Malaga Hoy

Unos 112.000 pacientes superan el plazo de espera para ver al especialis­ta

● El SAS incumple los decretos de tiempos máximos que se autoimpuso la Administra­ción sanitaria para contener las listas

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No hace falta ver las estadístic­as del SAS para descubrir que las listas de espera están disparadas. Por experienci­a propia o de conocidos, los malagueños lo saben y lo sufren. Los últimos datos del Servicio Andaluz de Salud (SAS) correspond­ientes a diciembre pasado lo confirman: un total de 116.027 personas en la sanidad pública de la provincia superan el máximo de espera estipulado para una operación –3.388– o una cita con el especialis­ta –112.639–. Ello significa que la Administra­ción incumple los decretos en los que se autoimpuso límites de tiempo precisamen­te para contener las listas de espera.

En el caso de las consultas externas, de los 186.264 pacientes pendientes de una cita con el especialis­ta procedente­s de Atención Primaria, 112.639 tienen una demora superior a 60 días. Este es el plazo tope que se marcó en su día el SAS tras las derivacion­es del médico de cabecera o pediatra desde el centro de salud. La cifra supone que en este apartado, el 60,47% de los usuarios están –como se dice en el mundillo sanitario– fuera de decreto. Es decir, excedidos en los tiempos fijados por la normativa autonómica.

Además, los datos de diciembre empeoran respecto los de junio. El verano pasado, la demora media para el especialis­ta en consultas procedente­s de Atención Primaria era de 102 días, mientras que a finales de año ascendía a 129.

Aparte de esos 186.264 pacientes pendientes de cita con

El 60% de los pacientes pendientes de una cita con el especialis­ta están excedidos en los plazos

el especialis­ta tras la derivación de su médico de Primaria, hay 33.591 más personas esperando ser vistas por un especialis­ta en la sanidad pública provincial. Pero estos casos son de interconsu­lta –cuando un especialis­ta deriva a otro– y no tienen garantía de tiempo máximo para la atención.

Pese a esta distinción entre unas consultas protegidas por un tiempo máximo de espera

–las procedente­s de Atención Primaria– y otras que no lo están –las de interconsu­lta o revisiones–, lo cierto es que las demoras castigan a miles de pacientes que en muchas ocasiones terminan pagando asistencia privada o acudiendo a urgencias para agilizar su atención.

También hay enfermos excedidos en los plazos en la lista de espera quirúrgica. Los decretos establecen un máximo para ser operado que –según las patologías– puede ser de 90, 120 y 180 días. Además, hay otras que no están amparadas por un tope de tiempo (sin garantía). A fecha de diciembre pasado, según los datos del SAS, hay 19.301 pacientes con garantía aguardando una intervenci­ón. De estos, 3.388 están fuera de plazo. Significa que el 17,5% supera los tiempos límite que debería cumplir el sistema sanitario público.

También en el apartado de lista de espera quirúrgica los datos de diciembre empeoran los de junio. Porque en el verano pasado, la demora media en el caso de los enfermos pendientes de una operación con garantía era de 88 días y a finales de 2023 ascendía a 98.

Pero además de los 19.301 pacientes en lista de espera quirúrgica protegidos por los decretos –que las estadístic­as demuestran que son derechos que se quedan en papel mojado en miles de casos–, están los que no tienen garantías. Estos ascienden a 12.673, con una demora media de 254 días y de los cuales hay 1.855 que superan el año de espera.

Más allá del farragoso enredo de decretos que no se cumplen en buena parte de los casos, en total, a diciembre de 2023 hay en la provincia más de 250.000 personas aguardando una operación –31.974– o una consulta con un especialis­ta –219.855–. Pacientes que más que esperar, se desesperan por las tardanzas del sistema en resolver su proceso.

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M. H.

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