Malaga Hoy

SIN DISCURSO MORAL

- ▼ JOAQUÍN A. ABRAS SANTIAGO

HE de confesar que nunca he sido especialme­nte aficionado al mundo de los deportes, ni siquiera al tan popular del futbol, por el que en la primera juventud, a los compañeros de clase poco menos que les iba la existencia o el honor en su práctica frecuente. ¡Que digo frecuente!, diaria. No, no se me daba nada por esa lucha por colocar el balón en el lugar de poder contar un tanto, un ansiado gol que contribuye­se a la victoria a término del partido. Sin embargo no dejo de reconocer que el futbol, al igual que otros deportes –quizás todos los deportes– ha sido un modo de difundir y cultivar una serie de valores sociales, valores de grupo y también personales como pueden ser el compañeris­mo, el respeto y el reconocimi­ento al propio compañero y desde luego al adversario, el espíritu de superación en las circunstan­cias adversas o difíciles, la capacidad de compartir lo bueno y lo malo, la alegría y la tristeza y saber renacer tras la derrota, considerán­dose siempre a ésta como una circunstan­cia puntual y siempre superable junto a los demás, con el esfuerzo de cada uno, unido al del conjunto. Todo esto –y más– se podía trasladar a la vida diaria y contribuía a generar y desarrolla­r todos los demás valores que venían a definir lo que se dio en llamar ‘sociedad occidental’.

Muy posiblemen­te por estas razones, la decepción en la celebració­n del actual Campeonato Mundial de fútbol ha sido tremenda, sobre todo después de la anterior competició­n futbolísti­ca universal, sí, aquella en Sudáfrica, por haber sido aquel un país en el que el apartamien­to, por causa de distinta raza, principalm­ente, había tenido al mundo negro completame­nte desterrado de cualquier oportunida­d de vivir en libertad y en el respeto a todos los valores que dignifican al ser humano. Sin desear entrar en análisis más profundos, lo que sí fue verdaderam­ente ejemplar –por edificante– es que, muy poco antes, se había producido una revolución intelectua­l y moral –o ética, si se quiere así denominar– que había permitido la posibilida­d de acceso de todos los seres humanos de aquel país a todos los estamentos e instancias de su sociedad. Allí se alzó la selección española como campeona del Mundo. ¿Recuerdan?...

Lo de este año en Qatar es bien distinto. Y tampoco voy a entrar en análisis, imposibles de constreñir en las pocas líneas que nos quedan para terminar esta columna. Ni siquiera la ausencia absoluta de democracia, la inexistent­e y elemental separación de poderes o el respeto a todos los Derechos Humanos en el territorio de su monarquía absoluta.

Lo que más me ha decepciona­do y dolido es que eso que llamamos ‘Occidente’ ha perdido todo su respeto y propia estima por haber aceptado un precio en monedas, a cambio del cual se ha quedado sin discurso moral, o ético, si se quiere así denominar. ¿O no?

Occidente ha perdido toda su propia estima por haber aceptado un precio a cambio de quedarse sin discurso moral

 ?? ?? duendedelr­ealejo1@gmail.com
duendedelr­ealejo1@gmail.com

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain