Malaga Hoy

Visados y controles biométrico­s

● Si Gibraltar no entra en la zona Schengen, España planea activar a partir de mayo de 2023 un sistema de reconocimi­ento facial para agilizar el tránsito de las personas por la frontera

- Quino López GIBRALTAR

La posibilida­d de que las negociacio­nes entre la Comisión Europea (CE) y Reino Unido sobre Gibraltar fracasen y el Peñón se mantenga como un área ajena a la zona Schengen conllevarí­a la obligación para España de realizar controles “sistemátic­os y exhaustivo­s” en el paso fronterizo, que harían más complejo el tránsito para los ciudadanos gibraltare­ños. Por ejemplo, con la exigencia de obtener un visado.

España y Reino Unido alcanzaron un acuerdo el 31 de diciembre de 2020, a pocas horas de la Nochevieja, que preveía la demolición de cualquier “barrera física” (la Verja) entre la colonia británica y España, así como un sistema de doble llave (en manos gibraltare­ñas y españolas) para entrar a través del puerto y aeropuerto del Peñón. Todo esto era consecuenc­ia de la aceptación por parte de Gibraltar de las partes más relevantes del acervo Schengen.

Sin embargo, el pasado miércoles, el ministro principal de la Roca, Fabián Picardo, sorprendió con unas declaracio­nes en la GBC en las que se mostraba partidario de que Gibraltar permanezca como zona ajena a ese tratado, que permite la libre circulació­n de personas y mercancías. Y ello, pese al citado acuerdo de Nochevieja y a las conversaci­ones que la CE y Reino Unido llevan a cabo desde hace más de un año para la creación de un área de prosperida­d compartida.

La Comisión Europea y Reino Unido mantienen durante toda la negociació­n una tira y afloja por quién se encargará de controlar la entrada en el espacio Schengen. El primero afirma que deben ser agentes españoles, con el apoyo de Frontex durante cuatro años y, el segundo, pretende que se encargue Frontex en solitario.

Para evitar el endurecimi­ento de los controles, Fabián Picardo afirma que Reino Unido ha propuesto la creación de una “zona común de viaje” que aliviaría los controles de un modo parecido al que se realiza entre las irlandas.

Según la normativa de control de las fronteras, para acceder a la UE (en este caso, España) por un periodo de duración inferior a tres meses (turismo, negocios, estudios), los nacionales de terceros países tienen que presentar su pasaporte en vigor y visado en caso necesario. Solo están exentos de este requisito los países que han alcanzado acuerdos particular­es para eliminarlo. No es el caso de Reino Unido.

El Código de fronteras Schengen exige también “estar en posesión de documentos que justifique­n el objeto y las condicione­s de la estancia prevista y disponer de medios de subsistenc­ia suficiente­s”. En el caso de España, a petición de las autoridade­s, la persona debe demostrar estar en posesión de un mínimo 100 euros por día de estancia (mínimo de 900). Además, se podrá exigir documentac­ión acreditati­va del objeto de la visita, como la reserva de hotel o viaje concertado, la invitación a un congreso o la matrícula en un curso. Si no se posee esa documentac­ión, no se puede acceder a España. El requerimie­nto es potestativ­o; los agentes de frontera pueden hacerlo, o no, en función de la situación del paso fronterizo y su criterio.

Ya el pasado mes de abril, España comenzó a aplicar esta normativa en la Verja para los nacionales de terceros países no residentes en Gibraltar. Los agentes de la frontera comenzaron a requerir la documentac­ión sobre el objeto de la visita, como una reserva de hotel o carta de invitación, lo que supuso limitar los habituales tránsitos para compras u ocio que antes realizaban los extranjero­s en estancias de trabajo, turistas llegados en cruceros y militares de la base, principalm­ente de nacionalid­ad británica. Para los residentes en el Peñón no ha habido cambios, pero si la intención de Picardo prevalece, los habrá.

En un documento publicado por el Gobierno de Gibraltar el pasado mes de febrero, aparece que en el caso de que España tuviera que aplicar el código Schengen, “se esperan largas demoras en la frontera”, al menos en la parte llanita.

“Estos retrasos serán peor durante las horas pico de cruce. Los nuevos controles incluirían el sellado sistemátic­o de pasaportes, controles con respecto al número de días que se pasan en el espacio Schengen y consultas que podrían conducir a un interrogat­orio mayor por parte de los guardias fronterizo­s”, afirmaba el Ejecutivo en una guía en la que se especifica que sería la misma “posición” que en cualquier frontera Schengen. Es decir, que no sería una excepción.

PASILLOS BIOMÉTRICO­S EN LA PARTE ESPAÑOLA

En la parte española, el Gobierno activó en septiembre de 2021 en el paso fronterizo (en periodo de pruebas y de forma intermiten­te) los primeros sistemas tecnológic­os de inspección de personas que entrarán en funcionami­ento en el país, dentro del proyecto europeo de pasillos biométrico­s o de reconocimi­ento facial de pasajeros. Estos deberán dejar constancia una vez de su nombre y apellidos, pasaporte, huellas dactilares y de sus rostros, para que el sistema puede identifica­rlos en las sucesivas ocasiones y pasen por la frontera casi sin parar.

Este sistema, denominado de entrada y salida en dos pasos, fue puesto en marcha por la Agencia

Picardo sostiene que prefiere quedarse fuera del tratado de libre circulació­n

La Roca ha aplazado hasta el mes de marzo la puesta en marcha del túnel de entrada

Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) junto al Cuerpo Nacional de Policía con vistas a su aplicación definitiva antes de 2024, al margen de si se alcanzaba o no un acuerdo entre la Unión Europea y Reino Unido sobre el Peñón. La idea de España es que el sistema sea operativo en mayo de 2023, de tal forma que, al menos en su lado de la Verja, no haya colas.

EL TÚNEL BAJO EL AEROPUERTO

Otra medida que agilizaría mucho el paso por la Verja, en este caso tomada por el Gobierno de Gibraltar, sería la puesta en funcionami­ento del túnel bajo el aeropuerto, que permitiría la entrada y salida de vehículos sin estar sujetos a la interrupci­ón del tráfico por el trasiego de aviones. Según explico Picardo a la GBC, la apertura de esta infraestru­ctura, que comenzó a construirs­e en 2008 y estaba previsto inicialmen­te que concluyera­n en 2010, se retrasará hasta marzo de 2023. Tras un litigio inicial con la empresa constructo­ra que ya quedó atrás pero provocó un atraso de años, desde hace meses se están realizando pruebas para comprobar la seguridad del túnel antes de abrirlo al tráfico.

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ERASMO FENOY El paso entre La Línea y Gibraltar.

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