El ataque al cuerpo de las mujeres y su sexualidad, violencia más común en redes
● Las jóvenes andaluzas, en un 73%, son las que se aquejan más de esta lacra en internet
La juventud de esta década no se entendería sin redes sociales. Para ellas y ellos son uno de sus principales canales de comunicación y relación. En el mundo online socializan, se agrupan y comparten ideas. Pero también en él se cuela la violencia contra las mujeres. Según el estudio La juventud ante la violencia de género en redes sociales: el caso andaluz, realizado por Meli Galarza, Aimiris Sosa Valcarce, Carmen Cantillo Valero y Blanca López Ramírez, más de un 73% de los jóvenes que han sufrido violencia en redes sociales son mujeres.
La investigación, financiada por la extinta Dirección General de Violencia de Género de la Junta de Andalucía, pretende ofrecer un diagnóstico sobre el uso de las redes en los jóvenes, la percepción de estas como entorno violento, cuál es su forma
Autora del libro de actuar y su respuesta ante las distintas agresiones, según explica Meli Galarza, una de sus autoras y presidenta de la Asociación para la Defensa de la Imagen Pública de las Mujeres. “Es muy difícil hacer políticas públicas si no tienes un buen diagnóstico, no podemos sensibilizar sin saber exactamente a qué nos estamos enfrentado”, agrega.
Para realizar el estudio contaron con una muestra de 384 personas de entre 15 y 24 años, el 51,5% hombres y el 48,4% mujeres, la proporción exacta de ambos sexos que tiene la población andaluza entre esas edades. Y casi el 90% de los encuestados identifica que las personas son más violentas en las redes sociales que en el cara a cara. Además, solo cuatro de cada diez cree que en el entorno virtual se castigan las acciones incorrectas, por lo que la sensación de impunidad es considerable en este medio.
Instagram (62%), Tik Tok (56%) y Whatsapp (51%) son las plataformas que comportan mayor riesgo de violencia para las mujeres, según la apreciación de los participantes en la investigación. Son las mujeres de entre 20 y 24 años las que aprecian un mayor riesgo y los adolescentes varones de 15 a 19 los que menos conscientes son de ello. En cuanto a la alfabetización mediática para enfrentar comportamientos relacionados con privacidad, denuncias o reconocimiento de contenido violento, entre un 76 y un 98% admiten tener habilidades para ello.
Las malas experiencias vividas en las redes son casi tan amplias como el número de usuarios. Pero el informe las clasifica y las situaciones más experimentadas que resultan son recibir contenido de tipo sexual, ejecutado en un 54% por hombres y un 32% por trolls o usuarios no identificados. Le siguen las críticas e insultos por defender ideas feministas, de los que un 24% son emitidos por mujeres, y recibir insultos por el físico, ejecutado en un 29% por mujeres, un 25% por hombres y un 26% por trolls.
“A pesar de que el feminismo en sí no forma parte de sus conversaciones, solo el 3% habla en plataformas de feminismo, cualquier defensa que hagan de una mujer lo van a considerar una idea feminista y, por tanto, atacable. Si defiendes a otra mujer ya eres una feminazi”, indica Galarza.
Una vez que son víctimas de este tipo de violencia, “la consecuencia que más se manifiesta es la vergüenza, lo cual es sintomático de cómo es la violencia contra las mujeres”, considera la coautora del estudio. “Si una chica corta con su novio y él sube una foto íntima, la tonta es ella porque le ha dado la foto. El sentimiento de culpa y de vergüenza prima para no tener otro tipo de respuesta, ni institucional ni tampoco de autodefensa”, añade.
Entre los jóvenes andaluces y malagueños, la respuesta más común frente a una agresión es bloquear el perfil o el contacto o pedirle que pare. Los más jóvenes, los participantes de entre 15 y 19 años, acuden más con el problema a familiares o docentes y las chicas más mayores, de 20 a 24 años “abogan por crear grupos de apoyo entre ellas mismas, por protegerse entre ellas, pero no denuncian, ni recurren a organismos especializados porque ni siquiera saben cuáles son”, apunta Galarza.
“Hay silencio frente a la agresión, y este hecho es muy significativo, no quieren mojarse”, subraya. También indica que el 41% de los hombres no percibe acoso hacia una mujer por su físico, mientras que, por el contrario, más del 73% de las mujeres aseguran que han presenciado estos comportamientos. “Las mujeres somos mucho más conscientes, percibimos más este tipo de acoso, ellos no se dan ni cuenta”, añade.
“Si ellas no ven su entorno adulto, institucional y personal, como el sitio al que acudir en el caso de estar sufriendo violencia, nosotros como instituciones públicas o tejido social, ¿Qué podemos hacer, cómo podemos ejercer la labor de protección que debemos a la juventud, de radicación de la violencia en general y en especial contra las mujeres?”, se pregunta la presidenta de Adipm.
Meli Galarza
No podemos sensibilizar sin saber exactamente a qué nos estamos enfrentando”