Fin de ciclo en Cádiz
JOSÉ María González, confirmó el pasado miércoles que no se presentará a a la Alcaldía de Cádiz en las próximas elecciones municipales de mayo. Era un mero trámite pues tanto él mismo como su entorno venían adelantando desde hace meses esta decisión. Con la misma, Kichi cumple su compromiso de no permanecer en ese cargo público más de ocho años. Es un paso, así, digno de elogio poco habitual en nuestra clase política.
Con la marcha de González de la primera línea política, en la ciudad de Cádiz se cierra un primer ciclo de gobierno en manos de los grupos que llegaron arrastrados por la ola del 15-M. Las diferencias que hay entre las formaciones a la izquierda del PSOE, especialmente entre Podemos y Adelante Andalucía (en la que se integra
Kichi) abren hoy una incógnita sobre si será posible que esa confluencia se repita en la ciudad en 2023. Y todo ello sin saber quién será el cabeza de lista cuando incluso en el propio grupo de González hay dos tendencias muy diferenciadas.
A la hora de su salida, González hizo balance de su trabajo. Dijo una frase muy significativa: “Cuando miro a Cádiz, sinceramente veo una ciudad mejor de la que me encontré”. Un comentario exagerado y lejos de la realidad, más allá de la apreciación personal, y que se responde con un simple recorrido por la ciudad y el conocimiento de su evolución en estos ocho años. Frente al crecimiento de otras capitales andaluzas, Cádiz sufre un estancamiento preocupante ante la ausencia de un modelo global de ciudad, con espacios urbanos sin definir, con una alta precariedad en sus barrios más populares, con una elevada tasa de paro sin alternativas de empleo que sigue provocando la marcha de los jóvenes más preparados (y que ya no vuelven por el puente Carranza, como se prometió hace ocho años), con la zona industrial en decadencia y con su patrimonio histórico abandonado. Allí donde se avanza (movilidad, universidad), se hace a trompicones y a un paso extremadamente lento, algo que la ciudad ya no se puede permitir.
Dice Kichi que ve un Cádiz mejor del que se encontró en 2015, cuando llegó a la Alcaldía. Pero esa afirmación se responde con un simple recorrido por la ciudad