EL PAÍS DE LOS SELECCIONADORES
En vísperas del inicio de un Mundial, para mí muy especial pues desde que me fui a vivir a Oriente Medio en 2012 he visto la transformación que el fútbol ha provocado en esta región, es el momento de echar un vistazo al camino recorrido. El panorama ha cambiado radicalmente. Cuando aterricé en Doha por primera vez, por ejemplo, el aeropuerto era pequeñísimo y ahora es uno de los mastodónticos del planeta. Todos los estadios son nuevos y de vanguardia; BeIn Sport, que ni siquiera existía pues era AlJazzera Sport —al fútbol le dedicaban un espacio reducido— es ahora el gran detentor de los derechos de un sinfín de competiciones alrededor de todo el planeta como la Premier, LaLiga, la Champions... El cambio, impulsado por una inversión ingente, es aparente.
Probablemente para muchas personas será un Mundial atípico al disputarse en otoño, pero lo que sí es seguro es que va a ser una edición impresionante desde el avance tecnológico, una manifestación del progreso de un país, al que aún le falta muchas cosas por mejorar, sin duda.
En lo deportivo, percibo mucha ilusión en nuestra selección, a pesar del clima que destilan muchas tertulias. Está claro que en España somos 47 millones de seleccionadores, pero sólo hay una persona designada para elegir a los jugadores que nos represente. Y éste es Luis Enrique. Históricamente, a lo largo de todas las Eurocopas y Mundiales, siempre ha habido un seleccionador que ha sido criticado y señalado por llevar a unos y no llevar a otros. Y sigue pasando. Es un patrón que se repite. A pesar de todo esto tenemos una selección que puede optar a lo más grande. Particularmente estoy ilusionado porque el rendimiento que tuvimos en la Eurocopa fue muy alto, refrendado luego por partida doble en la Nations Cup —la final y el acceso a la Final Four—, lo que demuestra que es un equipo que en las citas importantes da la cara. Ante la escasez de selecciones potentes, no digo que no haya jugadores potentes, España tiene una gran oportunidad. Y para mí es una de las favoritas.