LAS COSAS CAMBIAN
Aveces cometemos errores en nuestros análisis sobre el transcurrir del tiempo. De hecho, ni siquiera sabemos de qué está compuesto el elemento que dividido en años o décadas, nos sirve para justificar por qué pasamos de la inocencia al cinismo; del entusiasmo a la resignación o del vigor a las enfermedades. En ocasiones creemos que nada nuevo sucede, y en otras que todo cambia demasiado deprisa. Casi siempre identificamos los éxitos como efímeros, mientras que las derrotas se tatúan imborrables en el alma. El presente remite al pasado con ejemplos similares a lo que nos acontece y los optimistas y pesimistas coinciden en que ambos lo consideran como el mejor momento posible, por suerte para unos, por desgracia para otros.
En los primeros 23 años del siglo pasado se crearon las compañías que habrían de liderar el sector audiovisual a lo largo de todo el siglo. La Warner nació en 1923, aunque los hermanos que la fundaron ya distribuían películas desde 1904. En 1915 William Fox abrió la Fox Film Corporación, que en 1935 dio lugar a la 20Th Cen
En el negocio de la producción, el que tenga una buena historia que contar siempre estará sentado en la mesa
tury Fox. El 16 de octubre del año próximo se cumplirán los primeros cien años del mayor conglomerado de medios de comunicación y entretenimiento del mundo: The Walt Disney Company. Entre todos ellos llenaron el planeta de historias que hicieron felices a la población, moldeando sus modos de vivir y pensar. Un siglo después el panorama ha cambiado. La todopoderosa Warner, dueña de la prestigiosa HBO, se ha fusionado con Discovery, un canal creado en 198 , y a partir del próximo año unirá ambas marcas en una única plataforma de televisión a la carta que plantea lanzar una versión gratuita financiada con publicidad para no repetir los 3.000 millones de déficit del último año. En 2019, la histórica Fox se vio engullida por la Disney, que la compró por una suma de 71.300 millones de dólares. Algo así, como si el Real Madrid comprara al Barcelona. Era la respuesta a Netflix, que para entonces ya había revolucionado el modo tradicional de distribución y planteaba hacer lo mismo con la producción de contenidos. Hechos así demuestran que con el transcurrir de los años, torres altísimas caen o se transforman y aunque a veces parezca que nada cambia, lo único que siempre permanece es el cambio. Ahora la distribución por internet ha abierto los mercados locales al mundo, pero el negocio es incierto. Pero en este sector hay algo inalterable, quien tenga una buena historia que contar, siempre estará sentado en la mesa.