La hora de Luis Enrique
NO ENCONTRÓ LA FORMA DE SACAR A SUS JUGADORES DEL COLAPSO SUFRIDO ANTE JAPÓN • SU MISIÓN ES ENCONTRAR EL SITIO PERDIDO EL JUEVES Y RECUPERAR LA IDENTIDAD DE LA SELECCIÓN
Luis ‘Padrique’, o como quiera que ustedes quieran llamar al entrenador, está en su momento crítico. Ha llegado el instante crítico para el seleccionador en el Mundial de Qatar 2022. En su cabeza y en su mano está la toma de decisiones necesaria para que no se vuelva a repetir lo ocurrido frente a Japón. Debe tener todas las herramientas preparadas, futbolísticas y anímicas, para reaccionar ante un posible colapso, el mismo que el asturiano anunció tras el choque ante Japón.
En los últimos meses se ha destacado el trabajo de Luis Enrique al frente de la selección nacional. Se dice que tiene una manera muy clara de jugar, que todos saben lo que hay que hacer y lo que no en cada momento, pero lo hecho durante el partido ante el equipo asiático ha arrojado un buen puñado de dudas que no se esperaban. Han quebrado esa creencia generalizada. Hay tiempo, si se empieza a reaccionar en el choque de octavos frente a Marruecos, para demostrar que lo ocurrido ante Japón fue un accidente.
Los siete goles logrados ante Costa Rica en el partudo de debut en el Mundial acallaron los debates sobre el contenido de la lista de convocados y las posibles ausencias de unos y otros. Todas esas críticas han regresado, pero silenciarlas de nuevo está en manos del técnico y de los jugadores. Un buen partido y todo olvidado.
El estado de desánimo en el que entró el equipo español en la segunda parte frente a los nipones que por momentos pareció incluso que desaparecía esa tensión competitiva de la que siempre ha presumido el técnico. Además, en ningún momento de esos 40 minutos en los que vivió en el alambre, apareció la capacidad de reacción. Los futbolistas se quedaron aturdidos por el golpe recibido y no supieron reaccionar. Luis Enrique tampoco. Y lo reconoció. “Hemos entrado en modo colapso. Este es un deporte inexplicable y ahora explica que has dominado durante 80 minutos, y que has perdido”. Nada cambió el plan inicial.
TRABAJO INDIVIDUAL
Al hablar de colapso bien pudiera pensarse que el protagonista en ese intento de re
cuperar ese pulso perdido pasa por Joaquín Valdés, psicólogo del cuerpo técnico de la selección, pero no es así. Su trabajo no pasa por el grupo, aunque sí hay opción de terapia individual. La puerta de su despacho siempre está abierta para todo aquel jugador que lo requiera a título personal. Opción que bien que se ha aprovechado, por cierto. Jamás se ha dirigido al grupo. Es el psicólogo del cuerpo técnico en su trabajo. Está presente en los entrenamientos, en las ruedas de prensa, analizando todo lo que sucede, pero no interviene en la dinámica de grupo.
Luis Enrique no va a cambiar la manera de proceder, pero sí que ha analizado los errores cometidos. Tanto por él como por sus jugadores. Primero llegó la reflexión individual interior de cada uno, una manera de pasar la pena. Después toca hablar de ello, en un intento de corregir, y para terminar volver a dirigir al futbolista a la creencia en lo que hacían antes de este inesperado golpe que han recibido.
El técnico no duda del camino escogido desde que se sentó en un banquillo. Ha renunciado a varios jugadores para poner la estabilidad del grupo por delante. No hay otra. “No dependemos de ningún jugador”, ha repetido en muchas ocasiones. Y así sigue pensando.
DE MENOS A MÁS
Los que le vieron ayer, observaron por la mañana a un Luis Enrique más tenso de lo habitual, sin duda aún afectado por la inesperada derrota frente a los nipones. Sin embargo, según fue transcurriendo la jornada, se fue convenciendo de que hay solución, y que la situación tiene arreglo de la mano de la pelea y entrega de los jugadores.
Es lógico pensar que el proceso es costoso al asimilar un accidente inesperado. Pero cuando volvió el contacto con el balón, olvidaron lo sucedido y empezaron a pensar en el compromiso de Marruecos y en recuperar el camino hacia la victoria. Ayer, sobre el césped, bromas, charlas relajadas, con el propio técnico como protagonista de alguna de ellas. Dando ejemplo y levantando el ánimo de la tropa.