Rusia 2018
● Al susto aún fresco para todos de verse fuera con la derrota ante Japón, a España se le une el precedente con Marruecos, su rival en octavos, en el último Mundial
Entre su sinuoso recorrido por la primera fase, del atracón de goles, siete, ante Costa Rica en el debut en el Mundial de Qatar 2022, a los tres minutos eliminada en la derrota contra Japón, pasando por el 1-1 con Alemania, España está advertida de la dimensión y la exigencia de la cita mundialista, aún más cuando asoma la selección de Marruecos, con la que sólo empató a última hora hace cuatro años, y los octavos de final, con el aviso reciente de la derrota en los penaltis contra Rusia, la anfitriona de aquella cita, en 2018.
“Sufrimos el pánico de estar fuera, no lo voy a negar, pero hemos hecho merecimientos para estar en octavos de final. El toque de atención nos vino muy bien, pero estamos recuperados, con alegría y afrontamos
Futbolista de la selección los octavos con máxima ilusión”, explicó este domingo Rodri Hernández, el central titular en cada uno de los tres primeros choques, que acudió al Mundial de Rusia 2018 como reserva, sin entrar entre los 23 convocados.
Ese mismo pánico también lo sufrió España hace cuatro años... Contra Marruecos, el rival que lo aguarda ahora en los octavos de final. Entonces fue en la última jornada del grupo, cuando la selección española dirigida por Fernando Hierro, que reemplazó a Julen Lopetegui tras su abrupta salida ya en Krasnodar, antes del inicio del Mundial, también se movió entre los vaivenes en la primera fase, con un 3-3 ante Portugal y
Rodri
Sufrimos el pánico de estar fuera, no lo niego, pero merecemos estar en octavos de final”
un triunfo mínimo ante Irán (10), con un gol de rebote de Diego Costa.
25 de junio 2018. Marruecos puso a la selección al borde del fracaso en Kaliningrado. Ya estaba eliminada la selección africana, que miró sin complejos al equipo español, lo compitió y lo desbordó por momentos, incluso. El 2-2 de Iago Aspas, al borde del final, en el minuto 92, con la revisión y el suspense del VAR, alivió a España, que se encontró con el primer puesto sin querer, por el gol con el que Irán igualó a Portugal (1-1) en el tiempo añadido desde el punto de penalti.
Ni siquiera ese empate, ni esa condición de primera de grupo, rebajó la forma con la que Marruecos, entonces con Her ve Renard como técnico (ahora en Arabia Saudí), aplacó a España, de principio a fin. Irreconocible, como ante Japón el pasado jueves. Aún hay ocho futbolistas de aquella selección marroquí en Qatar 2022, cuatro como titulares entonces (Monir El Jaoui, Achraf Hakimi, Romain Saiss y Hakim Ziyech) y cuatro como suplentes (Yassine Bono, Youssef En-Nesyri, goleador aquel día desde el banquillo, Sofyan Amrabat y Ahmed Tagnaouti).
Ya no está Khalid Boutaib, el delantero que aprovechó el error entre Iniesta y Sergio Ramos en medio campo para correr y definir ante David de Gea en el minuto 14. Pero sí está EnNesyri, mucho más maduro que entonces, que cabeceó el 1-2 en el 81. No están ni Isco, el autor del 1-1 de España en el 19, ni Iago Aspas, el goleador del 2-2 en el minuto 91, con una espuela a centro de Dani Carvajal entre la desesperación de la carrera contra el cronómetro y el marcador con la que competía ese día España.
El lateral del Real Madrid es uno de los cinco jugadores que permanecen de entonces a ahora en la convocatoria de Luis Enrique Martínez. Los otros cuatro son Jordi Alba y Sergio Busquets, titulares entonces y ahora, y Koke Resurrección y César Azpilicueta, en duda para el choque por un golpe en el gemelo izquierdo sufrido en la última tos de máxima inspiración como el que protagoniza el delantero madrileño. España, además, es el que más posesión tiene de todas las participantes del Mundial, con un 77% de media que llegó a ser un abrumador 82% ante Costa Rica y Japón. Tan efectiva en el histórico debut para dar forma al triunfo más amplio de la selección española en la historia de un Mundial (7-0); tan improductiva en el tercer encuentro donde el abuso del pase horizontal y la ausencia de la mentalidad adecuada, relegó a España a la segunda plaza.