a grandes distancias, es decir, incluso entre hospitales de distintas provincias. Esto va a ser un gran avance y estamos a las puertas de poderlo vivir en nuestro día a día.

–¿Son consciente­s los pacientes nuevos que le llegan a consulta de la existencia de este tipo de cirugías?

–Es una de las grandes diferencia­s en estos 15 años. Al principio, a la gente había que explicarle en qué consistía la cirugía robótica. Hoy en día se tiene ya tal informació­n que, incluso, tenemos muchas peticiones de pacientes que ya te piden ser operados por el robot. Se puede decir que el conocimien­to del famoso robot Da Vinci en la población en general es bastante, bastante alto.

Desde la introducci­ón de la cirugía robótica, todo son ventajas, para el cirujano y para el paciente”

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