Marca Andalucía

Bacanal en el Palacio

Los blancos suman su quinto triunfo consecutiv­o en Euroliga pese al histórico inicio del Partizán (32-40). Llull, decisivo

- NACHO DUQUE

El WiZink Center vivió una bacanal ofensiva de las que no suelen verse en el baloncesto europeo. Se llevó el Real Madrid por un vibrante 105-97. Fue el tope anotador de la era Chus Mateo y valió para que los blancos sumaran su quinta victoria seguida en la Euroliga. Al alza.

El partido fue un puntazo, nunca mejor dicho. De esos que encandilan a los afiacabó cionados pero que hacen que los entrenador­es se suban por las paredes porque allí no defendió casi nadie: 10 jugadores por encima de la decena de puntos, 11/22 en triples para el Madrid y 17/35 para el Partizán, 54,4% en tiros de campo entre los dos equipos e incluso sólo seis tiros libres fallados de 46 lanzados...

El primer cuarto fue ya histórico, anticipand­o el festival. Dos equipos desatados en un aluvión de puntos que 32-40. El Madrid nunca había encajado tanto en un solo cuarto en la historia de la Euroliga. Un marcador propio de un descanso, pero vivido en 10 minutos sin respiro... y sin defensas. “¿No sabemos quién tira en este equipo? Llevamos tres faltas y no hemos parado ni un contraataq­ue. Hemos dicho de salir duro. ¿Esto es salir duro”, decía Chus Mateo en una de las primeras broncas que se le recuerda.

El Partizán hizo 8/12 en triples en ese periodo. El Madrid, que no lanzó ninguno hasta pasado el minuto seis, sólo falló tres tiros de campo. Una fantasía. Por los blancos Tavares había estado imparable y Llull le había ayudado pero, por los visitantes, Nunnally y Andjusic se habían inflado.

En el segundo cuarto, con la salida de Ndiaye y Abalde se vio algo de defensa. Al Partizán se le cerró el grifo. Metió uno de sus primeros 10 tiros mientras Llull seguía inspirado y emergía Hezonja. Entre los dos construyer­on un contundent­e parcial de 20-2, que puso al Madrid 10 arriba (52-42). Andjusic cerró el periodo de la misma forma que el primero, con un triple sobre la bocina. Así fijó el 54-51.

La reanudació­n fue un concurso de triples: 11 entre los dos equipos en el tercer acto. A los de Leday y Punter respondía Llull y más tarde Williams-Goss, que dejó buenos minutos y fue de los que hizo ademán de defender. Con un robo y una contra puso el 86-74 antes del último cuarto.

Al inicio del mismo pudo matar el Madrid, que se encontró 15 arriba a falta de ocho minutos (95-80) después de que Hezonja, Musa y Williams-Goss anotaran tres triples seguidos. Lessort se resistió al destino escrito para el Partizán y lideró un 4-12 que acercó a su equipo hasta el 99-92. Deck, fiable todo el choque, y un campo atrás terminaron por resolver la orgía de puntos. ●

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