Alberto Chicote retoma la faena de sus ‘Pesadillas’
● Tras el parón por la pandemia, el programa de La Sexta regresa esta noche en Viladecans
Hace diez años que descubrimos a Alberto Chicote. El iracundo chef madrileño estaba entre fogones, ajenos a una posible carrera mediática, cuando fue fichado por Warner para poner orden y quitar cochambre en los restaurantes que necesitaban una severa remodelación. A lo largo de este tiempo ha habido oportunidades aprovechadas y muchos establecimientos que no pudieron remontar pese al auxilio y nueva decoración.
Con menos kilos encima ahora, Chicote regresa a su faena favorita, inspeccionar y asesorar en Pesadilla en la cocina, formato que debido a la pandemia no podía trabajar en sus condiciones idóneas. Ya en esta primavera se retomaron los episodios y el programa regresa esta noche a La Sexta.
El primer lugar que visita el chef es Il Fogón della Toscana. Una pizzería de Viladecans. Su propietario, José Antonio, echa broncas a todo el mundo, se levanta tarde y no sabe organizar a su equipo. Vive de las rentas del pasado y casi es lógico que el público se marche hartos de esperar. Un caso arquetípico para las pesadillas de Chicote en este regreso, su octava temporada en Atresmedia.
José Antonio será el iracundo propietario que abre la galería. Las situaciones de tensión extrema y las peleas por el control van a ser la tónica en esta tanda. El formato regresa con las mismas energías y con la sabiduría de estos años de andadura.
Además del restaurante de hoy, la Pesadilla hará parada en el
Camino de Santiago, atendiendo a un establecimiento dedicado a los peregrinos, además de un hotel-restaurante en la Vía de la Plata, un restaurante de temática militar, un bar típico andaluz (ya sabemos que fuera de Andalucía lo nuestro enseguida se desvirtúa), y de nuevo Chicote tendrá que revisar qué se entiende por
restaurante medieval. Además habrá en otro episodio una ayuda simultánea en dos negocios: doble ración de disgustos y enfados en un mismo programa.
En 2012 se adaptó a España el espacio del gruñón Gordon Ramsay ( Kitchen Nightmares). Fue un éxito en esa primera aparición (2,8 millones, 13,7% en su estreno en octubre de 2012) y el programa fue fortaleciéndose dejando momentos inolvidables a lo largo de estos años mientras que el chef madrileño se ha convertido en paradigma de tutor firme y algo malencarado para meter en vereda a los hosteleros desordenados, sin idea o sin ganas de esforzarse.
Desde la cadena se insiste en que el equipo “ha tirado de perseverancia, paciencia y tenacidad para hacer frente a los desafíos”, aunque más de un restaurante después se ha quejado de los métodos del programa.
En esta nueva temporada se ref lejarán problemas sociales como las consecuencias de la pandemia, el desempleo, la jubilación o el maltrato a través de los locales seleccionados y conflictos entre dueños y empleados que mantendrán los sentimientos a f lor de piel a lo largo de toda la edición. Chicote asegura que va a vivir experiencias desagradables a las que nunca se había enfrentado.
En esta octava temporada habrá un restaurante militar y un bar típico andaluz
elecciones a la Moncloa, el popular presidente autonómico tiene claro que por su edad no podría ser. Si fuera más joven y con su experiencia si se vería preparado para ese desafío.
Y con su visión, ¿a qué partido apuntaría a Joaquín para que tuviera una labor eficaz? Revilla tiene claro que el del Betis es una de las “personas más queridas de España”. Tiene potencial y conexión, como se verá incluso en este programa.
Pero Revilla no ve al de El Puerto en ninguna sigla existente. Ni en la izquierda, ni en la derecha.
El presidente de Cantabria le sugiere que funde El Partido de Joaquín, una formación política personal a la altura de su carisma. Joaquín, de atender a la recomendación, seguiría los pasos de Belén Esteban a la que se promovió que fuera presidenta del Gobierno en su esplendor.