La falta de acuerdo entre la CE y Reino Unido sobre Gibraltar pende de cinco diferencias
Las discrepancias son las pensiones, impuestos, la base militar, el aeropuerto y el medio ambiente
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, expondrá hoy en Madrid a los ocho alcaldes del Campo de Gibraltar y al presidente de la Mancomunidad de Municipios la situación de las negociaciones que desde octubre de 2021 mantienen la Comisión Europea (CE) y Reino Unido para la firma de un tratado internacional que regule las relaciones entre Gibraltar y los 27, muy especialmente con sus vecinos más cercanos al otro lado de la Verja.
Tras nueve rondas de diálogo y a la espera de una décima que se celebrará previsiblemente en diciembre próximo, las conversaciones se encuentran desde hace meses encalladas sin que ninguna de las partes dé señales de querer renunciar a sus posiciones de partida. A la espera de conocer el grado de detalle de la información que Albares proporcionará a los regidores, existen cinco puntos clave de fricción.
Las discrepancias, en todos los casos, parten del rechazo frontal de Reino Unido y/o de Gibraltar a establecer un grado de igualdad entre colonia y la de la UE para dar pie de manera real a la tan traída y llevada “área de prosperidad compartida”, sin la Verja de por medio.
Uno de esos escollos es la negativa de Gibraltar a equipar las pensiones que cobran los extrabajadores españoles en el Peñón –y las que, en un futuro, cobrarán quienes hoy siguen trabajando allí– con las de los gibraltareños. La diferencia en la percepción del conocido como community care entre los jubilados llanitos y los españoles (más los de otras nacionalidades) ronda en la actualidad las 400 libras al mes (alrededor de 460 euros), según las fuentes consultadas. No obstante, se ignora cuántas personas reciben hoy en día esa pensión
El medio ambiente es el segundo motivo de discrepancia. Los negociadores británicos, en cuya delegación se integra una representación gibraltareña, se niegan a aceptar la trasposición directa y estricta de la normativa europea a su legislación del Peñón. En los vertidos, por ejemplo, Gibraltar vierte buena parte de sus aguas residuales al mar sin depurar y el bunkering desarrolla por parte de empresas gibraltareñas con estándares diferentes a los de la UE.
Tampoco hay consenso en torno a la armonización fiscal de Gibraltar con la UE, un aspecto recogido en el acuerdo de la Nochevieja de 2020 entre España y Reino Unido. El Gobierno del Peñón, a tenor de las informaciones recabadas por esta redacción, rechaza de plano equiparar el IVA y los impuestos especiales (sobre las bebidas alcohólicas, el tabaco, los hidrocarburos, el juego...) que rigen en España a las figuras impositivas de la colonia
La cuarta causa de discrepancia es la que hasta ahora ha tenido más relevancia, al menos a nivel público: el control policial del puerto y del aeropuerto.
La última piedra en el camino tiene que ver con el uso del aeropuerto y puerto gibraltareños, dos instalaciones militares que, a juicio de muchos, son la razón de ser de Gibraltar. Con una frontera abierta, la UE, en este caso, desea establecer un sistema de información que le permita conocer qué buques y qué aviones llegan al Peñón y con qué propósito hacen escala.