Reunión de expertos para tomar medidas
queda en la confianza, pero cuando vienen problemas en la relación, esas fotos pueden salir a la luz”, advierte.
Las consecuencias del sexting pueden ser devastadoras. “Lo hemos visto en poblaciones pequeñas: un pueblo en el que todos tienen la foto de una chica desnuda por ejemplo”, advierte el experto.
‘GOOSING’, ‘SHARENTING’...
“Aquí, en el entorno virtual, se desarrolla todo y está menos controlado que en la calle, los servicios de protección tendrían que ser mayores en los entornos virtuales”, advierte la profesora Del Rey.
Junto al ciberacoso, que es la forma de violencia a través de las redes más frecuentes, emergen y se consolidan nuevos riesgos como el goosing, sharenting o el grooming.
El goosing es la difusión de cotilleos y rumores que hacen daño a terceros. El joven que difunde un cotilleo es considerado como el centro de atención, con capacidad para controlarlo todo. Se hace daño a otros a través de la difusión de supuesta información privada.
El sharenting es cuando las familias divulgan miles de fotos de sus hijos, con consecuencias sobre los menores. “Los padres difunden fotos y vídeo de todo lo que hacen sus hijos, lo cual puede afectar a al menor. Estamos estudiamos consecuencias negativas cuando un menor crece y ve que su madre lo ha publicado todo. Es necesario distinguir qué es íntimo y que no, trabajar la privacidad. Hay que transmitir a las familias de la necesidad de proteger a los menores”.
El grooming se da cuando un adulto se hace pasar por un menor para ganar la confianza de niños para obtener imágenes y vídeos. Los datos que describen este problema son alarmantes: “Uno de cada diez adolescentes en Andalucía ha recibido una proposición sexual en internet por parte de un adulto”.
Otros indicadores, según el estudio de Unicef: el 60,5% de los
La Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla y el Real Ilustre Colegio de Médicos de Sevilla organizaron recientemente el Encuentro Profesional Uso de la Tecnología Digital en la Infancia, con la colaboración de la Junta de Andalucía, la Sociedad Española de Pediatría Social, la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria, entre otros. El evento que fue impulsado por el doctor Martín Navarro, contó con la organización de Andrés Rodríguez Sacristán, Ignacio Gómez y Carlos Ortiz Leyba, y la participación de expertos del campo de la Psicología de reconocido prestigio internacional.
adolescentes andaluces ha aceptado a desconocidos en redes sociales, y un 36,5% ha entrado en páginas de contenido erótico o pornográfico.
‘INFLUENCERS’, MODELOS FUERA DE CONTROL
El estudio de Unicef incide en que cuatro de cada diez adolescentes andaluces están conectados a la red para no sentirse solos. El 29,7% participa en las redes sociales para “ser popular”; el 30% se conecta para sentirse aceptado por los demás; y el 63,2% para hacer amigos.
El desarrollo de las redes sociales implica nuevas fórmulas de comunicación entre los menores (TikTok, Instagram, Twitch...) y nuevos modelos de comportamiento, sin control, que pueden desencadenar situaciones aberrantes.
“Los niños y adolescentes siguen a los llamados inf luencers en Youtube, TikTok... sin capacidad de crítica ni autocontrol. Cuando un inf luencer pide un reto te encuentras con miles de niños siguiéndolo. Por ejemplo, si hacen un reto de jugar 24 horas a un juego o cualquier otro reto...”, advierte el profesor Casas.
¿CÓMO ACTUAR?
Los expertos consultados inciden en la necesidad de acompañar a los menores en el uso de la tecnología. Como nativos digitales las nuevas generaciones adquieren competencias técnicas a temprana edad en el uso de los distintos dispositivos (PC, tablet, móvil...), pero carecen del criterio crítico, ético y moral de un adulto.
“Aquí, en el entorno virtual, se desarrolla todo y está menos controlado que la calle, los servicios de protección tendrían que ser mayores en los entornos virtuales”, comenta la profesora Del Rey.
Para evitar las consecuencias nefastas de los riesgos de la tecnología, el profesor Rivera lo expone con claridad: “Los padres imponemos normas a los menores a la hora de llegar a casa, y del mismo modo debemos establecer normas en los entornos virtuales. Es cuestión de tomar conciencia”.
En el mismo sentido se muestra la profesora Rosario del Rey: “Los niños tienen competencias digital técnicas en el manejo de redes y de internet, pero no tienen competencia en el desarrollo moral, social ni emocional en contextos virtuales. Es importante contar con ellos porque tienen convenciones que nosotros no tenemos. Ellos son los listos técnicos y nosotros somos los que tenemos dominio socio-moral: sobre los peligros, sobre lo que les puede pasar, anticipación”, etc.
Frente a estos problemas, la experta destaca: “Es necesario que el chico o chica perciba el apoyo de sus padres, sus iguales y del centro. No quiere decir que no haya apoyo, sino que el chico lo perciba. Tenemos que ser fuente de apoyo, trabajar con ellos de modo que, ante un problema, acudan a pedirnos ayuda”. Otro consejo del profesor Rivera de los Santos: “Cuando una persona se lleva el teléfono a dormir se triplica riesgo de conductas como sexting o acceso a redes sociales problemático a cuando el móvil se queda en el salón. Solo esta actuación ya disminuye el riesgo”.