La necesaria transparencia con el desempleo

LA reforma laboral que se aplica desde este año ha alterado de forma significativa el mercado de trabajo español y singularmente a partir del segundo trimestre, cuando era obligatorio eliminar la inmensa mayoría de los contratos temporales. Precisamente porque la reforma impulsada por el Gobierno central perseguía como uno de sus principales objetivos acabar con la dualidad del mercado laboral nacional. La reforma ha tenido como primer efecto el mayor crecimiento del empleo indefinido que se haya registrado nunca en las estadísticas laborales, al conseguir que muchos trabajadores fijos que tenían en realidad un contrato por obras y servicios ahora han pasado a contar con uno de duración indefinida. Este resultado positivo, sin embargo, ha tenido una evolución distinta a la habitual en el pasado. Meses que tradicionalmente eran malos para el empleo han tenido un incremento notable de la afiliación mientras que en otros momentos del calendario la evolución ha sido menor de la prevista. El mercado laboral español es altamente estacional por dos factores: depende en gran medida del turismo –intensivo en mano de obra, aunque de baja calidad por su alta temporalidad– y sectores como educación, sanidad y comercio concentran sus contrataciones entre septiembre y junio. La reforma ha provocado por ello un crecimiento del fijodiscontinuo, pero esa modalidad deja algunas sombras, porque quienes tienen este contrato son personas en situación de alta de afiliación, pero no necesariamente ocupados durante todo el año. Así, pese a crecer un 5% esos contratos, las horas trabajadas sólo lo han hecho un 0,8%. Empresarios y expertos consideran que esto está distorsionando la estadística del paro, en la que esos fijos-discontinuos no constan. Por ello piden con justicia al Gobierno una mayor transparencia.

La reforma laboral mejora la estabilidad en el empleo, pero el uso intensivo del contrato fijo-discontinuo distorsiona el dato del paro